Gonzalo Gortázar, consejero delegadoVALÈNCIA. CaixaBank (CABK) presentó sus resultados semestrales antes de la apertura de ayer y, tal como se preveía, las provisiones marcadon los números. La entidad presidida por Jordi Gual ganó un 67% menos por una provisión extraordinaria de 1.155 millones de euros, lo que redujo el beneficio a los 205 millones. Unas cuentas que fueron presentadas ante la prensa -de nuevo de forma telemática- por Gonzalo Gortázar, consejero delegado de la entidad, Matthias Bulach, director ejecutivo de Intervención, Control de Gestión y Capital; y María Luisa Martínez, directora ejecutiva de Comunicación, Relaciones Internacionales, Marca y RSC.
Hora y media duró el acto donde el 'número dos' del banco domiciliado en València reconoció a preguntas de los periodistas -con una sonrisa- que "tenéis CaixaBank para rato a pesar de la que está cayendo". Gortázar señaló que CABK saldrá de la crisis del coronavirus sin necesidad de realizar ninguna fusión, descartando cerrar 2020 con pérdidas. "Nosotros, desde luego, podemos salir de esta situación sin hacer ninguna operación corporativa. "Somos el mayor banco en España en todas las dimensiones y no está en nuestro escenario base buscar una operación".
En ese sentido recordó las últimas operaciones llevadas a cabo, como la compra de Barclays Bank en 2014 y la toma de control de BPI en Portugal, que culminó en 2018 con el 100% de las acciones. Ambas operaciones reconoció que fueron un "exitazo". Desde entonces el ejecutivo reconoció que"no hemos mirado operaciones. Hemos dedicado los esfuerzos a la transformación interna porque había mucho por hacer. No nos hace falta ninguna operación corporativa con el tamaño que tenemos -aunque si se presentaran se estudiarían-, pero no la estamos buscando porque con lo que tenemos podemos salir bien, esa es nuestra filosofía".
Respecto a los posibles ajustes en la plantilla, Gortázar manifestó que "tendremos que hacer cambios y tener más plantilla en 'inTouch', nuestro servicio de gestión remota de clientes de banca de particulares". Y es que el objetivo de CABK es ampliar el número de gestores de ese segmento para avanzar en la digitalización y seguir reduciendo la red de oficinas en los próximos meses hasta las 3.600, "un objetivo que se ha retrasado un poco por la crisis del coronavirus pero en el que se seguirá trabajando".
Por otro lado, el CEO informó que ayer mismo la entidad, a través de su filial CaixaBank Payments & Consumer, llegó a un acuerdo con Global Payments para vender un 29% de su actual participación de un 49% en el capital social de la 'joint venture' Comercia Global Payments por 493 millones de euros, una operación que la generará una plusvalía de 410 millones.
En otro orden de cosas, Gortázar manifestó que el banco prevé volver a su política de dividendos cuando el Banco Central Europeo (BCE) levante su recomendación a la banca de no repartirlos y no efectuar recompras de acciones propias para preservar el capital de las entidades, una medida extendida hasta el 1 de enero de 2021. El consejero delegado expresó su "confianza en que el BCE cambiará su posición a finales de año", por lo que el banco está reservando dinero para el abono del dividendo. "Esta medida tiene toda la lógica del mundo. No la voy a criticar. Entiendo lo que está haciendo el supervisor, pero también lo entiendo como medida excepcional y temporal, no definitiva".
Eso sí el dividendo CABK volverá a ser en contante y en sonante, "en metálico, el de verdad", y no en acciones. Para ello recordó que en marzo decidieron pagar siete céntimos por acción de dividendo a cuenta de 2019 en lugar de los 15 céntimos por acción que estaban previstos. De cara a este 2020, tal y como comunicó hace tiempo la entidad, ha modificado su política de dividendos para el ejercicio, consistente en la distribución de un dividendo en efectivo superior al 50% del beneficio neto reportado, pasando a la distribución de un dividendo en efectivo no superior al 30%.
Por otro lado, el CEO afirmó que "no es el momento de estrangular la economía" con nuevos impuestos, como el destinado a la banca. "Necesitamos una banca fuerte y sana que siga dando liquidez a la economía, e independientemente de que no tenga sentido de por sí, es el peor momento para cargar con más cuestiones de este tipo a la banca". A su juicio, la prioridad es que la economía recupere su vigor, y luego a medio y largo plazo tomar las medidas necesarias para equilibrar las cuentas, en alusión al déficit y la deuda pública.
Asimismo defendió la digitalización de la economía española y que se retoque la reforma laboral para "evitar la dualidad que golpea a los jóvenes". Como también la prolongación de los créditos ICO y los ERTE "hasta donde sea necesario", pero eso sí advirtiendo de que no tiene sentido mantener empresas vivas si no van a ser viables.
Por otro lado, Gortázar aseguró que CaixaBank seguirá ofreciendo créditos y tarjetas 'revolving' o de pago aplazado, un producto que el Tribunal Supremo ha puesto en cuestión por los altos intereses aplicados, porque lo hace "con transparencia y claridad". Entre un 0,3% y un 0,4% de todos los créditos de CaixaBank son del tipo 'revolving', un producto que "existe en todo el mundo" y que "debe seguir siendo ofrecido a los clientes porque es muy cómodo porque permite comprar una cosa y tener capacidad de diferir el pago. Lo que hay que hacer es venderlo bien, con transparencia y con claridad".
Por último, y respecto al fondo europeo para la reconstrucción tras la crisis de la covid-19, lo considera un "asidero muy importante", y ha indicado que es necesario que estos recursos se distribuyan bien y rápido. Palabra del consejero delegado del "primer banco en España lo miremos por donde lo miremos".
