MADRID (EP). La riqueza financiera neta de las familias españolas e instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares (ISFLSH) se situó en 1,526 billones de euros en el primer trimestre de 2020, lo que supone una caída del 6,2% respecto al trimestre anterior y un descenso del 1,4% frente al mismo periodo de 2019, según las Cuentas Financieras publicadas por el Banco de España este miércoles. Por su parte, la deuda de los hogares se situó en el 56,9% del PIB.
De esta forma, la riqueza de las familias aunque ha disminuido al comienzo de 2020, dejando atrás el máximo alcanzado al cierre de 2019, todavía se sitúa muy por encima de los niveles previos a la crisis económica, ya que en el primer semestre de 2007, justo antes del comienzo de la recesión, rozaba el billón de euros.
Este descenso fue el resultado de una adquisición neta de activos financieros de 43.000 millones de euros en el último año, pero de unas revalorizaciones netas negativas de 68.000 millones de euros, debido, fundamentalmente, a la caída del precio de los activos de renta variable en el último trimestre como consecuencia de la crisis del Covid-19.
El Banco de España indica que, en relación con el PIB, los activos financieros netos representaron el 123,2%, ratio 4,4 puntos porcentuales inferior a la de hace un año.
Por su parte, el saldo total de activos financieros -dinero en efectivo, acciones, depósitos y valores en renta- de los hogares e ISFLSH, sin descontar la deuda, alcanzó en el primer trimestre del año un importe de 2,287 billones de euros, un 1,1% inferior al dato de un año antes.
En relación con el PIB, los activos financieros totales de los hogares e ISFLSH representaron un 184,7% a finales del primer trimestre de 2020, lo que significa 5,9 puntos porcentuales menos que un año antes.
Por componentes, el grueso de los activos financieros de los hogares se encontraba en efectivo y depósitos (el 40% del total), seguido de participaciones en el capital (27%), seguros y fondos de pensiones (16%) y participaciones en fondos de inversión (13%).
El efectivo y depósitos fue el componente que más incrementó su peso en los activos financieros de los hogares (en 2 puntos porcentuales) con respecto a un año antes, mientras que el peso de las participaciones en el capital fue el que más cayó (-1,8 puntos porcentuales).
De su lado, la deuda consolidada de las empresas y los hogares alcanzó los 1,610 billones de euros en el primer trimestre de 2020, el 129,9% del PIB, 3,7 puntos porcentuales por debajo de la ratio registrada un año antes.
Desglosando el dato, la deuda consolidada de las empresas no financieras representó el 73,1% del PIB (si se incluyese la deuda interempresarial, la ratio sería un 93,7%), mientras que para los hogares e ISFLSH fue un 56,9%.
En el primer trimestre de 2020 el flujo neto acumulado en los últimos cuatro trimestres de financiación consolidada recibida por las empresas y los hogares e ISFLSH fue de 5,7 billones de euros, lo que
representó el 0,5% del PIB.
La financiación nueva captada por las sociedades no financieras registró, en términos netos, un flujo del 0,6% del PIB, mientras que en los hogares e ISFLSH representó el -0,1% del PIB.
Las operaciones financieras netas de los sectores residentes (empresas, hogares, instituciones financieras y administraciones públicas) registraron en el primer trimestre de 2020, en términos
acumulados de los últimos cuatro trimestres, un superávit de 30.000 millones de euros, equivalente al 2,4% del PIB, frente al 2,3% observado al cierre de 2019.
Obtuvieron un saldo positivo las instituciones financieras (+2,9% del PIB) y los hogares (+2,7%), mientras que en las empresas fue nulo y en las Administraciones Públicas mostraron un saldo negativo del 3,2% del PIB.