VALÈNCIA. El músico Eduardo Bort ha fallecido. Considerado uno de los músicos más destacados del rock sinfónico a escala internacional, Bort ha muerto tras una larga enfermedad, según ha podido confirmar este diario. El artista dice adiós pocos meses después de que se le rindiera uno de los mayores homenajes de su carrera, un concierto en el Teatre Principal que contó con la participación de Max Sunyer o Jorge Pardo, entre otros. “Ha sido y es un artista avanzado a su tiempo que de manera inexplicable no ha sido reconocido en su tierra. Espero y deseo que este concierto sirva para redescubrirlo y para que, aquellos que tienen como referentes a Santana o Pink Floyd, añadan a sus listas de reproducción los discos de Eduardo”, explicó entonces Marga Landete, directora adjunta de Música y Cultura Popular del Institut Valencià de Cultura.
El concierto no fue tanto un viaje nostálgico, “sino de reaparición social y donde el músico valenciano demostró que él no vive de recuerdos sino que continúa creando”, describía en este mismo diario J. R. Seguí. Eduardo Bort es considerado un músico de culto, un virtuoso de la guitarra que ha pasado mucho tiempo en silencio tras haber removido las esencias del rock sinfónico con grabaciones como Eduardo Bort, considerada una de las obras más importantes del rock sinfónico español, o Silvia, donde dejaba constancia de que su guitarra iba por caminos aún inexplorados por el ‘rock’ español. Hoy en día estos dos discos son buscados y muy cotizados por los coleccionistas del género.
Eduardo Bort empezó su carrera con el grupo Yann, con el que compuso su ilustre debut. Tras una odisea en Londres, que el músico relató en el podcast Músicas Sonadas de Plaza Radio, el resto de miembros de su banda no quiso seguirle y perdieron un contrato. Ya en España, intentó lanzar el disco para mantener la proyección que le dieron en Gran Bretaña, pero cayó en el olvido. El tiempo le ha dado la razón a este músico, cuyos dos primeros se han convertido en un tesoro para lo melómanos. A pesar de eso, Bort nunca ha logrado el reconocimiento ni de la industria, ni de las instituciones, ni de los grandes medios de comunicación. Entre otras cosas, no ser profeta en su tierra le hizo marchar a Madrid, donde ha vivido las últimas décadas de su vida, colaborando con algunos de los guitarristas más importantes del mundo, como Santana.
Este reconocimiento solo llegó en marzo de 2019, cuando el Institut Valencià de Cultura celebró un concierto homenaje en el Teatro Principal de València, rodeado de amigos y aficionados a la música, en la última vez que se subió a un gran escenario. Bort anunció en ese mismo concierto que padecía un cáncer agresivo, pero no se rindió: él afirmaba que tenía canciones nuevas y que, conforme el cuerpo le fuera dejando, seguiría tocando.
Eduardo Bort no solo fue un fetiche musical, también fue un músico que influenció e iluminó a otros creadores. El mismo Isaki Lacusesta le dirigió un videoclip, y son innumerables los grupos de rock que beben de sus canciones. Su memoria queda impregnada, en primer lugar, por su virtuosismo con la guitarra; y ya en segundo plano, la historia épica de su debut musical.
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