VALÈNCIA. "Tenemos que salir del armario. No tenemos buena imagen porque los empresarios no salimos a dar la cara". Así de contundente se mostraba este lunes el presidente de Mercadona, Juan Roig, en la primera jornada del XXI Congreso Nacional de la Empresa Familiar, celebrado en el Palacio de Congresos de València. Si alguna misión mostró la celebración de este encuentro, que por segunda vez tiene lugar en la ciudad, era la de defenderse contra esa "imagen negativa" que tiene la sociedad de la empresa y poner sobre la mesa soluciones para revertirla.
El nombre de la ponencia Roig, "El Orgullo de ser empresario", ya anunciaba la vehemencia con la que el presidente de Mercadona alegaría a favor del empresariado, pero se hizo sorprendente la rotundidad que mostró a la hora de decir que dieran la cara –él mismo incluido– cuando sus declaraciones públicas suelen ser escasas. "Estamos orgullosos de ser empresarios, pero no salimos a decirlo. Yo salgo aquí y lo digo públicamente. No tenemos que dedicarnos a ser Claudia Schiffer, pero el país va porque vamos nosotros", recalcaba. Previamente, la encuesta interactiva realizada en el marco del congreso recogía que, de 0 a 9, los empresarios valoraban en un 8,19 el orgullo de serlo.
Sin embargo, los resultados variaban en gran medida cuando la encuesta interactiva realizada a los asistentes preguntaba acerca de la valoración que tiene la sociedad sobre el colectivo. Los resultados sobre la percepción social del empresario fue en un 49% de los votos negativa, mientras que en 2015 fue del 46%. En cuanto a la del empresario familiar la cifra se reducía notablemente, hasta bajar al 23%. ¿Pero cómo trabajar el cambio de percepción? Un 39% respaldaban la necesidad de comunicar mejor lo que representa el empresario y su aportación y un 36% abogaba por educar en valores empresariales.
"La función económica y social del empresario se desconoce, se ignora, o no se valora. Todos hemos valorado que es un orgullo ser empresarios. ¿Por qué es posible que si estamos tan orgullosos de ser empresarios la sociedad nos valore tan mal? El problema de la mala imagen es, en primer lugar, que algunos han sido malos empresarios, y segundo, que no lo contamos nosotros. Tendremos que dar un paso al frente porque un país es más rico si tiene más empresarios", aseguraba.
Sin miedo a pisar charcos, añadía rotundo: "Cataluña es más rica que Andalucía porque tiene más empresarios. ¿En Andalucía hay buenos empresarios? Sí. ¿En Cataluña malos empresarios? Sí. La diferencia es que hay un ecosistema a favor del empresariado en Cataluña mientras que al empresario en Andalucía casi se le decía que era el señorito del cortijo".
Roig insistía en la importancia de definir la misión de una empresa, en una reflexión que pretendía hacer hincapié en que las ganancias no son el objetivo fundamental de las compañías. "Cuando estudiaba económicas nos decían que la misión de una empresa era maximizar beneficios, pero creo que no es cierto, la misión es para qué está hecha una cosa", razonaba. "Igual que las personas no viven solo para comer, las empresas no existen solo para ganar dinero, pero las personas no pueden vivir sin comer y las empresas no pueden vivir sin beneficios", recalcaba. "Si quisiéramos maximizar beneficios nos deberíamos dedicar a la droga".
"Todas las empresas surgimos de un sueño y para alcanzarlo, le ponemos muchas ganas y horas de trabajo, asumimos riesgos, escuchamos mucho, somos humildes, la mayoría, reflexionamos muchos, tenemos que prescribir soluciones y ponemos pasión y coraje", insistía.
Además, apuntaba que los emprendedores son una nueva modalidad de llamar a los empresarios. "Los empresarios y empresarias somos gente muy maja que hemos hecho muchas cosas. Hemos surgido de oportunidades que otros no han visto, hacemos cosas que no hacen los demás y así creado sólidos proyectos empresariales. Hemos creado empleo, prosperidad, riqueza, mejorado la calidad de vida, hemos pagado los impuestos que como empresarios nos toca y hemos de sentirnos orgullosos", insistía.
Roig recordó que las empresas generan el 75% del PIB en España y el 80% del empleo total existente, además de generar ingresos a las Administraciones públicas, ingresos que cifró en 117.000 millones de euros entre cotizaciones sociales e impuesto de sociedades. "Queremos que devuelvan lo que aportamos en sanidad, justicia, educación, infraestructuras, seguridad, pensiones y futuro... que no nos lo devuelvan en crear empresas", proclamó.
Toda esta visión se había visto previamente expuesta por el presidente del Instituto de Empresa Familiar (IEF), Francisco J.Riberas, quien en su intervención insistía en la importancia de revertir la mala percepción de las empresas por parte de los ciudadanos. "Es muy importante conseguir que la sociedad reconozca a las empresas familiares como un elemento positivo, algo que hay que defender y no atacar, y que el crecimiento de nuestras empresas es positivo para la sociedad y no es a costa de nuestros trabajadores, como algunas voces parecen decir".
Con esta misión, el presidente del IEF aseguró que en los próximos años el Instituto de Empresa Familiar y las asociaciones territoriales van a redoblar los esfuerzos para mejorar la imagen de la empresa en la sociedad, trabajando a todos los niveles, desde la educación en las escuelas hasta los medios de comunicación y las redes sociales. "Las empresas deben invertir para vender más y generar más empleo y así tener beneficios y contribuir a la sociedad pagando unos impuestos justos. El crecimiento de las empresas debe ser algo a promover y no a ocultar".
Riberas también resaltó la importancia de la empresa familiar en la Comunitat Valenciana. "Existen muchas y muy buenas empresas familiares que aportan más del 76% del valor añadido bruto de la Comunidad y el 91% del empleo", aseguraba. "La Asociación Valenciana de Empresas, vinculada al IEF, engloba una muestra representativa de esas empresas que cuentan en la actualidad con 167.000 empleos directos".