VALÈNCIA (AGENCIAS). El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, ha asegurado que un equipo especializado en sistemas ya está dando pasos en línea de organizar la integración tecnológica de Bankia en el nuevo grupo combinado, que se espera para el cuarto trimestre de 2021.
A pesar de que está previsto que la fusión se haga efectiva en el primer trimestre de 2021, una vez obtenida la aprobación de los accionistas y de las autoridades regulatorias, no será hasta la integración tecnológica cuando los clientes y los empleados percibirán que ambas entidades son un mismo banco, ha dicho Gortázar durante su intervención en el 'XI Encuentro Financiero' organizado por KPMG y Expansión.
En este sentido, aunque ha reconocido que las integraciones son complejas y requieren de mucha preparación, ha asegurado que CaixaBank y Bankia tienen la suerte de tener experiencia por haber realizado "muchas".
Mientras tanto, Gortázar ha indicado que el 98% plantilla de la nueva CaixaBank debe estar centrada en el negocio, mientras que solo el 2% restante se está dedicando a pensar en cómo hacer la integración, como en el área jurídica, centrada en el cierre de la transacción.
En esta línea, ha asegurado que los roles de Jordi Gual --actual presidente de CaixaBank-- y de José Sevilla --actual consejero delegado de Bankia-- durante los próximos meses serán "críticos". "Son profesionales extraordinarios y están centrados en los dos próximos trimestres con lealtad a sus instituciones", ha apostillado. Sobre el futuro de los mismos, ha dicho que "ya llegará el momento" de informar sobre ello.
A su vez, ha justificado la operación explicando que en una situación de baja rentabilidad lo único que se puede hacer es buscar nuevas vías de ingresos o acometer una combinación. Según ha dicho, en la primera ya llevan trabajando desde hace mucho tiempo y, la segunda, es la alternativa decidida hace ya un mes y medio.
"Una combinación con una entidad grande como Bankia nos hace más eficientes. Somos dos entidades bien capitalizadas y saneadas ", ha subrayado.
"No nos hemos arrepentido de la decisión. Si piensas en las causas que llevan a que alcancemos este acuerdo, te das cuenta que son estructurales, derivadas de un entorno de tipos de interés en negativo que no parece que vayan a mejorar mucho en los próximos 11 años", ha precisado, asegurando que este escenario cambia la rentabilidad de las cuentas por la recogida de depósitos.
Por lo que respecta a la morosidad, Gortázar ha dicho que "lo sorprendente es que no haya subido todavía", algo que achaca a las moratorias en los créditos y a las ayudas.
Aunque al principioi se pensó que se iban a interrumpir los circuitos de pagos, en esta primera fase "nos encontramos que estas medidas retrasan la aparición de la mora", pero "las normas contables han cambiado, y aunque la mora no ha cambiado sí lo hacen las provisiones".
Este año, CaixaBank ha hecho unas provisiones "muy elevadas, no sé si astronómicas", lo que les permite tener margen; la banca se ha preparado "para lo que viene", que previsiblemente es un aumento de la morosidad.
Con todo, no hay en este momento un problema sistémico para la banca, que "hace una década estaba en mala forma, pero ahora está en buena forma", por lo que esta crisis sanitaria no se convertirá en una crisis financiera.
Aunque es cierto que algunos sectores necesitarán ayuda durante más tiempo, "esto va a pasar, y en cuanto se elimine la causa mejorará", ya que "tenemos los elementos y las palancas para recuperarnos en 2021 y en adelante".
Al igual que el resto de participantes en el encuentro, Gortázar se ha mostrado convencido de que el Banco Central Europeo (BCE) retirará el año que viene su recomendación de limitar los dividendos, decisión que se adoptó cuando "había poca visibilidad" sobre lo que se avecinaba.
Ahora ya se sabe "qué entidades pueden retomar esa senda de modo razonable", ha indicado, y ha recordado que CaixaBank decidió reducir el dividendo "antes de que lo recomendara el BCE, para mantener las defensas del banco cuando era difícil prever la gravedad de la crisis".
Asimismo, se ha referido a los más de 750.000 accionistas con los que contará la entidad resultante de la fusión, muchos de los cuales "lo estarán pasando mal y no les vendrá mal recibir algo".