La paralización de Janssen quiebra el progreso de la vacunación en España

VALÈNCIA. El necesario proceso de vacunación en Europa, y por ende en España y en la Comunitat Valenciana, ha sufrido un nuevo tropiezo que amenaza con dificultar el ritmo creciente de administración de dosis con la mirada puesta en alcanzar la inmunización de rebaño de cara al verano.

La decisión de la compañía farmacéutica Janssen de aplazar el lanzamiento de su vacuna contra la covid-19 en Europa fue anunciada este martes a mediodía, menos de 24 horas antes que llegara el primer envío previsto para España que debía componerse en las dos próximas semanas de un total de 300.000 dosis.

Así, el laboratorio productor del fármaco, Johnson & Johnson, comunicaba este retraso después de que Estados Unidos, donde se han administrado cerca de 7 millones de dosis de esta marca, anunciara la paralización en la puesta de dosis por seis casos de eventos trombóticos en personas vacunadas con esta inyección, concretamente seis mujeres de entre 18 y 48 años, de las cuales una ha fallecido y otra se encuentra en estado crítico.

Una parada decretada después de que las agencias federales de salud en EEUU (FDA y CDC) pidieran una pausa "por precaución" en el uso de la vacuna de una sola dosis de Janssen después de las afecciones citadas que se produjeron con dos semanas de posterioridad a la administración de la dosis. 

Esta circunstancia supone un nuevo traspiés en el objetivo de inmunizar al 70% de la población antes de verano después de que ya se paralizara en España y otros países europeos la administración de AstraZeneca a mediados de marzo, también para estudiar episodios trombóticos que se habían notificado con posterioridad a recibir el fármaco.

Finalmente, la Agencia Europea del Medicamento (EMA), insistió en reiterar su luz verde a la vacuna, si bien admitió, y así solicitó su inclusión en el prospecto, la asociación de la vacuna con casos "muy raros" de trombos que, no obstante, se sitúan muy lejos estadísticamente de la probabilidad de mortalidad si se es contagiado de coronavirus.

Con esta premisa, el Gobierno de España decidió proseguir la vacunación con AstraZeneca al grupo de edad de entre 60 y 69 años, debido a que los casos detectados de trombos en Europa se situaban en una edad inferior, lo que obligó a diversas modificaciones dentro de la estrategia de vacunación.

Ahora, al menos de momento, las previsiones del Ministerio de Sanidad de repartir este miércoles 150.000 dosis, 15.600 para la Comunitat Valenciana, de empezar a vacunar al grupo de entre 70 y 79 años quedan en el aire, lo que ralentizará la velocidad que esperaba alcanzarse esta semana con las cuatro marcas autorizadas, más aún cuando Janssen tiene la particularidad positiva para la logística de que sólo es necesaria una dosis y sus condiciones de conservación -entre 2 y 8 grados- son más asequibles que las del resto de fármacos contra la covid.

La conselleria asegura que mantendrá el ritmo de vacunación esta semana

Pese a este tropiezo, la Conselleria de Sanidad que dirige la socialista Ana Barceló, anunció este martes que se cumplirá con las previsiones marcadas para esta semana de administrar 213.000 dosis. Y lo harán, pese a no contar con Janssen y recibir, tal y como admitió el Gobierno valenciano, de un envío inferior al esperado de AstraZeneca esta semana, de la que sólo se han recibido 14.500 dosis hasta el momento.

No obstante, el Gobierno valenciano asegura disponer de 70.000 vacunas de esta marca y de haber recibido 125.000 dosis de Pfizer y 17.000 de Moderna. Ahora bien, esta situación implica tirar del 'stock' disponible que, con datos del martes, estaba fijado en unas 240.000 vacunas en total de las citadas marcas. La paralización de Janssen elimina la posibilidad de inmunización de golpe en una semana de 15.600 personas y, el bajo envío de AstraZeneca, dejará los almacenes valencianos sin excedentes de esta marca, lo que a medio plazo puede suponer una ralentización si no se corrige el envío de dosis. Más aún si se tiene en cuenta que cada semana una parte importante de los cargamentos de Pfizer y Moderna deben destinarse a las segundas dosis, lo que impide crecer más lentamente en nuevas vacunaciones.