Hoy es 15 de noviembre

el porcentaje de población dispuesto a vacunarse inmediatamente baja al 39%

La 'fatiga pandémica' reduce el miedo a la gravedad de un contagio y la confianza en la vacuna

15/12/2020 - 

VALÈNCIA. El 59% de la población asegura tener "mucha o muchísima preocupación" respecto a la pandemia de la covid-19, pero cada vez son menos los ciudadanos que estarían dispuestos a vacunarse mañana mismo. El mismo día en el que el Ministerio de Sanidad fijó en el 4 de enero la llegada de las primeras dosis, la última ronda de la encuesta sobre la percepción social de la enfermedad que realiza el Instituto de Salud Carlos III ha evidenciado que la confianza de los españoles en la seguridad del antídoto es menor que nunca.

Según este estudio, el porcentaje de personas dispuestas a ponerse inmediatamente la vacuna es del 39%, el más bajo desde que se realiza esta encuesta. La tercera ronda de este trabajo, desarrollada en coincidencia con la segunda ola de noviembre, sitúa el porcentaje cuatro puntos por debajo respecto a la ronda que se realizó en septiembre (43%) y muy lejos del 70% de población que en julio estaba dispuesto a ponérsela si estuviera disponible y fuera indicada.

Las principales razones por las que la población no se pondría la vacuna tienen que ver con la confianza en su eficacia. La respuesta mayoritaria, la de 52% de los encuestados, indica que estarían dispuestos a ponerse "una segunda o tercera vacuna, no la primera", mientras que un 48% confiesa que sus motivos son los posibles "riesgos" sobre su salud.

El descenso de la confianza en la vacuna coincide con otros dos indicadores relevantes que también pone de manifiesto la última ronda del estudio. A saber, la menor percepción sobre la gravedad de un posible contagio y el agotamiento por los meses acumulados desde que se declaró la pandemia, lo que los investigadores han identificado como "fatiga pandémica".

Respecto al primer motivo, los resultados revelan que actualmente solo un 36% de los ciudadanos consideran que un contagio tendría consecuencias graves o muy graves sobre su salud, frente al 43% y al 39% de las dos rondas anteriores de septiembre y julio. Por el contrario, e mantiene en un 26% el porcentaje de la población que cree que sus probabilidades de contagio son "elevadas o muy elevadas".

En cuanto a la "fatiga pandémica" se trata de un concepto que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define como una desmotivación gradual para seguir las medidas de protección y las restricciones para reducir la transmisión y que por primera vez ha sido medida en este estudio, conocido como COSMO-Spain.

Este fenómeno, relacionado con diversos factores emocionales, psicológicos y culturales, se evidencia en indicadores como la reducción en la frecuencia en la que los ciudadanos buscan información sobre la enfermedad, que ha bajado respecto a la ronda anterior, al pasar del 41% al 34%. El nivel de cansancio se manifiesta en respuestas de los encuestados como "estoy cansado/a de los debates sobre la covid-19", con una media de contestaciones de 3,88 en un rango de 1 a 5, u otras como "estoy harto/a de oír hablar de covid-19", con una media de 3,52.

Los análisis estadísticos asocian un mayor nivel de fatiga pandémica a los encuestados de menor edad o menor nivel de estudios. Otros factores que influyen son no convivir con niños y no ser personal sanitario. Las personas con mayor fatiga pandémica piensan que las decisiones que se han tomado en España para contener la pandemia no han sido adecuadas o han sido exageradas.

Coincide también que son quienes consultan menos frecuentemente información sobre la enfermedad. Las redes sociales siguen siendo uno de los canales informativos más consultados por la mayoría de participantes en el estudio, aunque el nivel de confianza en sus contenidos es de nuevo muy bajo. 

Igual de preocupados pero más deprimidos

Para seis de cada diez participantes en la encuesta, la pandemia es motivo de mucha o muchísima preocupación, fundamentalmente por el miedo a perder a un ser querido (93% de los encuestados), la posible saturación de los servicios sanitarios (91%) y la posibilidad de tener contacto con gente que va sin mascarilla (85%).

