VALÈNCIA. Durante el partido Valladolid-Valencia disputado la última jornada de Liga, el pasado 18 de mayo, no hubo ninguna anormalidad en las apuestas que hiciera suponer que pudo estar amañado. Así lo aseguran a Plaza Deportiva fuentes de la investigación de la operación Oikos, sobre el presunto amaño de partidos de fútbol en Primera y Segunda División. Una operación que el pasado 28 de mayo acabó con la detención de varios jugadores y exjugadores de diferentes clubes, entre ellos Borja Fernández, que en esa última jornada disputó con el Real Valladolid su último partido como profesional.
Según estas fuentes, los mecanismos de control de la Liga de Fútbol Profesional (LaLiga) no saltaron y los de las casas de apuestas tampoco, por lo que no se notificó ninguna incidencia a la Policía. El motivo por el cual dicho partido aparece en el punto de mira de los investigadores estaría, según las mismas fuentes, en una llamada telefónica entre dos de los detenidos.
La operación Oikos se inició con una denuncia de LaLiga después de detectar, a través de sus mecanismos de control sobre las apuestas, un incremento anormal a partir del descanso de un partido entre el Huesca y el Nàstic de Tarragona el 27 de mayo de 2018. En las casas de apuestas también saltaron las alarmas y, finalmente, LaLiga presentó una denuncia ante la Policía Nacional.
A raíz de esa denuncia, los agentes pusieron en el punto de mira otros partidos entre los que destaca el último de liga disputado entre el Valencia CF y el Real Valladolid en el que el primero necesitaba la victoria para clasificarse para la Champions League y el segundo no se jugaba nada. El partido acabó con victoria del Valencia por 0-2.
Según explican las fuentes de la investigación consultadas, es muy raro que se investigue dicho encuentro puesto que todo se desarrolló con normalidad y el número de apuestas fue el previsto en un encuentro entre estros dos rivales. Normalmente, las alarmas saltan cuando, durante la disputa del partido, empieza a observarse un número de apuestas inusual a un hecho concreto, como el número de saques de esquina o el número de faltas que se cometerán.
De hecho, así fue como nació la operación Oikos. Según explican las fuentes, en el descanso del Huesca-Nàstic de hace un año, cuando normalmente baja el volumen de apuestas, en este partido empezaron a entrar "a lo bestia", entraron en pocos minutos "miles de euros", lo que provocó que las cuotas bajaran, incluso varias de las casas de apuestas las cerraron para evitar un posible amaño. Los número de aquel partido fueron tan llamativos que dos días después LaLiga presentó la denuncia.
Por el momento, el magistrado del Juzgado de Instrucción número 5 de Huesca, encargado de la operación Oikos, investiga los delitos de amaños de partidos, blanqueo de capitales y asociación criminal presuntamente cometidos por el exjugador del Real Madrid Raúl Bravo, al que los investigadores consideran como el cabecilla de la organización; Borja Fernández, del Real Valladolid; Carlos Aranda, exfutbolista de varios equipos de Primera y Segunda División; Íñigo López, jugador del Deportivo de La Coruña y exjugador del Huesca, y Samuel Saiz, actual jugador del Getafe.
Junto a los jugadores y exjugadores, también están investigados el presidente del Huesca, Agustín Lasaosa, y el jefe de los servicios médicos del club, Juan Carlos Galindo Lanuza.
Oikos es la tercera gran operación policial contra el amaño de partidos. Pendientes de juicio se encuentran dos casos. En septiembre se juzgará en València el relacionado con el presunto amaño de un partido entre el Levante UD y el Zaragoza. El juicio sentará en el banquillo a 36 jugadores y exjugadores de ambos clubes.
Entre los acusados están los levantinistas Pallardó, Munúa, Héctor Rodas, Rafa Jordà, Rubén Suárez, Xavi Torres, Stuani, Wellington, Jefferson, Robusté, Javi Venta, Reina, Caicedo, Iborra, Xisco, Ballesteros, Juanfran y Cerra, además de otros 18 futbolistas del Zaragoza, así como el entrenador Javier Aguirre. El caso del presunto amaño comenzó cuando presidente del Deportivo de la Coruña, Augusto César Lendoiro, llamó al presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas, para avisarle de que aquel partido, disputado el 21 de mayo de 2011, podría estar amañado.
Tras ser avisado por Lendoiro de este supuesto arreglo, Tebas denunció sus sospechas ante la Fiscalía Anticorrupción y ésta acusó al entonces presidente del Zaragoza, Agapito Iglesias, dos consejeros, el director deportivo, el entrenador Javier Aguirre y los capitanes Gabi, Ponzio y Jorge López, de haber acordado pagar 965.000 euros a los jugadores del Levante. El resultado final en el campo del Levante 1-2 envió aquella temporada al Depor a Segunda.
El otro gran juicio por trampas deportivas es el que se celebrará a finales de año en el Tribunal Superior de Justicia de Navarra por los presuntos amaños cometidos por los exdirigentes de Osasuna con el Betis a finales de la liga 2013-2014.
En el banquillo estarán los exjugadores del Betis Antonio Amaya, Jordi Figueras y Xabier Torres, y los exdirectivos de Osasuna Miguel Archanco, expresidente; Ángel Vizcay, exgerente; Txuma Peralta, Juan Pascual y Sandro Bandrés, todos ellos exdirectivos del club; Diego Maquírriain, exdirector de la Fundación, y Cristina Valencia y Albert Nolla, que son agentes inmobiliarios.
La Fiscalía pide más de 14 años de cárcel para Vizcay y más de 12 para Archanco y Peralta, como penas más altas del caso, por sacar 2,2 millones de euros de forma injustificada de las arcas del club, así como dos años de prisión para los exfutbolistas del Betis.