CASTELLÓ (EP). La temporada navideña se asocia con tarjetas, decoraciones de árboles y regalos, así como comer y beber en exceso. En el número de Navidad de la revista científica 'The British Medical Journal', los investigadores Robin Ferner y Jeffrey Aronson advierten de que, por ejemplo, las tarjetas de Navidad pueden ser una fuente potencial de daño.
Tal y como explican, en 1876 un joven desarrolló envenenamiento por arsénico después de pintar tarjetas de Navidad con la altamente tóxica pintura verde de Scheele. Más recientemente, una mujer se amputó la punta del dedo mientras colocaba tarjetas de Navidad a través de la solapa de un buzón.
Las lesiones por caídas al decorar la casa con luces navideñas son comunes, y un recordatorio de no subirse a las escaleras, que pueden inclinarse cuando se está borracho.
Los artículos tragados sin querer también pueden plantear problemas, según los autores. En alguna ocasión, las bombillas de las luces de Navidad, las estrellas de confeti puntiagudas y los adornos en forma de árbol de Navidad han llegado a las gargantas de los niños pequeños y han tenido que ser retirados.
Los árboles de Navidad también pueden traer tanto dolor como placer. Las agujas de pino pueden penetrar en los pulmones, causando dificultades para respirar, y las ramas pueden pinchar en el ojo, causando abrasión corneal. Las quemaduras por velas también son comunes (al menos en Berna, la capital suiza, donde se acostumbra encender velas en los árboles de Navidad).
Los regalos de Navidad también plantean peligros imprevistos, según estos investigadores: "Por ejemplo, un hámster como mascota propagó el virus de la coriomeningitis linfocítica, mientras que los tambores de bongo haitianos llevaban bacilos de ántrax en sus pieles de cabra".
Comer y beber en exceso no solo puede aumentar la cintura, sino que también puede desencadenar brotes de gastroenteritis e infección por salmonela y causar dolencias cardíacas ("síndrome del corazón de vacaciones").
Por último, algunas personas aprovechan las vacaciones de Navidad para disfrutar de actividades al aire libre, al menos en climas más cálidos. "En Australia, la Navidad trae consigo un aumento de las lesiones catastróficas causadas por las motos de agua", resaltan.
En 2002, unos investigadores analizaron la rentabilidad de la Navidad y llegaron a la conclusión de que "no es rentable". Pero la rentabilidad no lo es todo. "La mayoría de nuestras fuentes son anecdóticas, y no encontramos pruebas sólidas de efectos adversos generalizados. Así que les dejaremos decidir si los beneficios de la Navidad superan sus daños", resaltan estos científicos.