Hace ahora un año, pero lo recuerdo como si acabara de ocurrir. Recuerdo la emoción del momento, la esperanza ante el nuevo tiempo político. Recuerdo también la ilusión compartida con los compañeros por vivir un momento histórico: la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, la formación del primer gobierno de coalición en democracia.
Fue para nosotros un gran momento. Como militantes del PSOE y como valencianos. Fue, sin duda, un gran día para el país. A nivel personal fue un momento de enorme alegría compartido con los compañeros y las compañeras con los que pude seguir la sesión de investidura desde el Congreso. Una jornada marcada por la esperanza de lograr un gobierno progresista para España y la certeza de saber que se iniciaba una gobernanza beneficiosa para las valencianas y los valencianos.
Fuimos muchos los militantes socialistas que aquel día sentimos, por qué no decirlo, un ‘orgullo histórico’ por haber aportado lo que estaba en nuestra mano para que Pedro Sánchez regresara a la Secretaría General del PSOE. Un secretario general que logró desterrar del gobierno al PP de Mariano Rajoy, ganar cinco citas electorales y formar el primer gobierno de coalición de nuestra democracia.
Ha pasado ya un año de la investidura que garantizó la gobernabilidad de España, de la investidura que supuso “la oportunidad de probar a los ciudadanos que somos capaces de articular mayorías amplias para resolver problemas capitales. Lo que les propongo es que devolvamos la fe en la política”, como afirmó Pedro Sánchez durante su intervención. Pocas cosas hay tan eficaces para lograr la fe en la política como cumplir la palabra dada; y si algo ha demostrado durante este año el Gobierno de España es que cumple su palabra.
Al exponer su programa de Gobierno, Pedro Sánchez apeló a la justicia social, la transición ecológica, la igualdad o la digitalización como ejes de un proyecto político de futuro para el país. Hace apenas unos días el Presidente del Gobierno presentaba el Informe de rendición de cuentas del Gobierno de España. Por primera vez un gobierno presenta a la ciudadanía el nivel de ejecución de sus compromisos, por primera vez la ciudadanía tiene la certeza de que se cumple con la palabra que se ha dado. Y este gobierno cumple: en el primer año de legislatura se han cumplido más del 23% de los compromisos y se han activado más del 90%.
La pandemia ha marcado el primer año de legislatura. Pero la gestión de la peor crisis sanitaria que hemos sufrido no ha apartado al Gobierno de su compromiso de lograr una España verde con la aprobación del Proyecto de Ley de Cambio Climático o la Estrategia de Economía Circular; una España digital con la transferencia de 400 millones a las autonomías para fortalecer la digitalización de las universidades o la aprobación de la Estrategia España Digital 2025.
La pandemia no ha apartado al Gobierno de su compromiso con una España sin brecha de género al haber tramitado el Anteproyecto de Ley de Libertad Sexual o el impulso al sistema viogen, de una España cohesionada e inclusiva con la aprobación del Ingreso Mínimo Vital, el aumento del Salario Mínimo Interprofesional o el aumento de la inversión en becas de 386 millones.
Hace un año vivimos la investidura de Pedro Sánchez con la certeza de saber que el suyo sería un buen gobierno para la Comunitat. Esa certeza se ha materializado con la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado: unas cuentas que prevén una inversión territorializada del 10% para la Comunitat. Más de 59.000 valencianas y valencianos perciben el Ingreso Mínimo Vital, el escudo social ha blindado a 47.000 trabajadores afectados por un ERTE, hasta el mes de septiembre el Gobierno de España había licitado obra pública por 190 millones en nuestra autonomía, la revalorización de las pensiones beneficiará a más de un millón de valencianos, la Comunitat recibirá más de 1.250 millones del fondo de recuperación europeo, y más de 61.300 empresas de la Comunitat han logrado financiación con los créditos ICO.
Son buenos datos para un año de legislatura. Pero lo fundamental es que tras estas cifras se sitúa el compromiso del Gobierno de España con la Comunitat. El compromiso con la financiación de empresas, con los autónomos, con la educación y sanidad pública, con las familias que necesitan ayuda. Tras cada euro público invertido hay un beneficio social. Tras cada decisión tomada por el Gobierno se sitúa el compromiso con el avance en libertades, en derechos y en protección social.
Ha sido un año complejo. Pero también un año determinante para afrontar una legislatura progresista marcada por la justicia y la equidad. Tras la ilusión de aquel enero de 2020 ha llegado la realidad del inicio de una transformación económica y social para nuestro país. Tras la esperanza de la investidura ha llegado la realidad de los compromisos cumplidos para caminar hacia una sociedad más justa, sostenible e igualitaria.