VALÈNCIA. La Comunitat Valenciana registró entre enero y marzo de este año 80.500 empleos menos que en el mismo tramo de 2020, cuando los duros efectos de la pandemia todavía no habían llegado a las estadísticas de ocupación. Así lo constata la Encuesta de Población Activa que el Instituto Nacional de Estadística (INE) dio a conocer hace solo cuatro días, y en la que se aprecia cómo la autonomía valenciana ha encajado la mayor caída interanual del empleo en un primer trimestre desde 2010. Solo Canarias presenta en este último año una destrucción mayor de puestos de trabajo, aunque, como es habitual, esta caída no afecta por igual a todas las áreas productivas.
De este modo, y según los datos de ocupación por grupo de actividad proporcionados por el INE a Valencia Plaza, se observa que el empleo vinculado a las actividades sanitarias ha experimentado un fuerte crecimiento desde comienzos de 2020, mientras que en el lado opuesto la hostelería y los ámbitos de la información y la comunicación han perdido más del 20 % de su fuerza laboral. Un escenario que confirma cuáles han sido los puestos de trabajo más demandados en tiempos de pandemia y qué sectores han padecido sus consecuencias con mayor severidad.
Precisamente la hostelería, que engloba a subsectores como el hotelero, la restauración y los servicios de comidas, ha sido una de las actividades más castigadas por el avance del coronavirus. Tras padecer varios periodos de cierres y encadenar meses de restricciones, el número de puestos de trabajo de esta rama laboral se ha reducido en 36.300 respecto a los primeros meses de 2020. En este contexto, las expectativas de muchas de las empresas hosteleras, fuertemente perjudicadas también por la caída de los viajeros nacionales y sobre todo de los visitantes extranjeros, pasan por recuperar cierta normalidad en este 2021.
Así lo reconocía en una entrevista a este diario el presidente de la Confederación de Empresarios Turísticos de la Comunitat Valenciana, Luis Martí, quien recordaba que el turismo había perdido, durante 2020 y solo en territorio valenciano, unos 11.800 millones de euros de facturación. “La mayoría del sector solo aspira a llegar vivo a 2022”, sostenía. Al mismo tiempo, Martí señalaba las dificultades de adaptación sufridas cuando se daban a conocer las medidas de contención “de un día para otro”.
Pese a ello, ha habido otro sector que en términos relativos ha registrado una caída aún mayor a la encajada por la hostelería. Los empleos vinculados a la información y la comunicación, que incluyen a las actividades editoriales de cualquier tipo, desde libros a periódicos y revistas, y también a la producción cinematográfica, la radiodifusión o las telecomunicaciones, han caído en un 22 % en este primer año de pandemia. De este modo, la Comunitat Valenciana ha perdido más de uno de cada cinco empleos en este ámbito, lo que supone 11.100 puestos de trabajo menos. Es un registro que, además, termina con tres años consecutivos de incrementos interanuales de empleo en el primer trimestre.
En términos absolutos, la mayor pérdida laboral se concentra según el INE en la industria manufacturera, que después del confinamiento inicial tuvo que hacer frente también a los cambios en el consumo motivados por la incertidumbre. De esta forma, y aunque su caída del 14 % es inferior a las anteriores, tras ese porcentaje se encuentran 50.500 lugares de empleo menos que a comienzos del pasado año. De hecho, y como refleja el ‘Estudio del impacto de la covid sobre las empresas industriales’ de la Conselleria de Economía Sostenible, la Cátedra de Economía Valenciana de la Universitat Politècnica de València y el Centro de Investigación en Gestión de Empresas (Cegea), el 70 % de las compañías encuestadas ha reducido sus ventas.
Aunque los datos del Instituto Nacional de Estadística no alcanzan a ofrecer datos para cada tipo de industria en la Comunitat, el informe impulsado por Economía sí concluye, tras analizar una muestra de 520 empresas, que la automoción, el juguete y el calzado son algunas de las áreas productivas más afectadas por la crisis. En el caso de esta última rama económica, el 90,4 % de las firmas consultadas asegura haber visto un deterioro de las ventas, un porcentaje que alcanza el 100 % en la automoción y el 80 % en el caso de las jugueteras.
También el grupo de las actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento, entre las que se encuentran las artes escénicas, la creación literaria y los museos, pero también otros subsectores igualmente afectados por los cierres como los gimnasios y los juegos de azar, han experimentado una importante reducción en el número de ocupados, de casi el 20 % respecto al primer trimestre de 2020. La industria cultural, no obstante, comienza a respirar tras el incremento de los aforos hasta el 75 % desde finales del mes pasado, una medida que cines, teatros o auditorios recibieron como un balón de oxígeno. Por su parte, el sector del juego celebró también recientemente la reapertura de sus salones y la intención de la Generalitat de no recurrir esta decisión ante la Justicia.
