BRUSELAS. “Tenemos claro que es más barato comprar productos locales, porque nos evitamos el precio de los portes de transporte y porque es más sostenible ecológicamente”. Con estas palabras, el vicepresidente de Economía y responsable de Comercio de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis sellaba los recelos de la nueva agenda comercial de la Unión Europea (UE) que prevé seguir firmando Acuerdos de importación y exportación con terceros países, ya que “la balanza comercial en estos productos siguen siendo positiva”.
En este sentido, recordó los siete acuerdos que hay en estos momentos en negociación y los dos que ya se han aprobado, el de Japón y el de Mercosur, e insistió en que “la agricultura puede beneficiarse, ahora y en el futuro, de los acuerdos comerciales que firme la UE con terceros países. Respecto a Mercosur, este polémico acuerdo con Sudamérica ha necesitado dos décadas para ultimarse y que en estos momentos se encuentra paralizado por desconfianza con el gobierno brasileño de Jaïr Bolsonaro.
Por su parte, la eurodiputada Inmaculada Rodríguez-Piñero explicó que “es fundamental tener una política comercial justa, abierta y progresista, que a su vez ayude a nuestros agricultores a competir en igualdad de condiciones y a ser más competitivos a nivel global”. La eurodiputada socialista, que forma parte de la comisión Inta sobre comercio internacional, añadió que es clave prever los productos sensibles que puedan sufrir una importante competencia desleal, para aplicar la reciprocidad en todos los acuerdos comerciales, por ejemplo en el caso del uso de productos fitosanitarios”.
La eurodiputada socialista se refiere los problemas que ha acarreado el Tratado comercial con Sudáfrica firmado en 2016, respecto a los cítricos valencianos, al solaparse durante dos meses después del verano las campañas de las naranjas sudafricanas y las valencianas. También ha venido trabajando con la Comisión para que se incrementen los controles tanto en destino como en origen de los cítricos que se importan, al haberse detectado la entrada de plagas que están afectando a los cultivos valencianos.
Rodríguez-Piñero explicó que la política comercial de la UE debe ir acompañada de una “ambiciosa Política Agraria Común (PAC), que apoye la innovación, la sostenibilidad y la competitividad del sector agrícola de la UE, para reducir los impactos negativos de las negociaciones comerciales”.
Respecto al resto de acuerdos firmados, Dombrovskis puso como ejemplo la exportación de vino, ya que los productores agrícolas son los que plantean más oposición a la entrada de estos productos de países que no cumplen con las condiciones laborales o las exigencia fitosanitarias. En concreto, adelantó que la exportación de vino había aumentado en un 9%, lo que suponía 400.000 toneladas más de exportación de la producción europea a otros países.
El vicepresidente explicó que se espera que estos acuerdos den lugar a “aumentos sustanciales de las exportaciones agroalimentarias de la UE, con aumentos más limitados de las importaciones”, según los datos de un informe publicado por la Comisión. El estudio también confirma que “el enfoque de la UE de otorgar una cantidad limitada de importaciones con derechos más bajos, a través de contingentes arancelarios, es el mejor enfoque en términos de protección de los sectores agroalimentarios vulnerables de la Unión”.
Dombrovskis presentó un estudio llevado a cabo por el Centro Común de Investigación (CCI) de la Comisión, que cubre los efectos acumulativos de 12 acuerdos comerciales en el sector agroalimentario para 2030. Al comentar sobre el estudio, el vicepresidente ejecutivo responsable de comercio, Valdis Dombrovskis, declaró que la UE "siempre ha defendido el comercio abierto y justo, que ha beneficiado enormemente a nuestra economía, incluidos los productores agrícolas”.
Este estudio muestra que “hemos podido encontrar el equilibrio adecuado entre ofrecer más oportunidades de exportación a los agricultores de la UE y protegerlos de los posibles efectos nocivos del aumento de las importaciones”, defendió el vicepresidente. A continuación, Dombrovskis insistió en que el apoyo al sector agroalimentario de la UE seguirá siendo un elemento clave de la política comercial de la UE, ya sea mediante la apertura del mercado, la protección de los productos alimenticios tradicionales de la UE o la defensa del dumping u otras formas de comercio desleal”.
Se prevé que las exportaciones agroalimentarias de la UE a los 12 socios del TLC aumenten entre un 25% y un 29%, mientras que las importaciones aumentarían entre un 10% y un 13%. Esto se correspondería con el aumento de las exportaciones agroalimentarias totales de la UE entre 4.700 y 5.500 millones de euros. Mientras que las importaciones agroalimentarias totales estarían entre 3.700 y 4.700 millones de euros. Además, muestra la efectividad de las cuotas arancelarias para mitigar los impactos en nuestros sectores sensibles como la carne de res, el arroz o el azúcar.