Valores como el trabajo en equipo, la colaboración, el compromiso, la flexibilidad o la motivación son parte de la filosofía del Grupo Alfatec y definen a los profesionales que forman parte de la empresa.
VALÈNCIA. El Grupo Alfatec es una empresa valenciana especializada en desarrollar software a la medida de las empresas y productos digitales en diferentes sectores como la industria, automoción, la sanidad, el sector público, puertos o logística. En solo doce años de vida ha crecido hasta superar las 500 personas trabajando y los 25 millones de facturación anual. Además de la sede central, situada en Valencia, cuenta con oficinas en Alicante, Castellón, Murcia, Madrid y Gran Canaria, y en pleno proceso de internacionalización, está presente en 12 países de Europa, América Latina y África, además de emplear personal de 18 nacionalidades diferentes. ¿La clave de ese éxito? Ernesto Del Valle Blanco, responsable del área de Personal del grupo, lo tiene muy claro: las personas que componen la empresa.
Y es que la filosofía de este grupo empresarial se resume en que las personas son el corazón de la empresa, el centro de la organización. «Somos una empresa digital y ello significa no solo trabajar con herramientas informáticas actualizadas, implica también un cambio de mentalidad en la gestión empresarial y de personal, que requiere una nueva forma de pensar en las personas trabajadoras. La digitalización necesita de ambientes motivadores, flexibles, de colaboración, felices, y esos valores no se consiguen si no se trata adecuadamente a las personas», apunta Ernesto Del Valle Blanco.
Ese cambio de gestión se percibe desde el primer momento que uno atraviesa las puertas de Grupo Alfatec. Aquí no hay despachos, solo espacios abiertos donde todos trabajan en equipo, desde el responsable del área hasta la última incorporación a la empresa. En Grupo Alfatec no existe una jerarquía estructurada tradicional, sino que se basa en un modelo horizontal, donde los responsables se encargan de coordinar y organizar y donde la colaboración y el intercambio de información es clave para sacar adelante cada uno de los proyectos.
La apuesta por las personas se traduce en una serie de medidas como un plan de igualdad, «muy efectivo y del que estamos muy orgullosos, ya que aquí existe una igualdad plena, entendiendo el valioso aporte de la presencia de la mujer al proceso productivo y a nuestras dinámicas de trabajo». Otras medidas son clave estratégicamente, como las de conciliación, premiadas con el sello CONCILIA-TE del Ayuntamiento de València en 2012, «no podemos decir que nos preocupamos por las personas si no se les propone un entorno en el que ellos puedan conciliar su vida laboral, personal y familiar. Y eso requiere un ambiente de trabajo flexible. Esto crea un alto sentimiento de pertenencia de los trabajadores a la empresa y de compromiso»; también se fomenta los hábitos saludables como el consumo de fruta, la participación en eventos deportivos o la creación de espacios saludables, los programas de teletrabajo o trabajo a distancia; y también se puede combinar el ocio con el trabajo en sus instalaciones, «contamos con una sala donde las personas pueden sentarse a hablar, compartir o jugar al ping pong cuando quieran».
Es más, ya en el proceso de selección se percibe algo diferente. No solo se buscan candidatos que reúnan unos conocimientos específicos, sino que además tienen que sentirse identificados con los valores de la empresa. «El currículum en sí mismo no te hace competente para un puesto de trabajo, solo sirve para que te llamen a una entrevista de selección. Luego hay que demostrar qué tu eres la persona que realmente encaja en ese puesto. Y para ello no solo tenemos en cuenta las competencias técnicas, también influye, y mucho, las personales. Un currículum perfecto implica que detrás hay un profesional con valores humanos. Si no, no será perfecto, porque uno puede ser un buen profesional, pero le faltarán los valores que le hacen idóneo para ese puesto de trabajo».
Esa exigencia en el proceso de selección de personal es clave para minimizar conflictos de clima laboral, de equipo, interpersonales e influye en todo el proceso productivo de la compañía. «Somos muy conscientes del impacto que tienen las tecnologías de la información y la comunicación en la sociedad. Si detrás de ellas no hay personas con valores desarrollándolas, no estaríamos influyendo positivamente en el futuro de la sociedad», afirma Del Valle Blanco.
Esa apuesta por las personas es un atractivo para captar talento, en un momento en el que es muy difícil para las empresas tecnológicas encontrarlo. «Hay mayor demanda que oferta en el mercado, salen muy pocos titulados y las empresas tenemos un reto muy importante para retener el talento. Y esa falta de perfiles es un reto, no solo para nuestro sector, sino de toda la sociedad. Los gobiernos e instituciones deben entender que necesitamos más egresados de la universidad en materias tecnológicas y potenciarlo para dar respuesta al cambio de paradigma productivo actual».