El porcentaje de encuestados que afirma que la COVID-19 le hace sentir deprimido ha aumentado ligeramente respecto a la encuesta anterior: un 42% frente a un 37% en la segunda ronda. Además, un 31% considera que lo peor de la pandemia está por venir y un 47% cree que ya se está viviendo lo peor.

Los lugares con más probabilidad de contagio percibida son, según señalan las respuestas, los sitios concurridos en espacios cerrados (81%), el transporte público (72%) y las reuniones con familiares o amigos (59%). Una de cada cuatro personas participantes en la encuesta considera El 24% de los encuestados manifiesta que es muy difícil evitar infectarse por el coronavirus, un porcentaje similar al de las rondas anteriores.

Con todo, las respuestas indican cierta relajación en la adherencia a algunas medidas preventivas y la disminución ligera en el cumplimiento de las recomendaciones de lavarse las manos, guardar la distancia de seguridad, evitar tocarse ojos, nariz y boca con las manos sucias y evitar reuniones sociales.

Respecto a septiembre, aumenta el número de personas que aplica medidas como la ventilación o que evita el transporte público, pero baja el seguimiento de medidas como evitar reuniones sociales o familiares y desinfectar superficies. La aplicación Radar-COVID es la medida preventiva menos usada.

Sin embargo, los encuestados no manifiestan cansancio hacia las limitaciones para proteger a los más vulnerables, ni que hayan perdido las ganas de luchar contra la enfermedad –medias de 2,07 y 2,01, respectivamente–. En general, los encuestados manifiestan una responsabilidad moral a la hora de cumplir con las recomendaciones (media de 4,42), y no creen que se pierda tiempo al seguir las recomendaciones y restricciones (media de 2,27). 


Según las investigadoras que han realizado el estudio, los conocimientos de la sociedad española sobre el coronavirus en general, las formas de contagio y las medidas preventivas son adecuados y se mantienen altos.

El porcentaje de personas que piensan que las personas sin fiebre pueden ser contagiosas ha aumentado en esta ronda hasta el 92%, mientras que el 96% sabe que la enfermedad se transmite por gotas al toser y hablar.

En relación a las cuarentenas y los confinamientos, más del 95% de la población sabe que si tiene síntomas se tiene que quedar en casa y que si es contacto estrecho debe aislarse. Casi todos los encuestados saben que la mascarilla tiene que tapar nariz y boca y un 94% que mantener la distancia de seguridad es una medida eficaz y que hay que lavarse las manos antes y después de usar la mascarilla.

Sobre las medidas adoptadas para combatir la expansión de la enfermedad, baja en tres puntos (del 30 al 27%) el porcentaje de población que piensa que las decisiones tomadas han sido adecuadas, aunque se mantiene alto (63%) el porcentaje de encuestados que no considera exageradas las medidas.

Las medidas adoptadas durante la pandemia que mayor acuerdo generan, en un rango que va de 1, no de acuerdo, a 5, de acuerdo, son el uso obligatorio de mascarilla (una media de 4,5), el toque de queda nocturno (media de 3,74), la prohibición de reuniones de más de 6 personas (media de 3,7). Ha aumentado el grado de acuerdo con la apertura de los centros educativos, pasando de una media de 3,21 en la ronda 2 a 3,59 en la ronda 3. La medida que menos acuerdo suscita es la libertad de movimiento entre países (media de 2,2).

Maria João Forjaz, María Romay-Barja y Carmen Rodríguez-Blázquez, del ISCIII, y María Falcón, de la Universidad de Murcia, coordinadoras del estudio COSMO-Spain

En esta tercera ronda de la encuesta han participado más de mil personas residentes en España, todas ellas mayores de 18 años y con una distribución similar por sexos. El 33% de los participantes tenía entre 45 y 60 años. La mayor parte (56,7%) de los encuestados refirió estar trabajando; de éstos, un 27,7% indicó que trabaja presencialmente en entornos con riesgo moderado de contagio. Las investigadoras del ISCIII señalan que estos resultados pueden ayudar en el diseño de estrategias dirigidas a fomentar la participación de aquellos sectores de la población con más riesgo de desarrollar fatiga pandémica

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