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tribuna libre / OPINIÓN

La importancia del valor del esfuerzo

17/12/2020 - 

Durante la infancia se tiene la falsa idea que las cosas se consiguen fácilmente, posiblemente esto sea, porque  nuestros padres nos proveen y muchas veces, hasta nos sobreprotegen. Pero la realidad es que todas las cosas se consiguen con esfuerzo, y este es un valor que se debe inculcar desde pequeños y desarrollarse día a día, hasta convertirse en uno de nuestros hábitos de vida. 

Para lograr que nuestros alumnado comprenda el valor del esfuerzo, se pueden poner en práctica una serie de acciones, como:

Conseguir una motivación. Hacer que el alumnado comprenda los motivos por los que merece la pena su esfuerzo, promoviendo en ellos motivadores internos como la vocación, las ganas de superación, el altruismo, entre otros, que a lo largo de su vida tendrán mayor peso que los motivadores externos.

Plantear metas realistas. Es importante que la meta marcada esté acorde a las posibilidades del niño, pues de no alcanzarla el niño se frustrará, y la idea no es esta, sino motivarlos a que se esfuercen por conseguir las cosas, lo cual les hará sentir capaces e independientes.

Valorar el trabajo constante. Al llevar a cabo una tarea que requiera esfuerzo, es necesario que los niños se involucren con ella desde el principio hasta el final, y que puedan comprender que toda actividad requiere una planificación, un trabajo y una perseverancia.

Evitar hacer las cosas por ellos. Aunque es importante acompañar a los niños, no se les debe hacer el trabajo. El rol debe ser de guía y fomentar en ellos el pensamiento crítico y la toma de sus propias decisiones. Si algo falla, que sean capaces de valorar qué pudo haber sucedido, mejorar y volver a intentar.

No rendirse ante la adversidad. Hay que enseñarles a los niños que las cosas no suelen conseguirse con facilidad, que involucran un proceso, y hay que luchar por ellas y esforzarse sin rendirse. De haber un fracaso, éste no debe ser un motivo para abandonar la tarea, sino un obstáculo a superar.

Halagar sus logros. Si el alumnado ha realizado un esfuerzo por alcanzar sus metas, hay que elogiarlos para validarlo y elevar su autoestima, manteniéndolo así animado para que en ocasiones futuras continúe esforzándose.

Ser su modelo. No hay mejor estrategia de enseñanza para un alumno que el ejemplo que toma de los padres, pues dichos comportamientos y maneras de proceder en el día a día, terminarán siendo imitados de manera inconsciente por sus hijos. 

Aplicando las acciones mencionadas, se le irá demostrando poco a poco al niño o niña la importancia del valor del esfuerzo, enseñándoles que conseguir las cosas no es cuestión de suerte o destino, sino el producto de nuestro esfuerzo y constancia. De igual manera es importante hacerles entender a los niños que aquellos mensajes publicitarios que venden la idea que las cosas se consiguen sin esfuerzo, como por ejemplo “Adelgaza en 3 días sin esfuerzo”, son totalmente falsos, aunque haya quien las crea, por la cultura de inmediatez en la que nos encontramos sumergidos, en donde el esfuerzo, el sacrificio y la disciplina tienden a ser subvaloradas. 

Es muy importante aprender el valor del esfuerzo, pues de lo contrario la persona tendrá baja tolerancia a la frustración, desarrollará dependencia hacia otros que considere puedan hacerle las tareas, mostrará falta de motivación por cosas que le parezcan difíciles y manifestará poca o nula iniciativa, y por ende, poco desarrollo de habilidades. A su vez, como no se esforzarán se darán por vencidas fácilmente, culpará a otros de lo que les sucede no asumiendo su responsabilidad, y tendrán la sensación de fracaso personal, baja autoestima y posiblemente depresión.

Valdría la pena entonces empezar a pensar las formas de aprender, desarrollar y poner  en práctica el valor del esfuerzo. Este valor que se traduce a la energía que le ponemos a la realización de las cosas, venciendo los obstáculos, con el fin de alcanzar nuestros objetivos. Dicho de otra manera, el esfuerzo de hoy será, fortaleza y éxito para el mañana. ¿Te animas a enseñarlo, desarrollarlo o potenciarlo?

Pedro Adalid es doctor en Educación y profesor universitario de Políticas de Calidad Educativa y Planes de Mejora

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