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GRAND PLACE / OPINIÓN

La miramistina

15/09/2020 - 

El otoño de 2020 vino marcado por la “Vuelta al cole”. El eslogan marcó época. Con la amenaza de cerrar fronteras de nuevo, con los países del Territorio-Europa marcados por colores y sus ciudadanos bajo el control de LasTec con la app del móvil, el virus volvió con fuerza. Los centros educativos, foco de todos los virus y bacterias existentes a lo largo de la Humanidad, fueron el centro de la segunda ola de la pandemia del AñoZero. La solución inmediata pasaba por la mascarilla, el distanciamiento social y el gel hidroalcohólico.

Hasta que apareció un antiguo producto-milagro, utilizado por la Unión Soviética durante la carrera espacial de la Guerra Fría para proteger a los astronautas que pasaban meses encerrados en una estación satélite orbital. La miramistina fue, de nuevo, objeto de estudio por parte de los investigadores científicos de Occidente, mientras se esperaba la vacuna-milagro. Este antiséptico tópico, sin efectos secundarios y de una eficacia probada, entretuvo a la comunidad científica durante un tiempo. 

Por su parte, los ciudadanos se sentían medianamente seguros deambulando y relacionándose con la boca tapada, y el gobierno de la Unión iba avanzado en su pacto con LasTec, previo al segundo confinamiento. Era imposible detener los contagios sin el rastreo y control de los contagiados. Antes de que llegaran los primeros fríos y el virus de la covid-19 se diluyera con el de la gripe, el Territorio-Europa comenzó a aplicar su app de rastreo entre diferentes países. 

Con el objeto de “romper la cadena de infecciones por coronavirus y salvar vidas”, la Comisión creó un servicio de pasarela de interoperatividad que conectaba las aplicaciones nacionales en toda la UE. La primera pasarela la lideraron la República Checa, Dinamarca, Alemania, Irlanda, Italia y Letonia, probando la infraestructura de sus aplicaciones oficiales con un servidor de pasarela de nueva creación. 

FOTO: ESA

Thierry Breton, comisario de Mercado Interior en el AñoZero, declaró triunfal: «Muchos Estados miembros han implantado aplicaciones nacionales de rastreo de contactos y alerta. Ha llegado el momento de que interactúen entre ellas. Los viajes y los intercambios personales son el núcleo del proyecto europeo y del mercado único. La pasarela salvará vidas». La pasarela era una infraestructura digital que comunicaba información entre los servidores de las aplicaciones nacionales y que garantizaba que éstas funcionaran a través de las fronteras. Los usuarios solo tendrían que instalar una aplicación en su teléfono móvil para notificar una infección o recibir una alerta, incluso si viajaban al extranjero.

Ante los debates filosóficos y éticos del derecho a la intimidad y a la privacidad, el gobierno de la Unión garantizó que esta información intercambiada se pseudonimizaría y se encriptaría, y solo se almacenaría el tiempo necesario para rastrear las infecciones. Además, el sistema no permitía la identificación de personas individuales. La pasarela había sido desarrollada y creada por T-Systems y SAP, y era gestionada desde el centro de datos de la Comisión Europea en Luxemburgo. Comenzó a funcionar en octubre, antes del cierre total, antes de que llegara el frío…

LasTec se habían unido. Aunque T-Systems era una compañía alemana de Telekom y SAP era una empresa belga con su centro de operaciones en una planta de oficinas en La Villa, en el fondo estaban todas: Ericsson, Cisco, Microsoft, Salesforce, AWS… Y así comenzamos a volar aquel invierno…

-Esto contaba la Tieta en su SIM. Un texto excesivamente largo para leer a través de mi chip, incluso  en modo avión. ¿Tú lo  has visto David? Creo que deberíamos pasar ya al OtroLado, a través de la ZonaZero-BRX, especialmente ahora que hay unas colas infinitas para coger el dron bi-plaza… Así pasaremos desapercibidos antes del nuevo cierre del espacio aéreo… ¡Y no olvides la miramistina! 

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