La adquisición de comestibles se redujo en territorio valenciano durante la quinta semana de estado de alarma, mientras que en España, y según datos del Ministerio de Agricultura, el consumo de alimentos confirmó su estabilización
VALÈNCIA. Lejos parecen quedar ya las escenas de nerviosismo vividas en los supermercados de la Comunitat instantes antes de la declaración del estado de alarma. Tras varias alzas sostenidas, el consumo de alimentos experimentó en la quinta semana de confinamiento su primer descenso desde el inicio de la reclusión domiciliaria, según los últimos datos ofrecidos por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en su ‘Análisis de consumo en el Hogar’.
La caída, del 7,9 % respecto a los siete días anteriores, se produjo a la vez que la adquisición de algunos comestibles básicos, como el arroz o la fruta, se estabilizaba en España. La Comunitat es, además, la tercera región donde más se redujo la compra de alimentos entre el 13 y el 19 de abril, la semana en la que volvió al trabajo la actividad no esencial, solo por detrás de Baleares y País Vasco.
En términos interanuales, eso sí, la excepcionalidad del estado de alarma y el confinamiento provocan que, tanto en territorio valenciano como en el conjunto nacional, se registren diferencias muy notables respecto al mismo periodo del año pasado, cuando el consumo en los hogares era mucho menor. Esa disparidad, tal y como informa el Ministerio, se acentúa todavía más en esa quinta semana de reclusión, ya que a esas alturas de 2019 se celebraba la Semana Santa y, por lo tanto, se produjo entonces un esperado incremento del consumo de alimentos fuera del ámbito doméstico.
En la Comunitat no se producía un decrecimiento del consumo desde el registrado en los días posteriores a la declaración del estado de alarma, cuando la compra de alimentos se desplomó respecto a la semana anterior fruto del almacenamiento de comestibles. En territorio valenciano la reducción fue del 25,4 %, mientras que el análisis del Ministerio muestra cómo, pese al caída generalizada, la adquisición de alimentos básicos perecederos, como las frutas, mantenía un pequeño incremento del 1%.
Tras ese derrumbe inicial del consumo, la compra de comestibles creció en la Comunitat 23,4 % respecto a la semana anterior debido a un efecto rebote. El incremento fue generalizado en la mayoría de productos, si bien aquellos que podían almacenarse durante más tiempo, como las legumbres o las pastas, presentaron un crecimiento más moderado en toda España. También comenzaron a notarse entonces, no obstante, las primeras alzas en productos menos esenciales, como el chocolate, la cerveza o la harina.
Esa tendencia se consolidaría en la tercera semana de confinamiento, cuando comenzó a estabilizarse el consumo de la carne, las frutas y las hortalizas mientras que se observaba un repunte en “la adquisición de productos que habitualmente se consumen en bares y restaurantes”, según el Ministerio, como son el vino, las bebidas espirituosas o los snacks y frutos secos. Del mismo modo, y en paralelo a la compra de harina, se experimentaron importantes aumentos de las ventas de platos preparados.
Asimismo, y en términos estatales, la normalización en el consumo de alimentos comenzó a notarse en España a partir de la cuarta semana tras el estado de alarma, ya que entonces el volumen de compras solo se incrementó un 0,10 %. “Los españoles han estabilizado sus compras en este periodo de confinamiento”, aseguraba el ‘Análisis de consumo en el Hogar’ del Gobierno.
Por otro lado, y tras un primer incremento de las visitas a los establecimientos de proximidad como tiendas tradicionales y supermercados, a partir del 30 de marzo se detecta cómo “las compras por Internet son cada vez más frecuentes”. Así, y mientras el crecimiento medio de compras en establecimientos era del 7,1 %, el comercio digital experimentaba un ascenso del 25 % con respecto a la semana anterior, según el Ministerio.
Asimismo, entre el 13 y el 19 de abril, la última semana de la que se tienen datos, el crecimiento de las compras de alimentos mediante comercio electrónico todavía crecía un 10,5 % mientras el resto de indicadores se moderaba. En relación al mismo periodo de 2019, el aumento era además superior al 235 %. Esta evolución provocó que, a partir de la tercera semana de confinamiento, el Ministerio considerara al e-commerce como epígrafe independiente, ya que hasta ese momento se había medido su evolución bajo el paraguas de ‘resto de canales’ de venta.