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Good morning, Vietnam!

14/10/2018 - 

He visitado Vietnam en un par de ocasiones (en la parte norte de Hanoi y central de la histórica Hue y la tropical Danang y la capital del sur Ho Chi Min City o Saigón) y tengo que reconocer que me impresionó muy positivamente. Percibí una economía dinámica y vibrante, un lugar donde el pasado convive con un futuro ilusionante y una gente (que ha sufrido con especial intensidad) sencillamente maravillosa, algo así como chinos tropicales, más simpáticos y cercanos.

Se trata de un país con el que no estamos demasiado familiarizados pero sus logros son ejemplares más aún si tenemos en cuenta la terrible guerra que lo asoló durante años.

Retrocedamos algo en el tiempo. Fue objeto de una tardía colonización francesa a partir de 1884 e integrando en la Indochina Francesa a partir de 1887. La administración francesa nunca fue pacífica en Vietnam y, tras la conclusión de la Segunda Guerra Mundial (en la que si bien los japoneses habían invadido Vietnam se permitió al Régimen de Vichy seguir administrando la colonia) la situación se deterioró profundamente iniciándose una guerra por la independencia (recordemos que no hay independencia sin guerra) que se prolongó en el tiempo hasta 1954 año en el que tuvo lugar la sonora derrota francesa en Dien Bien Phu frente al Viet Minh (Liga para la Independencia de Vietnam) liderado por el incombustible Ho Chi Minh. Los  acuerdos de Ginebra de ese mismo año pusieron fin a la presencia francesa en Vietnam, dividiéndolo en dos partes: la parte norte controlada por Ho Chi Minh y la sur bajo la autoridad del emperador Bao Dai. Los acuerdos establecían la celebración de elecciones con el propósito de unificar ambas zonas transcurridos dos años pero la negativa Norteamericana al proyecto y su apoyo a Ngo Dinh Diem (Presidente de Vietnam del Sur de 1955 hasta 1963), quien rechazó los acuerdos de paz e implantó un gobierno autoritario de derechas, culminaría a partir de 1958 en el reinicio de las hostilidades y la formación en 1960 del Frente Nacional de Liberación o FNL, también conocido como el Viet Cong. La intromisión norteamericana en un contexto de guerra fría fue notable. Y se trata de la primera guerra relevante que perdieron los Estados Unidos. A pesar de una posición militar inicialmente preponderante no pudieron vencer al enemigo vietnamita y en 1973 se proclamó un alto al fuego que tras dos años concluyo en la unificación de Vietnam bajo un gobierno comunista.

Los tiempos de la posguerra fueron especialmente duros. El país sufría de una inflación galopante y la producción nacional resultaba especialmente baja lo que se explica por la muerte de una gran parte de la población activa como consecuencia de la guerra. Además el embargo comercial impuesto por Estados Unidos y su aislamiento internacional (en gran parte también impuesto por los Estados Unidos)  no contribuyeron a una rápida recuperación.

No obstante, a partir de mediados de los años 80, la fortuna de Vietnam empezó a cambiar. Básicamente desde el momento que el Partido Comunista de Vietnam adoptó una política económica que denominó (y esto es un bonito oxímoron) economía socialista de mercado. Se trata del lanzamiento del “doi moi”, moviemiento reformista inaugurado en 1986 que se basó en potenciar actividades económicas netamente exportadoras y liberalizar la economía. Así Vietnam se convirtió en poco tiempo en segundo exportador mundial de arroz (compitiendo con Tailandia), en un serio competidor de Brasil en las exportaciones de café, desde 1995 restableció sus relaciones diplomáticas con los Estados Unidos, recibió relevantes ayudas al desarrollo que tuvieron un efecto favorable y, lo que es más importante, sus niveles de pobreza se redujeron de forma significativa. Así si en 1993 la población que vivía por debajo del nivel de pobreza representaba un escalofriante 59% en la actualidad representa un 12.3%. Su incorporación a la Organización Mundial del Comercio en 2007, 5 años después de China, el desarrollo de una industria turística de primer nivel y el establecimiento de un sistema eléctrico moderno, todo ello, ha contribuido a un milagro económico indudable.

Repasemos algunos datos especialmente ilustrativos. Se ha conseguido un equilibrio macroeconómico duradero que se evidencia en un crecimiento económico sostenido entre 2005 y 2017 del 6.3% de media. Se multiplicado la renta per cápita de conformidad con cifras oficiales de 396 USD en el 2000 a 2.385 USD en el 2017.

Estos extraordinarios resultados se están consiguiendo por el liderazgo empresarial y el efecto llamada producido por multinacionales serías que se han instalado en Vietnam como Nestlé y las coreanas Samsung Electronics y LG. En este sentido, el país asiático se ha convertido en una potencia manufacturera que compite ventajosamente con su todopoderoso vecino chino. En el año 2018, a pesar de las amenazas y del impacto negativo que pueda derivarse el nuevo proteccionismo norteamericano y de la guerra comercial auspiciada por el Presidente Trump, el crecimiento seguirá manteniéndose gracias a una inversión extranjera robusta, el incremento del crédito privado, el aumento en los ingresos domésticos que permitirá el mantenimiento del consumo interno. El Gobierno de Vietnam ha reaccionado de forma ágil adoptando medidas que restrinjan el crédito a los sectores menos productivos de la economía tratando de asegurar de esta forma el crecimiento económico.

¿Cómo se han conseguido estos resultados espectaculares?

La primera razón es de naturaleza demográfica y geográfica. Vietnam ha alcanzado ese estatus atractivo para las inversiones extranjeras por tener una población que se expande rápidamente (en la actualidad alcanzan los 91 millones de habitantes), siendo esta población joven especialmente adecuada tanto para tareas más cualificadas como no cualificadas. Desde el punto de vista geográfico su extensísima costa favorece el comercio y el intercambio con los países de su entorno así como permite conexiones globales.

En segundo lugar, cabe destacar, como se deduce de lo expuesto antes, la diversificación de su economía, tanto en cuanto al rango de sus productos como en cuanto al destino de sus exportaciones. Sus tratados comerciales con numerosos países hay contribuido a intensificar el comercio. Asimismo se ha cambiado de una dependencia más acusada de los productos agrarios a un mayor protagonismo de productos electrónicos y manufactureros.

En tercer lugar, y este dato es especialmente relevante, sus costes laborales y operativos se han contenido por lo que continúan siendo relativamente bajos sobre todo si los comparamos con los chinos. Por lo tanto, como apunta the Economist, muchos empresas occidentales siguen una política de China más uno siendo ese uno Vietnam.

Y, en cuarto lugar, la tutela del Gobierno de Vietnam en cuanto a la apertura económica ha resultado especialmente exitosa. En este sentido, procede hacer referencia a un mecanismo reciente para Vietnam de impulso de la actividad económica consistente en la creación de Zonas Económicas Especiales (SEZs en inglés Special Economic Zones). Este tipo de proyectos se han utilizado con resultados satisfactorios en muchas partes del mundo. China es el ejemplo más claro. Se trata de privilegiar a determinadas zonas para hacerlas especialmente atractivas para los inversión.

Sobre las características de estas zonas me detendré en el futuro junto con el análisis detallado de un ejemplo de proyecto español exitoso en Vietnam que, doy una pista y si me permiten la expresión coloquial, ha resultado muy chulo.


Francisco Martínez Boluda, Abogado de Uría Menéndez

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