VALÈNCIA. Ni Mamen Peris, ni Vicente Fernández. La dirección nacional de Ciudadanos trasladó este viernes a los diputados del grupo parlamentario que la diputada que tomará las riendas del grupo y, por tanto, relevará a Toni Cantó al frente de la sindicatura será Ruth Merino, mano derecha del exportavoz, quien, de hecho, la propuso como sucesora.
La cita entre Madrid y los parlamentarios de Ciudadanos en la sede del partido para comunicarles la decisión, eso sí, fue de todo menos tranquila. La reunión comenzó a las once de la mañana y duró nada menos que cuatro horas por la disputa que despertó el citado nombramiento en un grupo completamente dividido en dos: por un lado, los partidarios del exsíndic y por el otro, los denominados 'argüesistas', próximos al exsecretario de Organización, Emilio Argüeso.
En los últimos días varios nombres se habían situado en las quinielas para tomar el testigo de la portavocía del grupo. Para los primeros, Merino era la persona de consenso que debía encargarse de coser el grupo, para los segundos, sin embargo, su primera opción era Vicente Fernández. De hecho, estos diputados consideraban que tenían la mayoría dentro del grupo parlamentario y, por ello, la dirección nacional debía atender sus preferencias, dado que, de lo contrario, no descartaban marcharse. Como consecuencia, el partido hubiera perdido la mitad de la representación en Les Corts, y sus correspondientes ingresos.
Sin embargo, era complejo que su candidatura saliera adelante y Madrid decidiera elevar su nombre, puesto que Fernández comparte la tesis de que el futuro del partido pasa por el acercamiento al PP, y sus discursos en la Cámara se acerca también a los populares, como ya demostró este miércoles durante la tramitación de la Ley de Función Pública. Ambas cuestiones, pero especialmente la primera, confronta con la estrategia que pretende llevar a cabo ahora la cúpula del partido que preside Inés Arrimadas tras su aproximación a los socialistas. Y finalmente, no fue el nombre elegido por la dirección nacional.
Pero Merino y Fernández no eran los únicos aspirantes. También había circulado el de Mamen Peris, que ya fue portavoz de Cs en la Diputación de Valencia en la legislatura pasada. Peris no será la portavoz, pero sí ocupará una de las portavocías adjuntas.
Y precisamente en estas es donde Madrid ha encontrado la herramienta perfecta para contentar a todas las facciones y no ahondar más en la evidente fractura del grupo parlamentario. Dos portavocías adjuntas pasan a ocuparlas la facción de Argüeso, Mercedes Ventura por Castellón y José Antonio Martínez por Alicante; mientras la portavocía de Valencia y la sindicatura será de la facción de Cantó, Mamen Peris y Ruth Merino.
El resultado en cualquier caso, no satisfizo a todas las partes. Algunos creen que no se reconoce el trabajo que hacen en el grupo al no adquirir mayor protagonismo, otros que Madrid no ha repartido el peso respetando la mayoría que tienen los argüesistas en Les Corts y, por tanto, no evitará que puedan darse fugas más adelante.
Ahora, el grupo parlamentario tiene por delante otra tarea: redistribuir las comisiones entre los diputados. Una tarea que, parece, ya ha comenzado de nuevo a despertar sensibilidades.