Ante esa falta de perfiles en Grupo Alfatec decidieron tomar cartas en el asunto. Partiendo de las posibilidades que ofrecía su Centro de Formación, y bajo la máxima de ‘si no lo encuentras, créalo’, decidieron crear esos perfiles. ¿Cómo? A través de unos cursos de especialización conocidos como Bootcamp. Son cursos intensivos (en tres meses se concentra los conocimientos necesarios que en otras circunstancias tardarían tres años en adquirir) que forman a técnicos, incluso de otras carreras que no son informática y que quieren reorientar su perfil.
Un ejemplo de este trabajo es el proyecto EDIBO, un proyecto subvencionado por la UE. Basado en un enfoque innovador, inspirado en el Rapid Technology Skills Training del Banco Mundial, el proyecto EDIBO está dirigido a jóvenes entre 21 y 29 años que no estén ni trabajando ni estudiando. Las empresas TIC definen sus necesidades y, sobre estas, se desarrollan programas formativos. Tras la fase formativa, los alumnos realizan un periodo de prácticas, pudiendo obtener un contrato laboral. Este proyecto está patrocinado por la EEA and Norway Grants Found for Youth Employment y en él participan diferentes países europeos; Valencia fue seleccionada en España y en concreto, es la UPV quien lleva la dirección del proyecto, que a su vez eligió el centro de formación de Alfatec para ejecutarlo. Ya cumple su tercera edición. Además, «Grupo Alfatec ha hecho un agregado a este proyecto y hemos creado el proyecto NIDO, donde técnicos especializados nuestros forman a los estudiantes en su período de prácticas de empresa, reforzando lo que ya habían aprendido con EDIBO. Muchos se quedarán con nosotros porque se forman justamente en aquellas tecnologías que hoy nos cuesta tanto encontrar».
El gran reto de Grupo Alfatec es mantener la filosofía a medida que va creciendo y que las personas sigan siendo el centro de la organización y que así lo sientan. Para ello cuentan con herramientas informáticas actualizadas que les ayudan en la gestión ejecutiva y de personal: un mapa de conocimiento interno, la App FUIFI -que facilita la gestión del Área de Personas y la comunicación interna del Grupo- así como cuadros de mando basados en las tecnologías de Business Intelligence «que nos ayudan a agilizar el proceso de toma decisiones».
Además, se trabaja en tres líneas. La primera es facilitar la formación continua de los trabajadores. «Hay algo distintivo y necesario en la gestión de una empresa digital que es la adquisición de conocimiento. En este sentido, cada año las distintas unidades de negocio proponen al Área de Personas las necesidades formativas que existen. Nosotros damos forma al plan de formación anual y también damos respuesta a las formaciones específicas que impone el propio negocio y que pueden ir surgiendo a lo largo del año. Los conocimientos tecnológicos cambian continuamente y se necesita actualizarlos para que todos nuestros proyectos se mantengan y sigan creciendo. Para ello contamos con nuestros propios centros de formación», señala Del Valle Blanco.
Centros de formación que también ofrecen formación externa, «lo novedoso es que tanto nuestros trabajadores como nuestros clientes no van a un centro de formación aislado, si no que vienen a formarse a una empresa tecnológica donde posiblemente quien está enseñando ejecuta esas materias. Además, contamos con la colaboración de la UPV y grandes expertos del mundo de la informática».
La segunda línea, relacionada también con el desarrollo de las personas trabajadoras, es la elaboración de un plan de carrera para incentivar el desarrollo profesional y personal. De momento cuentan con un Plan de Carrera Junior y quieren extenderlo a otros niveles. Y la tercera línea para mantener a las personas en el centro de la organización es que nadie se sienta de fuera. «Esta es una empresa internacional, tanto por nuestra presencia en otros países, como por la cantidad de personas de otras nacionalidades que trabajan aquí. Cuando encontramos un técnico válido, que aporta los valores humanos y tecnológicos que buscamos, lo intentamos atraer, nosotros miramos a la persona con todos sus valores personales, culturales y técnicos, no de dónde es. Además, las personas de otros países aportan a la gestión interna valores multiculturales que son muy importantes en los entornos digitales, aporta puntos de vista distintos, criterios de adaptabilidad, frescura… por lo que siempre podemos aprender de ellos», concluye el responsable del área de Personas del grupo.