VALÈNCIA. 'Los sindicatos de Bankia piden que se homologuen las condiciones con los empleados de CaixaBank'. Así titulaba este diario el pasado 25 de febrero, dado que como también informó Valencia Plaza el 13 de septiembre de 2020 son los que -a priori- se van a llevar la peor parte con sueldos más bajos y despidos más baratos. Una negociación que se antoja 'caliente', cuyo punto de arranque oficial tendrá lugar el martes 6 de abril, según han informado a este diario fuentes sindicales.
Equiparación salarial, voluntariedad en las salidas y movilidad geográfica son las claves en la negociación entre sindicatos y el nuevo CaixaBank (CABK). "Esperemos que el señor Goirigolzarri haga gala de la meritocracia que tanto le gusta utilizar y se primen los méritos sean de una u otra entidad", apuntan las mismas fuentes. En este sentido conviene recordar que en la última junta de la historia de Bankia (BKIA), que tuvo lugar el pasado 23 de marzo, tomaron la palabra en el turno de intervenciones varios representantes sindicales como ACB-Bankia, UGT, CC OO, SATE, CGT o ASIP.
Los mismos que insistieron en la importancia de que el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) contemple indemnizaciones atractivas, salidas no traumáticas, prejubilaciones, voluntariedad total y alargamiento de los plazos. Todo ello además de lograr una verdadera equiparación de las condiciones laborales y armonización de la previsión social entre los trabajadores de ambas entidades. Y así fue como dejaron claro que lucharán para que la homologación sea real y no engañosa.
José Ignacio Goirigolzarri, que este martes fue nombrado presidente del nuevo CABK pero sin funciones ejecutivas sobre el negocio 'core' que recaerán sobre Gonzalo Gortázar, aseguró en la junta que la posición del banco será la de buscar un acuerdo mayoritario, que en la medida de la posible sea por voluntariedad y que la aplicación de los criterios sean absolutamente meritocráticos, independiente de la entidad de procedencia.
"Es cierto que una fusión siempre supone en el corto plazo atravesar por momentos no sencillos, será necesario adaptarse al nuevo proyecto y a las necesidades derivadas del redimensionamiento", reconoció el banquero vasco. "Encontraremos soluciones acordadas y razonables", añadió. Pero cinco días después manifestó en una entrevista en ABC que no descartaba despidos forzosos. Lo hizo explicando que su "voluntad es que, dentro de la medida de lo posible, la gran mayoría sean bajas basadas en la voluntariedad", pero que "no" descarta despidos forzosos y que "lo que ocurra al final dependerá de las negociaciones y la evolución de los momentos".
Mientras tanto, los principales directivos del nuevo CABK, la 'doble G' -Goirigozarri y Gortázar-, transmitieron este pasado martes un mensaje de "unidad, confianza y responsabilidad" ante el reto de la integración, que se desarrollará en paralelo a la gestión de la crisis sanitaria y económica a lo largo del 2021. Lo hicieron de forma telemática con cerca de 8.000 directivos de la entidad después de que el viernes anterior se dirigieran a la plantilla mediante un vídeo institucional.
En cuanto a la equiparación salarial, fuentes sindicalistas piden que se respeten las categorías de los convenios colectivos firmados basada en una misma escala de niveles que debe seguir, dado que "gran parte de los empleados de BKIA cobran menos que los de CABK". Y van más allá señalando que "la diferencia por empleado medio en 2018 era de algo más de 9.000 euros y en 2019 rondaba los 14.000 euros solo teniendo en cuento sueldos y salarios por empleado medio". Una cifra que se eleva más a favor de los trabajadores de CaixaBank teniendo en cuenta sueldos, salarios, planes de pensiones y seguridad social, por cuanto "la diferencia en 2018 era de cerca de 12.000 euros y en 2019 superaba los 16.000 euros.
Además, según otras fuentes, recuerdan que los empleados procedentes de Bancaja -y posteriormente los de Banco Mare Nostrum (BMN)- no vieron equiparadas sus condiciones laborales en términos medios a los de sus compañeros de CajaMadrid, cuando se integraron todos en Bankia. Como les sucedió en su día a los de Banco de Valencia tras su integración en CaixaBank.
En cuanto a voluntariedad se prevé que si las condiciones pactadas entre empresa y sindicatos satisfacen a ambos no debería haber despidos sino que serían prejubilaciones y salidas voluntarias -principalmente en oficinas y servicios centrales-, tal y como sucedió en los últimos ERE de CBK (2019) y de BKIA (2018). Cierto es que ambos acuerdos contemplaban la movilidad geográfica, que en el caso de CaixaBank era de un radio máximo de 75 kilómetros y en el de Bankia forzosa. De ahí que sea la movilidad la tercera clave de la negociación.
A la espera de que comiencen las negociaciones en firme, buena parte de la fuerza laboral del nuevo banco domiciliado en València espera acontecimientos. Y no son pocos, dado que el total de empleados asciende a más de 51.000 repartidos entre los casi de 35.600 de CABK y los cerca de 16.000 de BKIA.