La función social de las mascarillas

Desde el inicio de la pandemia las entidades sociales han redoblado sus esfuerzos y recursos para atender a las miles de personas usuarias de sus programas a las que la Covid-19 ha supuesto un duro golpe en términos de recuperación social. Según daros que nos llegan de la EAPN,  antes de la pandemia un 27,5 % de la población (1.342.143 personas) de la C.Valenciana se encontraba en riesgo de pobreza o exclusión, y el 10,4% en situación de pobreza severa. 

Con estos datos como antecedente y aunque hasta 2022 no se tendrán cifras oficiales sobre el número real de personas afectadas, registramos un grave empeoramiento del número de personas en situación de pobreza y vulnerabilidad social. 

Las personas en situación de pobreza han sufrido más muertes y contagios de covid-19, los motivos son las condiciones de vida precarias que colocan a las personas en situación de mayor vulnerabilidad en la primera línea de contagio.

Ejemplo de esto son personas que han perdido su empleo durante la pandemia y no tienen acceso a los Erte ni a otras ayudas de protección social, los y las trabajadores/as con salarios bajos, empleos con deficientes medidas de protección sanitaria, empleos sin posibilidad de teletrabajo, personas que se han contagiado y no han podido trabajar o la economía sumergida de la que muchas personas dependen económicamente. La densidad de población en determinados barrios y también el número de personas que conviven en un mismo hogar, por no hablar de personas y familias que viven en situación de sin hogar o infravivienda propicia más los contagios. 

Según la EAPN, para las personas en situación de pobreza o exclusión la covid-19 ha supuesto un doble factor de vulnerabilidad social y sanitario, entre otros motivos porque una de las medidas fundamentales para protegerse del virus es el uso de la mascarilla quirúrgica y ésta, para las personas en situación de pobreza, resulta ser un nuevo gasto en una económica familiar complicada. Proteger la salud de las personas más vulnerables es una necesidad que apremia el día a día de las entidades sociales que forman parte de nuestra red.

Por ello el reparto de las mascarillas supone una gran medida en la que trabajan diferentes entidades tanto a escala local como internacional. 

Ámbito local

Este mes la EAPN Comunitat Valenciana-Xarxa per la Inclusió (EAPN CV) ha recibido 150.000 mascarillas quirúrgicas que está distribuyendo entre las entidades de lucha contra la pobreza y la exclusión social que forman parte de la red. Las mascarillas forman parte de un reparto de más de 17 millones de mascarillas que el Ministerio de Sanidad ha puesto a disposición de las ONG y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) destinadas a colectivos de población en situación de mayor vulnerabilidad. 

Este reparto está valorado en más de 18.000 euros y del que serán beneficiarias más de 26.000 personas en situación de mayor vulnerabilidad de la Comunitat Valenciana, lo que supone una gran ayuda para poder cubrir esta nueva necesidad y continuar avanzando en la consecución de otros derecho sociales fundamentales como el empleo, la vivienda o la educación. 

Más de 26.000 personas usuarias de programas de estas 26 entidades de acción social serán las beneficiarias de este reparto. Se trata de personas que se encuentran en situación de riesgo de pobreza y/o exclusión social.

Y mientras estas entidades trabajan a escala local, existen entidades valencianas que trabajan fuera de las fronteras, por ejemplo, Farmamundi.

Ámbito internacional

Las medidas de protección frente a la pandemia, el suministro de kits de alimentación e higiene y el refuerzo de las estructuras de salud, centran las actuaciones realizadas en trece países por parte de Farmamundi.

Y es que el Fondo de Acción Humanitaria y Emergencias de Farmamundi (FAHE) hace balance de un año 2020 muy trágico donde ha centrado sus intervenciones en la dotación de equipos de protección individual (EPI) a personal sanitario, en el suministro de kits alimentarios y de higiene y en acciones para la prevención de la pandemia por Covid-19.  

“A través del fondo de emergencias de Farmamundi, 107.540 personas, más de la mitad de ellas mujeres, han mejorado su salud y calidad de vida gracias a las 14 actuaciones realizadas en 13 países y que se enmarcan en un escenario de crisis global sanitaria y económica provocada por la pandemia del Covid-19”, explica el director general de Farmamundi, Joan Peris. 

Las respuestas de emergencia se han realizado en Haití, Nicaragua, Guatemala, Honduras, Palestina, Siria, Yemen, Irak,  Uganda, República Democrática del Congo, Kenia, Mozambique y Líbano, países con sistemas sanitarios muy frágiles donde también se ha tratado de reforzar sus estructuras de salud.

Una vez más, recordamos que la pandemia no distingue. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, el coronavirus ya ha infectado a más de 106 millones de personas en todo el mundo y se contabilizan más de 2,3 millones fallecidas. 

La semana que viene… más!