Con los calores del verano y la sesión de investidura nos hemos olvidado de informaciones que nos plantean seria contradicciones en el global mundo que vivimos
Estos días con tanto ruido (mediático otra vez) parece que estuviéramos en esa senda de los elefantes, morados o no, con o sin lazo amarillo que seguían ahí, tras el despertar de Pedro Sanchez, Pablo Casado dixit, o el ruido de la mismísima banda the blue (en este caso más bien red) brothers que parece reunirse en la carrera de San Jerónimo según Albert Rivera, existen dos noticias que tratan de economía y que han pasado casi inadvertidas; las dos versan sobre liberalización (aparentemente) una en contra y la otra a favor.
La noticia, este lunes pasado, anti liberalizadora, o proteccionista proviene del gigante chino consistente en el establecimiento de mayores aranceles respecto al comercio de ciertos productos de acero inoxidable por parte del gobierno de Xi Jinping contra nosotros, la UE, además de a una serie de países asiáticos competidores como Corea del Sur, Japón e Indonesia, todo un ejemplo de libre comercio de ese adalid de la Globalización que es el partido comunista chino, según manifiesta su presidente siempre que puede en las reuniones del G20, esa mega exhibición de poder mundial, pero que vamos a hacer si la cabra (o el oso panda en este caso) tira siempre al monte.
Lo curioso de esta información son dos datos, el primero la poca repercusión que ha existido en nuestros mass media europeos, pues cuando el país atacado en esta subrepticia guerra (comercial para este caso) es la China continental y el aparente agresor es Donald Trump, presidente USA, toda la prensa mundial parece desgañitarse contra él, especialmente la europea, pero ahora cuando el agresor es China y las víctimas somos nosotros, los europeos, no pasa nada de nada, vivir para ver, y es un ejemplo más de que esas fobias y filias de la Globalización pueden estar sospechosamente dirigidas por los George Soros, Club Bilderberg, o la estulticia generalizada comunicada por las redes de Internet que viajan parece más rápido que la propia velocidad de La Luz.
El otro detalle curioso, son los motivos que aduce el gobierno de Pekín para el boicot a nuestros productos, dicen están hartos de las practicas de dumping (vender por debajo del precio de coste) de la industria y economia europea en el sector; y esa desfachatez lo dice un pais con una fiscalidad sui géneris por el alto grado de corrupción política existente, los escasos costes laborales y sindicales, las pocas exigencias medioambientales, es tan paradójico como el zorro que se dedica a cuidar el gallinero, y que cuando llega el Sheriff Trump, enseguida será acompañado por el alguacil Boris Johnson, a poner orden en el gallinero mundial, seguramente su orden bajo el que por cierto la UE creció cómodamente, es lógico que el zorro transformado en oso panda se enfade y en lugar de cargar contra el gallito americano, intenta atrapar a las gallinas cluecas del viejo continente.
La otra medida, en este caso pro liberalizadora, es el anuncio de la empresa pública Adif de poner en marcha el concurso de liberalización del AVE, pues el plazo marcado por la Comisión Europea para este proceso finaliza en diciembre de 2020, y que me recuerda mucho ese dicho de que el infierno está empedrado de buenas intenciones, como ya ocurrió con el proceso de liberalización de las gasolineras y el fin de Campsa que por ejemplo distribuía sus gasolineras entre tres compañías Repsol, Cepsa y BP, con el argumento de que la mayor competencia traerían precios más bajos del combustible, y lo que se ha creado es un oligopolio investigado periódicamente por los órganos reguladores por amaño de los precios de los combustibles. Pensemos que para que se produzca esa liberalización del transporte por ferrocarril, Adif ha tenido que invertir en ampliar estaciones un importe de 1.200 millones de euros y falta aún que se gaste otros 1.915 millones de euros, para que empresas o más bien holdings pertenecientes a Fondos y diversas corporaciones hagan la competencia a RENFE (otra empresa pública, es decir nuestra), sin tener que pagar el canon de acceso, eliminado por la la Ley 38/2015 del sector ferroviario, para compensar el gasto en inversiones que usted y yo hemos hecho con nuestros impuestos para mejorar las infraestructuras en comunicaciones de España y vertebrar nuestros territorios.
Es curioso pero esto de la liberalización del tren parece otro capítulo de ese mantra de, se socializan las pérdidas pero los beneficios se privatizan, e ir desmontando las estructuras estatales que nos han permitido progresar desde aquel incipiente Estado Moderno que alumbró el Renacimiento, y que nos ha costado cinco siglos evolucionar hasta llegar al Estado del Bienestar que disfrutamos, en favor de esos gobiernos mundiales corporativos y financieros muy poco democráticos y con nulo apego por las tradiciones y culturas nacionales, no digamos con valores morales y respeto por los derechos humanos, después haremos minutos de silencio y nos daremos golpes de pecho, pero quizás sea ya tarde.