CASTELLÓN. Lidón Muñoz (1995, Castellón) es una de las grandes esperanzas de futuro de la natación española. Sin embargo, esta velocista del CN Sant Andreu, que acaba de disputar en Hangzhou (China) el primer campeonato del mundo de su carrera, es especial por algo más: Muñoz compagina el deporte de élite con los estudios de medicina.
Ahora mismo, el nombre de Lidón Muñoz está en boca de todos los especialistas de natación de España gracias a su rendimiento. Esta nadadora, todavía en progresión, consiguió siete medallas de oro en siete intentos en los campeonatos nacionales de piscina corta este noviembre y acaba de nadar dos semifinales mundiales en China.
Los siete oros de Muñoz en el campeonato de España pudieron ser más: una enfermedad un día de competición le privó de competir en otras tres pruebas que se sentía "en condiciones de ganar", según reconoce ella en una entrevista para EFE. "Desafortunadamente, me quedé con la incógnita", admite resignada.
Aparte de las victorias, Lidón Muñoz consiguió en Barcelona las marcas mínimas para nadar en tres pruebas del mundial de piscina corta de Hangzhou. Pese a no haber debutado nunca en un campeonato del mundo, la nadadora del CN Sant Andreu se marcó objetivos ambiciosos para China. Y los cumplió.
Su propósito era "estar entre las 16 mejores para nadar alguna semifinal por la tarde", aseveraba Muñoz. La castellonense consiguió competir en las semifinales de dos pruebas: los 50 metros libres, donde finalmente fue decimosexta, y los 100 estilos, prueba donde finalizó decimocuarta tras batir dos veces el récord de España.
"Estoy muy contenta con mi mundial. Con los 100 estilos quedé muy satisfecha, es una prueba que he empezado a nadar este año y batí dos récords de España. En los 50 libres también estuve bien aunque no hice mi mejor marca, pero es una disciplina de detalles. De todos modos, no se puede hacer un récord cada vez que se nada", ironizaba Muñoz.
Que Lidón Muñoz haya estado en una semifinal mundial en dos pruebas de velocidad es todo un hito para la natación española, ya que tradicionalmente España es una fábrica de fondistas.
La nadadora, no obstante, asegura que no se fija en poder ser un referente para el país, sino en igualarse "con las nadadoras de fuera". "Soy la novena de Europa, no soy excepcional. Si los españoles me ven e intentan reproducir lo que hago, perfecto, pero no me puedo cerrar a eso", recalca Lidón.
La ambición que demuestra Muñoz en la piscina también tiene su continuidad fuera de ella. Esta castellonense ha basado su carrera en decisiones valientes, como cuando a los 14 años dejó su casa para entrenarse en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat.
La determinación, cuenta la nadadora, "no fue especialmente difícil porque en el CAR estaban muy interesados". Ella, además, creía firmemente en sus cualidades para la natación, por lo que quiso "apostar fuerte". Sin embargo, a sus padres, recuerda Muñoz, "sí les costó que su hija se fuera de casa".
Los inicios en Sant Cugat fueron prometedores, con grandes progresiones, pero Lidón se estancó pasados unos años, cuando dejó de crecer. "Entré en un bache. Entrenaba más que nadie pero ni mejoraba ni conseguía lo que yo más quería, que era estar en el equipo nacional", rememora la deportista.
Para salir de esa situación de estancamiento, Muñoz tomó un camino distinto: en 2012, tras fracasar en el intento de estar en los Juegos Olímpicos de Londres, abandonó el CAR y se enroló en el CN Sant Andreu sin saber muy bien si aquello le ayudaría.
"Llegué pensando 'que sea lo que Dios quiera'. Si me va bien, perfecto, si no al menos habré probado algo nuevo. Y al final resultó espectacular", celebra Muñoz.
Una de las ventajas que ofrecía el CN Sant Andreu a Lidón era la flexibilidad de horarios, algo que la deportista no conocía en el CAR y que quería aprovechar para cursar la carrera de Medicina en la universidad.
Pese a tener mayor libertad de agenda en su club, Muñoz reconoce que "compaginar el deporte de élite y la carrera es durísimo", sobre todo este año que se ha matriculado en el cuarto curso completo, algo que Lidón confiesa fue un poco "precipitado".
Para obtener el grado en medicina, Lidón cuenta en su universidad, la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), con una tutora deportiva que le ayuda a compatibilizar sus horarios. Aunque es la propia deportista quien lleva el peso de la planificación: ella pone a disposición del profesorado cada septiembre el calendario previsto para la temporada y así se despeja de clases los periodos en los que tiene competición.
Los estudios no son para Lidón Muñoz sólo una vía de futuro, sino también una ayuda para el presente. "Estudiar y entrenar a la vez me viene bien, porque la universidad me facilita la desconexión. Es importante tener más de un punto de apoyo en tu vida: hay semanas de entrenamientos horribles y no por eso te tienes que desmoronar", asegura Muñoz.
Ahora, Lidón está haciendo prácticas de hospital en Can Ruti, en Badalona, momento en el que se olvida "de todo lo demás" y se concentra sólo en ayudar a sus pacientes. Quizás alguno de ellos haya visto el mundial por televisión y se haya dado cuenta de que su doctora vive entre la bata y el bañador.