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Javier Peláez: "Los polos son el gran refrigerador de nuestro planeta"

6/11/2019 - 

VALÈNCIA. Javier Peláez lleva años dedicado a la pasión de la divulgación. Muchos de ustedes lo conocerán por el podcast Catástrofre Ultravioleta, ganador del Premio Ondas al Mejor Podcast en el año 2017, junto a sus compañeros Antonio Martínez Ron y Javier Álvarez. Pero su pasión por la ciencia viene de mucho antes y coincide casi con la fascinación que siente por el universo ártico: ¿qué sucedió en la mente de esos exploradores para que se jugaran constantemente la vida y quisieran volver a esos sitios remotos? Su nuevo libro, 500 años de frío. La gran aventura del Ártico, publicado por la editorial Crítica, rescata la historia de la carrera del ser humano en su conquista del lugar más inhóspito del planeta. Con él hablamos del pasado para entender estos 'Tiempos Modernos'.

-¿En qué preciso momento dirías que comienza esta especie de mito con el 'mundo del frío'?
-El ser humano ha sentido curiosidad por lo desconocido desde tiempos inmemoriales, somos exploradores natos, salimos de África y hemos llegado a todas las partes del planeta. ¿Esa atracción por el frío? Bueno, documentado sabemos que el griego Piteas en el año 350 a.c hizo un viaje que consta en los registros como la primera llegada de un occidental al Círculo Ártico. No hay muchas referencias antes de eso. Seguro que había tribus y pueblos escandinavos que se dirigieran allí pero no hay registros antes de Piteas. Luego, por supuesto, los vikingos está algo más demostrado que viajaran allí pero, quizás, no haya un momento preciso sino un acercamiento al polo que ha ido poco a poco. La mayoría de los casos han sido tentativas colonizadoras que no han dejado mucho registro. De Piteas, insisto, es del único que se conserva documento que lo constata.

-Dices en tu libro que mucho del conocimiento del mundo que hoy poseemos tiene mucho que agradecer a los exploradores y marineros que durante tantos siglos arriesgaron y perdieron su vida en las condiciones más extremas. ¿Crees que son lo suficientemente reconocidos?
-No, en absoluto. Ni conocidos, ni reconocidos. Siempre pongo un ejemplo: si le preguntas a alguien quién fue el primero en llegar al Polo Norte no sabe qué decirte. La cultura general que hay en torno a la historia compleja y larga de esta conquista polar es bastante ignorada y desconocida. Sobre todo, si lo comparamos con otros aventureros como Magallanes, Colón o Hernán Cortés. Tal vez, porque ellos vienen de un mundo hispanoamericano que conocemos mucho más.

-Hablemos de algunos de esos héroes: John Cabot, cuyo nombre real era Giovanni Caboto.
-Cabot es mucho más conocido en el mundo anglosajón porque significó uno de los viajes más importantes de Inglaterra. La llegada a America del Norte por parte de una expedición británica. Al igual que Colón fue vital para España, Cabot es algo similar para los británicos. Date cuenta que sólo 5 años de que Colón llegó a América, él estaba explorando Terranova que es América del Norte. Realizó una hazaña en un solo barco. Fue un pistoletazo de salida para Inglaterra que era un país emergente y atrapado entre dos grandes potencias: España y Portugal. Fue un personaje histórico muy importante para Inglaterra.

-¿Quién era Adolphus Greely? Parece que su historia quedó ensombrecida por ese canibalismo que muchas veces se asocia al mundo del ártico.
-Es uno de mis favoritos. Era un soldado estadounidense que aceptó una misión muy difícil para la época: establecer una primera base en el Ártico en una expedición rara porque no tenían barco. Dejaban allí a unas 25 personas con algo de comida y poco más. Allí estuvieran 3 años incomunicados en una de las expediciones más extremas de toda la historia polar. Apenas sobrevivieron 5 personas. La época de Greely era muy victoriana y delicada y eso que la gente hiciera esas barbaridades del canibalismo para poder sobrevivir, era incomprensible. Y cuando se conocieron esos episodios, todo el trabajo científico que fue enorme se vio muy ensombrecido. Y la historia de esos 25 hombres durante 3 años de servicio ártico fueron increíbles, así que le perdono cualquier cosa por sobrevivir. Pero es verdad que en aquella época fue tremendo y cuando volvió, dijo que había sido más duro soportar esas críticas que los tres años en el ártico.

-Por cierto, no hay muchas adaptaciones televisivas de gran calidad en torno al mundo del frío: ¿cuál crees que es la razón?
-Ha habido algunas películas como la de Shackelton que la hizo Kenneth Branagh. Ahora harán una sobre Admunsen a la que tengo un poco de miedo. Es cierto que el mundo de la conquista polar ha sido muy ignorado por el público general y de esa ignorancia se deriva lo demás, como en la industria cinematográfica. Espero que con el conocimiento de estas historias fascinantes haya más gente que se anime.

