Con las lluvias como foco central de la información, pienso en todas aquellas personas sin recursos que están sufriendo estas inundaciones y las lluvias que azotan especialmente nuestra región
Doy por supuesto que los servicios sociales de cada municipio se encargan de garantizar la seguridad de estas personas, para ello estamos en un país que se considera “desarrollado”. Y recuerdo aquellos países donde las inundaciones no vienen acompañadas de algún plan de emergencias.
Invito a recordar las imágenes que nos llegan de otros países cuando esos desastres naturales les azotan. Imágenes dramáticas como las que nos han llegado estos días desde diferentes puntos de la Comunitat Valenciana. Imágenes que nos recuerdan y nos trasladan al sufrimiento de las personas y su desesperación ante estas situaciones. Un sufrimiento que existe “aquí “y “allí”.
Sin intención de medir el sufrimiento de “allí” y el de “aquí”, existe una diferencia cuando estas catástrofes ocurren en países desarrollados y en desarrollo.
Una de las diferencias entre países desarrollados y en desarrollo viene con este tipo de situaciones donde se ponen en marcha el plan de acción post emergencia que desarrollan, los planes de evacuación, la atención social que recibe las víctimas, etc, etc, etc.
Hay países que no tienen los medios propios logísticos ni de asistencia para paliar las consecuencias de desastres naturales y que necesitan la ayuda internacional para actuar. Es en esos momentos cuando se activan los planes de emergencia y a través de los gobiernos de los propios países o de Naciones Unidas activan las intervenciones con las organizaciones que trabajan en terreno. Así se trabaja en países en desarrollo.
La impotencia cuando ocurren estos dramas de la naturaleza y no hay medios para atender a las víctimas debe ser horrible, la impotencia gubernamental (en los casos donde se ocupan y se preocupan) y el desasosiego de un país que está esperando las ayudas internacionales es una realidad cuando más empobrecidos son los países.
En ese momento se activan las alertas, se lanzan los llamamientos a la ayuda internacional y son los planes de emergencia los que se ponen en marcha. Estos planes de emergencia sólo deben ser puestos en marcha por organizaciones autorizadas para ello.
En nuestra ciudad, estos días vemos como los propios municipios tienen recursos para atender a sus ciudadanos, trabajan en red con municipios vecinos o con ayuda estatal pero no dependen a priori de la ayuda que les venga de otros países.
En España y en la Comunitat Valenciana tenemos un Plan Territorial de Emergencias de la Comunitat Valenciana, entre otras acciones, que con sus más y sus menos garantiza cierta seguridad básica y atención posterior. Y existen instituciones locales o autonómicas como Casa de Caridad o Cruz Roja que trabajan para dar cobertura y asistencia.
Estos días han desplegado su dispositivo especial con motivo de la gota fría y ambas instituciones han habilitado sus albergues especiales para que las personas sin recursos puedan acudir. No olvidemos que las personas en situación de pobreza suelen sufrir de manera más grave este tipo de situaciones.
Para Cruz Roja la prioridad de la organización se centra en estos momentos en dar en el apoyo a las labores de rescate y evacuación, así como en dar soporte de emergencia en materia de albergue. Hasta el momento Cruz Roja ha instalado un total de 8 albergues provisionales en localidades de la provincia de Alicante y otro en la localidad de Valencia. Y sólo la noche del jueves al viernes dio cobertura a 250 personas afectadas por el DANA, aunque las capacidades de todos estos albergues superan la cifra de 560.
Junto a la labor de albergue provisional, Cruz Roja ha realizado batidas por varios municipios para repartir mantas, apoyar en la evacuación y traslado de personas de sus viviendas, y la provisión de víveres, agua y ropa. De hecho, ayer se activó el convenio de emergencias suscrito entre Cruz Roja Española y la Fundación Carrefour para el suministro de estos artículos entre la población afectada.
Si consideramos que estas inundaciones pueden tener relación con el cambio climático que sufrimos y que afecta de manera especial a países empobrecidos o personas en situación de pobreza, me gustaría destacar los siguientes datos que publica el Informe de la FAO.
Si sigue esta tendencia en 2050 las cosechas se reducirán entre un 10 y un 25% por el cambio climático lo que provoca una falta de acceso alimentario e impacta de manera directa en el incremento de la pobreza. Además más de 100 millones de personas vivirán en situación de pobreza extrema; la agricultura seguirá afectada por los daños causados por la sequía.
Con estos datos llegamos a la conclusión que las personas en situación de pobreza sufren más el cambio climático porque dependen de más recursos naturales y de las cosechas. Además la gran población que sufre pobreza se dedica a la agricultura, especialmente las mujeres.
El cambio climático en 2030 puede hacer que el incremento de precios del alimento en África crezca un 12%. Y en África el gasto familiar del consumo de alimentos supone un 60% del gasto familiar en los hogares más empobrecidos. Y entre 2008 y 2015, 27 millones de personas tuvieron que desplazarse al año por fenómenos naturales y climáticos relacionados con desastres naturales. Esta tendencia está creciendo.
La semana que viene, más!