VALÈNCIA (EP). El ciudadano sirio de nombre Imad que fue quien entregó los documentos de la 'hoja de ruta' del caso Erial al exgerente de Imelsa y autodenominado 'yonki del dinero', Marcos Benavent, explicó a la jueza en su declaración como testigo que vio como a este último se le "desencajaba la cara" al ver los documentos que dieron lugar a la operación en la que finalmente acabó detenido e investigado el expresidente de la Generalitat y exministro de Trabajo, Eduardo Zaplana.
Así consta en su declaración ante la jueza del Juzgado de Instrucción número 8 de València, que acaba de levantar en parte el secreto del sumario, al que ha tenido acceso Europa Press, y en la que relata cómo fue el proceso en el que encontró los papeles en un sobre blanco "muy fino", en el lateral de la caja fuerte de la vivienda que le había alquilado un notario pero cuyo anterior propietario había sido precisamente el expresidente de la Generalitat.
Esos papeles 'hoja de ruta' fueron intervenidos en un despacho de abogados en el marco de la 'operación Taula', en la que fue clave el testimonio de Benavent. Ante la magistrada, y bajo apercibimiento de la obligación de decir la verdad, el ciudadano sirio explicó en mayo de 2018 que alquiló la vivienda de la Plaza Legión Española, de 2008 a 2015, cuyo propietario era un notario.
Sobre blanco "muy fino"
El testigo relató que limpió y pintó la casa, pero no revisaron el vestidor de la habitación principal, porque estaban todos los armarios vacíos y en buen estado, y en el que había una caja fuerte. Un día, de acuerdo con la versión facilitada a la jueza, cuando ya llevaba un año residiendo en la casa, vio un "sobre blanco muy fino" en el lateral de esa caja fuerte, con unas hojas con tachaduras.
El sirio preguntó quién había vivido en esa casa antes y le dijeron que Zaplana, un extremo del que tuvo conocimiento porque "trabajaba con la Generalitat con temas de la mezquita". En esa época, Imad explicó que mantuvo alguna reunión con Benavent y que tenía contactos con un grupo inversor de Qatar, ya que como sabía que la Generalitat estaba vendiendo edificios, vio una "oportunidad de inversión" en su adquisición.
Le propuso reunirse con Rus
Para ello, mantuvo reuniones con un director de Patrimonio, con el que fuera exvicepresidente de la Generalitat y exconseller Juan Cotino y con el conseller de Industria. Fue a raíz de estas reuniones cuando se puso en contacto con Benavent, al que conocía de actos públicos del PP, a los que le invitaban y relató que este último le propuso reunirse con el expresidente de la Diputación y del PP provincial Alfonso Rus, porque el Valencia CF buscaba patrocinadores.
En uno de los días que quedó con Benavent, le comentó los papeles que había encontrado en el piso y se los enseñó en una cafetería, donde vio "cómo a Marcos se le desencajaba la cara". En ese primer encuentro no le explicó dónde los había hallado, y no fue hasta otra posterior.
Según el testigo, Benavent llegó a pensar que se trataba de "photoshop" y, después de una "primera reacción de asombro, cambió su actitud como queriendo disimular". A finales de 2016, el 'yonki del dinero' le citó en una calle del centro de València, donde entraron en la parte trasera de un coche y le dijo que "quería ayudar al pueblo sirio" y le pidió que le entregara los originales de los papeles y le empezó a "meter miedo" diciéndole que le iban a llamar porque Fiscalía y Guardia Civil iban detrás de ellos.
Por su parte, en su declaración ante la jueza, Benavent relató que conocía a Imad porque representaba a una comunidad árabe y acudía a actos de PP a los que se invitaba a personajes de la sociedad civil. De ahí, se entabló una "cierta relación de amistad" y en una de las veces que se pasó por su despacho le entregó la documentación, de la que le llamó especialmente la atención los papeles tachados.
"Movida económica"
Sin embargo, según su versión, al verlos le comunicó a Imad que no quería "saber nada de ese lío" porque "deducía la movida económica que había en los mismos y, sobre todo, la persona al parecer relacionada con ellos", al haber sido encontrados en un piso perteneciente en su día a Zaplana. No obstante, se los quedó en 2012/2013 como "una garantía por si algún día le venían bien", sin comentarle a nadie de su existencia. Se los guardó, los archivó con el resto y se "olvidó de ellos".
Según Benavent, cuando le preguntó a Imad si había encontrado más cosas, ni le afirmó ni le negó pero "no le interesaba nada más puesto ya le parecía suficientemente fuerte el contenido de lo que había leído".