Además de los grupos ya mencionados, la caída del empleo es asimismo relevante en las actividades financieras, que engloban, entre otras, a la banca y las ocupaciones vinculadas a los seguros, las inversiones o los fondos de pensiones. En este caso, y más allá, de la reducción del 10 % de los puestos de trabajo en el último año, la red bancaria española deberá afrontar todavía una importante salida de empleados con la reestructuración de Caixabank tras la absorción de Bankia y los procesos de ERE de entidades como BBVA. Algo similar ocurre en la agricultura, donde, más allá de los efectos del coronavirus y de las pérdidas de empleo en el último año, el sector arrastra otras cuestiones de relevancia como el envejecimiento de su población ocupada y la crisis de la rentabilidad. Del mismo modo, la construcción (-2,8 %), las actividades de transporte y almacenamiento (-1,2 %) y también el comercio al por mayor y al por menor (-2,4 %) han sufrido pérdidas de empleo en el último año.
En el lado opuesto, el primer año de pandemia deja un incremento de casi el 25 % en el empleo sanitario y de servicios sociales, de lo que se desprende que uno de cada cuatro ocupados se ha incorporado en el último año. Parte de este aumento se debería al personal contratado como refuerzo por la Conselleria de Sanidad para hacer frente al avance del coronavirus, aunque el sindicato CSIF ya ha criticado que se plantea suprimir el 43 % de estos puestos de apoyo. Como sostenía a Valencia Plaza el presidente de CSIF Sanidad en la provincia de Valencia, Fernando García, los sanitarios ven con temor que tras la crisis del virus se afronte otra “por toda la actividad que ha quedado pendiente”.
Ante esta cuestión, el president de la Generalitat, Ximo Puig, avanzó este sábado que el Consell tiene previsto aumentar las plazas fijas en 2022 “para reforzar el sistema de salud pública de calidad”, así como que la voluntad de la Administración autonómica “es mantener el máximo de contratos mientras dure la pandemia”. El titular del Consell remarcó incluso que era necesario “más personal”, a la vez que la vicepresidenta Mónica Oltra aseguraba que la Conselleria de Sanidad realizaría “un estudio profundo” de las necesidades sanitarias para reorganizar las plantillas.
Al margen de la Sanidad, también las actividades profesionales, científicas y técnicas han experimentado un relevante crecimiento del empleo en el último año (19 %), como ha ocurrido también en el apartado que engloba a la ocupación de la Administración Pública, Defensa y la Seguridad Social (12,4 %). En este sentido, se ha demostrado que el sector público ha sido un importante motor para el empleo que ha compensado en gran medida las contracciones sufridas por las ramas de producción más asociadas a la empresa privada. De hecho, y en relación al primer trimestre de 2020, el empleo público ha crecido en su conjunto un 9,8 % mientras que el privado ha caído un 6,1 %.
Por su parte, la actividad inmobiliaria, cuyo devenir tras la llegada del coronavirus ha sido objeto de debate constante, cierra el primer trimestre de 2021 con un ligero incremento de la ocupación del 1 %. Del mismo modo, también el ámbito educativo ha aumentado sus registros de empleo un 0,7 %, mientras que el grupo productivo que engloba a los suministros de agua, las actividades de saneamiento, y la gestión de residuos y la descontaminación refleja igualmente un notable crecimiento del 12,5 %.
Atendiendo también a otras variables que influyen en el empleo, y ya al margen de las ramas de actividad que conforman el tejido laboral de la Comunitat Valenciana, se aprecia que la caída ha sido mucho más destacada entre quienes tienen menos de 25 años. Así pues, el desplome de la ocupación ha sido especialmente notable en los trabajadores de entre 16 y 19 años, que en el último año han pasado de 20.500 a apenas 6.200. El dato coincide además con la caída, cercana al 40 %, de la población activa en esta franja de edad. Por su parte, las cifras de empleo también se han reducido un 16,7 % entre quienes tienen entre 20 y 24 años, mientras que solo han crecido respecto al primer trimestre de 2020 en aquellos con más de 55 años (1,7 %).
De igual manera, la disminución de la ocupación también se ha notado mucho más entre los trabajadores que llevaban menos de un año en su puesto de trabajo (-25,7 %), a la vez que se ha incrementado entre quienes lo ostentaban durante tres o más años (1,2 %). Por tipo de contrato, la caída es mayor en los parciales (-7,3 %) que en los firmados a tiempo completo (-3,2 %), mientras que, en cuanto a sexos, el empleo ha caído en la Comunitat un 5,8 % entre los hombres y un 1,5 % entre las mujeres. Aun así, la tasa de paro todavía es varios puntos superior entre las mujeres, donde se ha elevado hasta el 18 %. En el caso de los hombres, se sitúa en el 15,2 %.