VALÈNCIA. Fernando Ibáñez es el nuevo presidente de la Asociación Española de Empresas de Asesoramiento Financiero (Aseafi), tal y como publicó este diario hace tres semanas este diario. Un reto más en la dilatada trayectoria de este financiero valenciano, con 25 años a sus espaldas trabajando en el sector, que ocupaba la vicepresidencia de dicha institución liderada hasta entonces por Carlos García Ciriza.
Ibáñez, director general de la EAF valenciana Ética Patrimonios -primera debidamente registrada por la CNMV en la 'city' local hace una década-, pasó por las instalaciones de Valencia Plaza para conocer de primera mano sus impresiones, no solo sobre lo que tiene pensado hacer al frente de la Aseafi, sino sobre otros aspectos vinculados con los mercados y la inversión.
-¿Qué hoja de ruta tiene en su agenda?
-En primer lugar, tengo que decir que Carlos García Ciriza ha hecho un trabajo excelente en la presidencia de Aseafi, y ciertamente es difícil mejorarlo. Ha puesto en el mapa a la asociación, mientras mantenemos excelentes relaciones tanto con la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) como con las gestoras; y no vamos a desviarnos de ello en lo que va a ser una línea continuista, aportando también nuestras ideas lógicamente (sonríe).
-¿Por ejemplo?
-Queremos reforzar ciertas cosas, como seguir 'peleando' por tener unas condiciones que se exigen a las EAFs (Empresas de Asesoramiento Financiero) adaptadas a su tamaño medio, porque eso nos está cargando de costes y de recursos administrativos. Se trata de buscar la equidad, en función de las características de cada tipo de entidad y sus servicios. También impulsaremos la digitalización de los servicios, que no significa menoscabo al asesoramiento personal, pero con la Covid-19 hay que adaptarse cuanto antes a las nuevas tecnologías, que nos permiten establecer nuevas formas de relación. Así mismo, potenciaremos la inversión socialmente responsable (ISR), que llevamos por bandera en Ética Patrimonios. Es algo muy presente en los mercados y las EAFs no podemos quedarnos atrás. Todo ello, además de mantener el buen trabajo realizado hasta ahora por la asociación.
-Hablaba antes de la ISR, profundice como experto en la materia lo que tiene previsto al frente de la Aseafi...
-Mi elección como presidente viene en buena medida por la experiencia que tengo en lo que a la inversión socialmente responsable se refiere. Es una revolución en el sector financiero y puede ser un gran cambio social. Es un proceso lento, pero firme y Aseafi tiene que acompañar y ayudar a sus miembros, integrando valores humanos e impacto social. Esto ha dejado de ser una moda porque los resultados se pueden medir y comparar. La industria está transformándose y dentro de unos años todo el sector financiero tendrán implantada una política siguiendo los criterios ASG, es decir, ambientales, sociales y de gobernanza.
-¿Qué les diría a todos aquellos que siguen pensando que la rentabilidad está reñida con la ASG?
-Pues que es una leyenda urbana que se ha dado la vuelta porque hoy en día van de la mano y es una ventaja competitiva apostar por la sostenibilidad. Tanto en la actual crisis como en la que sufrimos desde 2008, los valores de empresas que han integrado criterios ASG en la gestión han demostrado mayor resiliencia en los malos momentos y han aprovechado en mayor medida la recuperación.
-¿Como preparan el Día de la Educación Financiera, que tendrá lugar el próximo 5 de octubre?
-Aseafi sigue apoyando todo lo que sea cultura financiera, porque sigue siendo una de las grandes carencias que tiene España, a pesar de su impacto en la vida de todas las personas. Había que hacer muchas más cosas como introducir conceptos básicos financieros en la educación desde niños. Cualquier joven de 15 años en Europa sabe nociones básicas y aquí, desgraciadamente, no sucede lo mismo.
-Hablando de cultura financiera, que en España solo hayan 138 EAFs debidamente registradas ante la CNMV comparado con las más de mil en países de nuestro entorno –principalmente Reino Unido-, ¿es falta de ello?
