VALÈNCIA. A la espera de que se reúnan los consejos de administración de Bankia (BKIA) y CaixaBank (CABK) y decidan convocar las juntas para darse el 'sí quiero' -mientras los equipos designados siguen con sus procesos de 'due diligence' o auditoría legal-, los sindicatos de ambas entidades ya están tirando de papel y boli para tratar de calcular el impacto sobre los trabajadores que va a tener dicha operación.
Ni que decir que está en juego el nacimiento del primer banco del país -y décimo europeo-, que cuenta con una de las mayores redes comerciales en España -sumando más que el Santander y BBVA juntos- con 6.727 oficinas repartidas por todo el territorio nacional (CABK 4.460 y BKIA 2.267). Y, según los analistas de Barclays, casi una cuarta parte comparte el mismo código postal. Un auténtico solapamiento para la nueva 'CaixaBankia' principalmente en Madrid, Cataluña, Comunitat Valenciana, Murcia y una parte de Andalucía.
Los secretarios generales de CC OO (Unai Sordo) y de UGT (Pepe Álvarez) coincidieron la semana pasada en pedir a los responsables de los dos bancos "medidas no traumáticas". En declaraciones a Canal Sur Radio, Sordo aseguró que se trata de una operación "con una lógica empresarial bastante acusada y que, si se confirma, tiene un alcance estratégico importante para el país porque estamos hablando de una entidad financiera con importantes participaciones en otras empresas de energía, de comunicación y de infraestructuras".
Su hómologo de UGT, Pepe Álvarez, se mostró convencido de que en un proceso de fusión de "dos entidades tan importantes y con tantas sucursales, sin lugar a dudas y más allá de otras connotaciones, va a haber recorte de plantillas", por lo que expresó su "preocupación" y trasladó a las dos entidades "la necesidad de mantener el empleo". Además, subrayó que "será difícil de entender por los ciudadanos que en un momento como el que estamos no se mantenga el empleo en estas entidades y en el sector financiero en particular".
Pero lo cierto es que, a priori, será la plantilla de BKIA la peor parada porque los despidos serán más baratos y los sueldos más bajos, según han informado a este diario diversas fuentes sindicales. Además, el banco presidido por José Ignacio Goirigolzarri cuenta con una mayor masa laboral -y más en lo que se refiere a edades avanzadas- frente a la presidida por Jordi Gual. Pero no hay que olvidar que en los dos últimos Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) de ambas las peticiones de acogerse a ellos superaron el número previsto por los dos bancos; por lo que el nuevo ajuste podría ser bien acogido por las plantillas.
El último ERE que anunció CaixaBank en la primavera del pasado año -afectando finalmente a 2.023 trabajadores- se saldó con unas condiciones económicas más ventajosas que el de Bankia comunicado en el invierno de 2018 sobre 2.000 empleados. A estos últimos se les ofreció el 63% del salario bruto y una prima en función de la edad; mientras que a los de CABK una indemnización bruta equivalente al 57% del salario regulador hasta los 63 años.
Además, y al contrario que a los de BKIA, hasta dicha edad (63 años) podrán seguir disfrutando de la póliza sanitaria colectiva de los empleados del banco como hasta ahora y después tendrán la posibilidad de solicitar, a su cargo, su inclusión en la póliza de beneficiarios. Asimismo también se prevé la aportación a los planes de pensiones hasta los 63 años en el caso de CABK. Cuanto menos sorprende que en el caso de BKIA no se haya previsto tal circunstancia, tal vez por las diferencias existentes de aquellos que venían de CajaMadrid y el resto de las seis entidades que dieron vida a Bankia, además de las procedentes de Banco Mare Nostrum (BMN).
El ajuste, según las mismas fuentes, abarcaría una horquilla entre 8.000 y 10.000 trabajadores por cuanto se baraja que se incluyan los nacidos en 1968. Actualmente son casi 16.000 empleados los que tiene BKIA frente a unos 35.600 de CABK. Sin embargo, los números se intercambian en lo que a la Comunitat Valenciana se refiere, dado que Bankia cuenta con cerca de 2.500 -por aquello de la herencia de Bancaja- frente a los 1.820 de CaixaBank.
Pero la cosa no queda ahí porque históricamente los salarios percibidos por los empleados de CABK han sido más elevado que los de sus homólogos de BKIA, tal y como advierten las mismas fuentes sindicales consultadas por Valencia Plaza. Y, además, dentro de los de BKIA los exCajaMadrid siguen teniendo mejores salarios que el resto de las seis cajas fundadoras de Bankia incluida Bancaja.
Fuentes sindicales próximas a la entidad controlada por el FROB entienden que el Estado debe velar por defender la posición de los trabajadores -tanto los que se queden como los que salgan- "de una forma equitativa y equilibrada". Y para ello recuerdan lo que les pasó a los que venían de Banco de Valencia, cuando pasó a manos de CaixaBank. "Quedaron desplazados -incluyendo los innecesarios cambios fuera de la Comunitat Valenciana- y no recibieron las mismas condiciones que el resto. Por no hablar de la escasez de puestos directivos -tanto en la cúpula de la entidad como en lo que se refiere a la dirección de oficinas- dentro el organigrama de CABK".
Las negociaciones se están llevando acabo en un momento donde el Gobierno estudia desincentivar las prejubilaciones, tal y como propuso recientemente en la Comisión del Pacto de Toledo el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá. El motivo no es otro que aquellos que más perciban puedan seguir jubilándose antes de los 65 años sin que su prestación futura apenas se vea afectada. Escrivá instó a extender la edad efectiva de jubilación, que actualmente se sitúa en 64,6 años, con decisiones orientadas a quitar incentivos para las prejubilaciones o a bonificar el retraso voluntario de la jubilación.