-Una de los últimas fue 'The Terror'. ¿No sé si la viste y qué opinión te merece? A mí me pareció extraordinaria.
-Me encantó. Hay que tener en cuenta que es una serie de ficción basada en el libro maravilloso de Dan Simmons. No es una serie histórica pero utiliza muy bien la historia. Cogen los hechos históricos reales y hace una trama fantástica con un monstruo pero respeta lo poco que sabemos de esa expedición. Está muy bien ambientada con detalles buenísimos. Franklin no está muy bien caracterizado pero el actor es maravilloso. Es una serie de fantasía casi pero no es historia. Y hay que tener cuidado porque al final la gente puede pensar que a Franklin se lo comió un monstruo que era un yeti.

-En esa serie se veía con nitidez de qué manera algunos de esos hombres se enganchaban a esa adrenalina, a esa forma de vivir, al frío... ¿fue realmente así?
-La respuesta es interesante porque la mayoría de los exploradores polares lo han pasado fatal y, sin embargo, han repetido. Es algo muy raro. Desde los hermanos Borrow a finales del siglo XVI que salían de una locura y una tragedia y al año siguiente ya estaban enrolados en otra expedición. Nansen decía que algo tienen esas regiones que nos atrapan y nos tiran otra vez. Es cierto que esa cruda belleza es una llamada muy poderosa porque es lo más desconocido que hay. Todo lo que he leído en sus diarios me ha causado una impresión muy chula porque es gente que lo pasa muy mal y luego escriben casi poemas de lo que están viendo. Algo tiene. 

-¿Cuáles dirías que son las grandes diferencias entre la exploración del Polo Norte y el Polo Sur?
-Las diferencias entre estas dos exploraciones surgen por las diferencias propias de las regiones. No es lo mismo el Ártico que es un mar helado que la Antártida que es un continente sobre el cual hay nieve. El mar es mucho más traicionero, se descongela y ha sido una peripecia de muchos siglos conquistarlo. El polo norte es mucho más duro conquistarlo. El sur Admunsen lo conquistó en dos patadas mientras estaba preparando el del norte. Esa facilidad de conquistar la Antártida no se ve reflejado en el Polo Norte porque tiene una infinidad de islas que se congelas. Las diferencias se derivan de las particularidades geológicas y físicas de los dos continentes.

-¿Qué ha pasado en esos quinientos años del que hablas en el título de tu libro porque, verdaderamente, parece que nada sucedió? Es la larga historia de una sucesión de fracasos...
-Han sido 500 años porque tomo como referencia a Cabot y llegó a Wally Herbert en los años 60 del siglo XX. En una entrevista dije que la historia de la conquista del ártico ha dado muchos héroes pero pocos éxitos. La mayoría de los objetivos con los que partieron del puerto prácticamente no se cumplieron. La idea de esos 500 años ha sido buscar una ruta navegable entre esas regiones que acortara el paso por todo el globo. Incluso los que lo consiguieron vieron que esa ruta no era muy rentable porque era muy difícil. Admunsen lo hizo en muchos años, por ejemplo y no daba rentabilidad. Ya veremos si el cambio climático lo hace más viable. El Ártico es un duro adversario.

-Y esos 500 años, ¿podemos rescatar el nombre de alguna mujer?
-Sí podemos, pero muy recientemente. El oficio de marinero, históricamente, ha sido masculino. Durante mucho siglos llevar mujeres a bordo no era bien visto por todos los marineros. Ha habido muy pocas mujeres y cuando digo recientes es, por ejemplo, Josephine Piri, primera mujer exploradora polar de la historia. Ella dio a luz a su bebé en tierras árticas, es decir, fue embarazada a la expedición. Llevar mujeres era entonces un elemento desestabilizador. En el siglo XX hablamos de Luoise Arner Boyd, por ejemplo y en España, aunque no estrictamente polar pero sí muy querida, tenemos a la gran Josefina Castellví, una oceanógrafa catalana que sigue viva y es una mujer que ha sido vital en todo el trabajo científico de España en la Antártida.  

-Por último, ¿qué pasa ahora con la conquista del frío, de los grandes polos? ¿Queda algo por hollar?
-Evidentemente, toda la tecnología de satélites ha dejado las exploraciones de los polos en manos tecnológicas. Sin embargo, la exploración de los polos se ha convertido en una exploración científica. A finales del siglo XIX se sospechaba que los climas de los polos tenían mucho que decir en el clima global del planeta. Ahora, la importancia de los polos radica en ver cómo el calentamiento global va a afectar a esas regiones que son un gran refrigerador del planeta. 

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