Los sectores de ciberseguridad e infraestructuras saldrán beneficiados y las farmacéuticas perdiendo gane quien gane, según el experto
MADRID. Las elecciones en Estados Unidos y su impacto en los mercados están actualmente en el centro de un acalorado debate. Más del 83% de los estadounidenses afirman que las elecciones son muy importantes para ellos, en comparación con el 75% que hacía esta misma afirmación en 2016 (Fuente: Pew Research). Sin embargo, las elecciones no tienen tanta importancia para las carteras de inversión de los próximos cuatro años como los inversores creen.
Según las predicciones del mercado, el debate presidencial y el contagio por covid-19 de Trump han aumentado las probabilidades de victoria de Joe Biden (65%) frente al actual presidente (42%), según PredictIt a 4 de octubre de 2020. Además, hay algunos indicadores que permiten sacar conclusiones sobre las posibilidades de victoria de cada candidato. En primer lugar, la economía ha sido históricamente un buen indicador de si el presidente en el cargo sería reelegido:
En segundo lugar, los índices de aprobación superiores al 45% han llevado históricamente a la reelección del presidente en el cargo, pero la historia ha mostrado ambigüedad cuando los niveles se han situado entre el 40-45%. Actualmente, el índice de aprobación de Donald Trump está en el 40-45%. Por lo tanto, es complicado realizar predicciones.
En tercer lugar, debido al sistema de Colegio Electoral de Estados Unidos, un candidato puede ganar las elecciones sin ganar la votación popular. En 2016 Trump fue elegido con menos del 50% del voto popular. Por eso, el enfoque en el voto popular no es tan significativo como el enfoque estado por estado. En 2016 sólo había cuatro estados que determinaron el resultado (Florida, Michigan, Pensilvania, y Wisconsin).
Donald Trump ganó estos estados por un 1% o menos. Por esta razón, estos estados son "estados bisagra" y vuelven a ser importantes. Basándonos en las encuestas actuales, Joe Biden necesita sumar sólo tres estados (Pennsylvania, Ohio y Michigan) para ganar los comicios, ya que está a la cabeza con 222 votos, en comparación con Donald Trump con 125 votos (Fuente: Real Clear Politics a septiembre de 2020).
Históricamente, la rentabilidad de la bolsa estadounidense ha sido más alta con un Gobierno dividido (12%) que con un Gobierno en mayoría (9%). Esto es debido a que, con un gobierno dividido hay menos incertidumbre, ya que es menos probable que se apruebe una nueva legislación.
Los inversores están preparados y sienten que conocen las reglas del juego porque es menos probable que se aprueben nuevas leyes que impacten en los mercados. Sin embargo, la probabilidad de una mayoría demócrata (todo bajo un mismo partido) es actualmente una posibilidad real a los ojos del mercado de apuestas. Esto significa que podrían aprobarse nuevas medidas legislativas importantes, como un cambio en los impuestos.
En la actualidad, ambos partidos consideran que es aceptable e incluso deseable que haya estímulos fiscales, ya sea mediante la reducción de los impuestos o el aumento del gasto, que se traducen en mayores déficits. Hay grandes posibilidades de que esto beneficie a todo el mercado de valores más de lo que muchos esperan. Los déficits más altos se han asociado con mejores rendimientos de los mercados de valores y las bajadas de impuestos han favorecido las ganancias de las empresas. Esto puede beneficiar a la bolsa más de lo que muchos inversores aprecian. Las propuestas de Biden van en la misma dirección (el gasto sería mucho mayor que los ingresos), por lo que, según muchos economistas, las propuestas del candidato demócrata podrían acelerar el crecimiento económico en 200 bps.
Si bien los dos partidos pueden tener ideologías divergentes, también hay áreas políticas en las que coinciden y que los inversores deberían tener en cuenta, por ejemplo, la reducción del coste de los medicamentos, la deslocalización y las infraestructuras. Unas tasas más altas de impuestos sobre la renta y las ganancias de capital pueden tener un impacto negativo en las valoraciones de las acciones, pero mucho menos que factores económicos como la inflación. Es probable que un gobierno demócrata beneficie a las empresas relacionadas con la energía alternativa y las infraestructuras y perjudique a las que se dedican a la energía tradicional, así como a los seguros médicos y la banca. El mercado ya ha puesto precio a una victoria demócrata. No obstante, también hay ciertos grupos que pueden ganar o perder sin importar quién esté en el poder. Los potenciales ganadores en ambos lados serán las pequeñas y medianas empresas, la ciberseguridad y las infraestructuras; el sector farmacéutico es un potencial perdedor en ambos casos.
Cuando Donald Trump se convirtió en presidente en 2016, anunció su estrategia 'América first' y aprobó leyes de reducción de impuestos para apoyar a las empresas nacionales. Si se observa detenidamente, el rendimiento de las empresas nacionales del S&P 500 que se suponía que serían las más beneficiadas por su mayor exposición nacional, no mejoró cuando en octubre de 2017 se aprobó la reducción de impuestos. Así pues, una cartera centrada en Estados Unidos tuvo un rendimiento significativamente peor que una cartera orientada a la innovación, por ejemplo. Esto puede significar que la innovación y los fundamentales de las compañías son mucho más importantes que la política.
Por tanto, los inversores no deben dejarse influenciar por los resultados y tendencias electorales a corto plazo. Como muestra el gráfico 2, una estrategia de compra y mantenimiento independientemente de quién ocupe la presidencia, ha superado claramente a una cartera orientad al partido político en el poder. No creemos que en esta ocasión sea distinto.
Brad Neuman es director de estrategias de mercado de Fred Alger Management