grand place / OPINIÓN

Es el mercado amigo…

17/12/2019 - 

Sí, tienen nombres y apellidos. “Es el mercado, amigo”, nos dijeron cuando nos estaban esquilmando mientras nos hacían sentir culpables por “vivir por encima de nuestras posibilidades”. No, no son entelequias: los mercados, la prima de riesgo, la burbuja inmobiliaria, la bruja piruja… Son personas de carne y hueso, “personas humanas”, con nombres y apellidos, con Facebook y recuerdos del verano, con un LinkedIn donde se descubren. Vaya…, si tenemos aquí de nuevo a Ana Estrada Lopez, directora ejecutiva de Goldman Sachs, según su brillante y joven currículum. 

Sin perdón, como Clint Eastwood. Así comenzó a actuar Goldman Sachs en España en los albores de la crisis financiera mundial, provocada precisamente por éste y otros gigantes norteamericanos. Los bancos de inversión estadounidenses vieron un filón en el parqué inmobiliario europeo en cuanto terminaron allí con las sub-prime, los swapps y las preferentes. Productos financieros complejos, me dijeron en la universidad que se llamaban. Y que no me fiara, me advirtieron en la clase de Máster.

Yo no me fié, pero algunos bailaron hasta el amanecer. En 2013, la Comunidad de Madrid, entonces presidida por la popular Ana Botella, vendió casi 3.000 pisos públicos con inquilinos a este fondo de inversión a través de empresas interpuestas. También se hizo con la cartera de activos del antiguo fondo inmobiliario de Bankia, unas 1.336 viviendas protegidas. Fue en 2014, cuando el Gobierno de Mariano Rajoy eligió a Goldman Sachs para diseñar la privatización de Bankia. El zorro al cuidado de las gallinas.

¿Y eso? Amor con amor se paga. Vamos a recordar más nombres y apellidos. Luis de Guindos el entonces ministro de economía español, venía de vender acciones de Lehmann Brothers por España, el banco cuya caída provocó la crisis financiera mundial. A esta caída coadyuvó, junto con otros, Goldman Sachs. El ex ministro español ha ostentado hasta hace poco la vicepresidenta del Banco Central Europeo, durante la presidencia de Mario Draghi, procedente de Goldman Sachs Europa cuando a Grecia le vendían swapps que luego le afearon durante los rescates. Información privilegiada se llama.

Por cierto, que fue de Guindos quien negoció el rescate del sistema bancario español con el Banco Central Europeo. Que no nos iba a costar ni un euro, nos dijeron. Y ya son más de 66.000 millones de euros los que nos deben. Porque el aval lo firmó el Gobierno con el dinero de nuestros impuestos. Y ahí estamos, sin atrevernos a pedirles la vuelta. 

Tanto es así que ni el Consejo Europeo, con sus 28 Estados menos Boris Johnson, se han atrevido a llevar a culminar la Unión Bancaria. La última gesta se resquebrajó en la última cumbre, hace unos días, cuando no hubo acuerdo en la creación de un Fondo de Garantías de Depósitos Bancarios. El objetivo: que haya un fondo de rescate para garantizar el dinero de los ciudadanos en caso de que se dé una nueva crisis financiera. El problema: que son los bancos los que tienen que poner ese dinero de garantía. Normal, si lo pusieran los Estados, de nuevo la juerga bancaria la pagaríamos el común de los mortales con despidos, recortes, desahucios. 

Esperemos que esta última crisis haya servido para que los ciudadanos salgamos a la calle para protestar y luchar contra otro robo como el que han perpetrado, dijo con otra palabras Felipe González hace unos años. Mientras, los buitres siguen al acecho. aunque los llaman fondos de reptiles. Sin perdón, pero con justicia.

Al menos esto es lo que ha pasado esta semana cuando el Tribunal Supremo ha declarado nulo el acuerdo del año 2013 por el que el gobierno regional de la Comunidad de Madrid vendió 2.935 viviendas, 3.084 garajes, 1.865 trasteros y 45 locales, repartidos en 32 promociones del Ivima, vienés pública y social con gente viviendo, también con nombres y apellidos. Se lo quedó Azora Gestión por 201 millones de euros, activos que se englobaron en Encasa Cibeles. Detrás estaba Goldman Sachs. Sin perdón…

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