el tintero / OPINIÓN

En la salud y en la enfermedad, hasta que las elecciones nos separen

Foto: EVA MÁÑEZ

El presidente Ximo Puig y la vicepresidenta Mónica Oltra sellaron el pacto del Botánico junto a Antonio Montiel a modo de testigo, hace menos de cuatro años y así la paz y la armonía en esa relación ha reinado, hasta que el primero ha decidido anticipar las elecciones autonómicas

6/03/2019 - 

El presidente del gobierno de España decidió hacer lo que había dicho que haría si vencía en la moción de censura, convocar elecciones. Pero no lo hizo cumpliendo su palabra, sino que se vio forzado tras no recibir el apoyo a los presupuestos generales del Estado y la convocatoria de los tres partidos de la oposición demostrando un hartazgo de parte de la ciudadanía. Seguro que muchos votantes socialistas también consideraban que era necesario convocar elecciones, porque gobernar en esa situación se hacía harto complejo.

Tras dicha convocatoria que fijó las elecciones nacionales poco menos de un mes antes que las locales, autonómicas y europeas, comenzó la campaña electoral en toda España. En los partidos designaron candidatos salvo los últimos en llegar, VOX, que todo les pilla por sorpresa y no es tarea fácil encontrar candidatos y gente para las listas. En los medios las encuestas y análisis generan especiales de fin de semana y jugosas entrevistas a los cabezas de lista. Y por supuesto, en la calle, en los bares, en los campos de fútbol la gente habla de política, pero sinceramente, sin tanta crispación como algunos dicen. Salvo quizá en Cataluña por la especial gravedad de su situación.

En este escenario, hace unos días surgió el rumor de que nuestro presidente Ximo Puig podía estar valorando un adelanto electoral. Cuando tuve conocimiento de este hecho pensé que por mucho que lo adelantara, apenas habría unas semanas de distancia respecto a la fecha original, por lo que, pensando en criterios prácticos y de coste, suponía que era un rumor sin fundamento. Y hete aquí que hace dos días todos los medios retransmitieron la declaración institucional de Puig donde anunció el cacareado adelanto para el domingo 28 abril cuando los valencianos finalizamos las vacaciones de Pascua.

Foto: KIKE TABERNER

Esa unión que hace menos de cuatro años simbolizó una especie de matrimonio político entre Puig y Oltra se rompió cual matrimonio que no llega a acuerdo y se ve abocado a un divorcio traumático. En su día ofició de testigo de excepción el bueno de Antonio Montiel, al que ahora vemos alejado de la primera línea política, para bien suyo y de todos, excepto de su partido que pierde así un activo de primer nivel. Hoy no había testigo, aunque mis espías paraguayos me dicen que si una mente que ha sido la detonante de esta decisión que llevaba aparejada el enfado y la ruptura total con la vicepresidenta. Siendo esta la semana del 8M, esa mente que ha animado al President a tomar la decisión, sin duda, es la de una mujer que tiene cierta influencia en nuestro Molt Honorable.

La decisión está tomada y tiene una nueva vinculación, aunque no matrimonial, y es la de Puig y Sánchez, tanto monta. Lo que suceda ese día supondrá el éxito o fracaso de ambos o la supervivencia de uno en detrimento de otro. Pero la decisión a todas luces es por puro interés del PSOE y del President, ni por interés general, ni por visibilizar el problema valenciano. Justamente al celebrarse el día de las elecciones nacionales, pasarán más desapercibidas todavía que en su fecha original. Pues en ese último domingo de mayo, al no celebrarse elecciones en las comunidades más importantes (excepto Madrid), los resultados de nuestra tierra habrían tenido un valor a destacar en los medios, pero así lo fundamental (como es lógico) será el resultado de las generales.

Los próximo tres meses son claves para nuestro futuro en todas las instituciones que nos gobiernan y representan, desde los pueblos y ciudades a la Comisión Europea. La fragmentación política y las nuevas tecnologías provocan una campaña constante en todos los frentes, desde los mensajes explicando, por primera vez, como se reparten los escaños con la Ley D’Hondt a los que recuerdan que si no gobierna la izquierda socialista o comunista con los nacionalistas, el apocalipsis está garantizado. Tenemos dos citas para renovar nuestro compromiso con la democracia, que no sólo consiste en votar, sino también en respetar la ley y la historia que nos une.

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