-Es un cúmulo de cosas. A las crecientes exigencias mencionadas anteriormente, se suma que nuestro asesoramiento financiero se muere -da igual a través de la banca privada que de las EAFs- porque cada día es más difícil obtener rentabilidades. El inversor conservador lleva 4 o 5 años que no tiene sitio para invertir con unas garantías suficientes. Por otro lado, tenemos nuevos competidores como los 'robo advisors' y la gestión pasiva, que 'rankean' sus productos por costes y no por rentabilidad. Y es en esa 'batalla de precios' donde el proveedor de servicios y el cliente salen perdiendo con productos de menor calidad. Seguimos reivindicando el asesoramiento personalizado porque el patrimonio de una persona es muy importante, y contar con un profesional que le aconseje con una visión estratégico a largo plazo, de forma totalmente independiente, puedesuponer una gran diferencia.
-A la vista de lo que está sucediendo en la banca, ¿es posible luchar ya de tú a tú contra los bancos en lo que a asesoramiento se refiere?
-La banca está cambiando mucho también y estamos en un proceso que acabará en cuatro o cinco grupos bancarios en una especie de semi-oligopolio. Eso también afectará a los servicios financieros, que serán más baratos y de menor calidad. Como no hay cultura de pago, los clientes cada vez le dan menos importancia pero el asesoramiento financiero es un servicio de interés público y eso es lo que tenemos que poner en valor desde el sector.
-¿Por qué no hay cultura de pago en España a la hora de recibir asesoramiento financiero?
-Porque seguimos teniendo un país muy bancarizado donde se dedican a distribuir productos financieros y no a asesorar. No hay que olvidar que tenemos la red bancaria más grande del mundo. El cliente no tiene costumbre de pagar por recibir asesoramiento de calidad; hay una cultura antipago porque hemos creado un cliente que no está acostumbrado a pagar. Es una barrera psicológica muy difícil de cambiar para poder ser como los anglosajones o los franceses. La culpa no es de los clientes sino del sector porque no estamos poniendo en valor nuestro servicio. Es algo en lo que tenemos que trabajar.
-Hablando de la banca, ¿prevé un proceso de integraciones de EAFs?
-Es natural que, en un entorno complicado, las EAFs tomen decisiones estratégicas. De ahí que desde Aseafi, queremos que cada vez haya más EAFs, pero lo cierto es que el asesoramiento financiero fuera de la gran banca no ha podido desarrollarse como se esperaba. Estamos en una situación muy complicada y necesitamos apoyo de los reguladores, si realmente quieren avanzar en esas mayores garantías de independencia para el inversor. Pedimos que los inversores tengan libertad y alternativa para acceder a servicios profesionales e independientes.
-Ya se está hablando de la MiFid III, ¿qué le parece?
-(Sonríe antes de responder). La pregunta que haría sería si la MiFid I y la MiFid II han protegido al pequeño inversor. No lo tengo claro, porque un cliente tiene que firmar 25 cosas que no se suele leer. Sigue habiendo mucha burocracia y no, no soy muy optimista sobre la MiFid III. Por ejemplo, no estamos a favor de que se eliminen las retrocesiones de manera radical, porque va a afectar al modelo de negocio de las EAFs. Debería plantearse una evolución progresiva, que permita a las entidades ir adaptándose, u otro modelo.
-Para terminar, ¿cómo ve actualmente a los mercados financieros?
-Muy complicados, la verdad. En renta fija, la cosa está complicada porque es difícil obtener rentabilidad sin riesgo o riesgo bajo. En bolsa, hay que ser muy selectivo en sectores reforzados por la crisis pandémica, como biotecnología, salud y tecnología. Por otro lado, veo una gran migración desde la banca privada hacia economía real como el capital riesgo, y desde inmuebles hasta 'startups', renunciando a liquidez a cambio de una mayor rentabilidad.