VALÈNCIA. El baile de cambios en la Conselleria de Justicia que dirige Gabriela Bravo no se detiene. Si este diario informaba a principios de año que desde 2015 se habían producido más de 50 cambios de altos cargos y funcionarios, esta rueda no solo no ha dejado de girar en los últimos meses, sino que incluso se ha acelerado por momentos debido a diferentes causas.
Así, las últimas salidas han sido la del jefe de Gabinete, Alberto Muiños, la directora general Bárbara López o, más recientemente, el subsecretario de la conselleria, Gabriel Olmo. Aunque la consellera ha encontrado relevo con relativa celeridad, pocos ocultan ya en el Ejecutivo que este departamento es uno de los más complicados del Gobierno valenciano.
Más aún cuando se suceden también los ceses de funcionarios. Según ha podido saber este diario, el último de ellos ha sido el del secretario general administrativo, Juan Carlos Guillén. No ha trascendido si la marcha es voluntaria o ha sido a petición de la consellera, que en las últimas semanas se encuentran rediseñando de nuevo su departamento. De hecho, según publicó el diario Levante-EMV, Bravo pretende crear una dirección general de Emergencias y suprimir la referente a Planificación Estratégica y Modernización.
Al margen de estos cambios, llama la atención la salida del alto funcionario, dado que es un puesto clave en la organización de la conselleria y apenas llevaba un año en el cargo. Así, Bravo tendrá que designar a un sexto secretario general administrativo desde que entrara en Justicia en 2015: María Ángeles Rosell, Antonio Peña, Aurora Majuelos, David Martí y, ahora, Juan Carlos Guillén.