VALÈNCIA. El próximo otoño será cálido en València en lo que a actividad política se refiere. La batalla ideológica izquierda-derecha traslada su epicentro de Madrid a la ciudad. Los líderes del PSOE y del PP, Pedro Sánchez y Pablo Casado respectivamente, la han elegido para dos eventos de importancia de sus partidos en octubre. De un lado, el 40º congreso federal de los socialistas y, de otro, la convención nacional de los populares.
El último de ellos fue anunciado este lunes por el propio Casado en lo que supondrá el principal acto político interno que tiene marcado en rojo en el calendario la formación en este momento. Con el lema 'Creemos', la cita pretende servir de relanzamiento, de consolidación del rearme ideológico del PP, como plataforma para ensanchar sus bases y como lugar en el que fijar las principales líneas de su programa de cara a las siguientes elecciones.
Si el acto en clave de partido tiene relevancia como manera de tomar la iniciativa política tras la dificultad de acapararla en actos como el de Colón del pasado fin de semana contra los indultos, en el ámbito valenciano también cuenta con múltiples lecturas el lugar elegido. La principal es la de la ecuación tradicional de los populares: la conquista territorial. La frase "la Moncloa pasa por Madrid y Valencia" nunca ha dejado de ser mencionada por sus dirigentes. Gobernando en la primera, en Andalucía y en Galicia, la Comunitat Valenciana es la autonomía en la que más batalla consideran que han de dar actualmente para desbancar a Sánchez. Feudo histórico del PP perdido en 2015, entienden que con las encuestas cambiantes y más favorables hacia ellos podría ser su oportunidad de recuperarlo.
Aunque el calendario oficial sitúa las andaluzas como las próximas elecciones a finales de 2022, la posibilidad de que Ximo Puig pulse el botón del adelanto como ya hizo en 2019 entra en los cálculos de los populares. Algo que se niega por el momento desde Presidencia de la Generalitat. Y esta opción es la que, en gran parte, parece que ha llevado al partido a decantarse por València para la convención nacional. "Ante los rumores de lo que pueda suceder, no nos puede pillar en fuera de juego", admiten fuentes de la formación.
A ello se unen otros factores lógicos vinculados a éste, como el grado de conocimiento del que será ratificado nuevo líder del PPCV el 3 de julio, Carlos Mazón. Los lugares que se barajaban para la convención nacional eran sobre todo Andalucía y València. Pero mientras Juanma Moreno gobierna en el primero, Mazón todavía no es un perfil reconocible entre la población. Un motivo más para que toda la plana mayor del partido se vuelque con él en el acto de octubre.
Innegable parece, igualmente, que ha pesado el hecho de que el PSOE fijara en la ciudad su congreso federal al tratarse de una autonomía importante a nivel territorial y orgánico para los socialistas. La cita volverá a medir el liderazgo de Pedro Sánchez y tendrá lugar entre los días 15 y 17 de octubre, por lo que el movimiento del PP es una contraprogramación en toda regla (su convención está prevista para los días 2 y 3). El evento del PSOE también cuenta con componente valenciano. Después de su celebración, hacia finales de año, tendrá lugar el cónclave en el que Ximo Puig pugnará por su continuidad al frente del PSPV, si bien está por ver si será a través de primarias o con la integración de las diferentes corrientes. Especialmente, la del ministro José Luis Ábalos.
La elección de València para la convención nacional del PP ha sido negociada durante las últimas semanas –hay quien señala que llevaban desde hace "mucho tiempo" en ello– y varias fuentes apuntan a las conversaciones mantenidas por Carlos Mazón, María José Catalá (presidenta en la ciudad) y Vicente Mompó (presidente en la provincia) con Génova. Aun así, una de las personas clave ha sido la diputada Belén Hoyo, muy próxima a Casado, quien ya transmitió en el comité de dirección la apuesta por la ciudad.
El 'sí' del líder del PP supone, más allá de estrategias electorales, una reconexión con el territorio que parecía perdida hasta ahora, dado que la sintonía con la presidenta regional saliente, Isabel Bonig, nunca fue la mejor aunque le votara en las primarias nacionales. Con Mazón al frente del PPCV, Casado evidencia un espaldarazo hacia él para recuperar la Generalitat.