Tras superar el umbral récord de los 30.000 millones de euros en 2019, el mercado de bonos híbridos en Europa sigue creciendo como explica la analista de Scope
MADRID. En 2019 se emitieron en Europa una cantidad récord de 30.200 millones de euros en bonos híbridos de empresa. Este año la política monetaria ultraflexible y unas condiciones de mercado muy favorables también apoyan la actividad, siempre que no se produzca una desaceleración económica brusca. Esperamos que los volúmenes se mantengan en torno al mismo nivel que el año pasado -tras un salto de casi el 50% en 2019 desde los 22.200 millones de euros de 2018- a medida que un mayor número de empresas -más allá de los sectores intensivos en capital como los servicios públicos y las telecomunicaciones, que históricamente han sido los usuarios más activos de los híbridos- se interesen por el segmento.
Además, se espera que el mercado reciba un impulso adicional por la demanda, por parte de los inversores, de oportunidades vinculadas a la sostenibilidad, que ha dado lugar a un aluvión de emisiones con etiqueta ecológica en los mercados de capitales en los últimos trimestres. Una de las primeras empresas en aprovechar el mercado de los bonos híbridos en 2020 ha sido la firma de servicios públicos EDP (Energias de Portugal), que está comercializando un bono híbrido ecológico para sustituir una emisión de 750 millones de euros a partir de 2015.
Además de Energia de Portugal, la alemana EnBW AG y la española Iberdrola emitieron sus primeros híbridos verdes en 2019, siguiendo el liderazgo de la francesa Engie en 2018. Gran parte de las perspectivas del segmento híbrido dependen de la flexibilidad de la política monetaria en Europa en medio del lento crecimiento económico de muchos países, incluida Alemania. Por ahora, la demanda de deuda subordinada high yield es fuerte, aunque un aterrizaje suave para la economía europea ayudaría a mantener el mercado abastecido.
El volumen de emisión en 2018 y 2019 muestra que el mercado de los híbridos está cada vez más maduro. Los nuevos participantes proceden de una gama más diversa de sectores e incluso las empresas no calificadas buscan beneficiarse de las características de capital de este instrumento de deuda en medio de rendimientos históricamente bajos.
Las empresas inmobiliarias y de salud se unieron a los sectores de servicios públicos y telecomunicaciones, que requieren un uso intensivo de capital, como los participantes más activos en 2019. Las empresas de automoción estuvieron notablemente ausentes, ya que se enfrentaron a la débil demanda y al reto de cumplir con las nuevas y más estrictas normas de emisiones.
La refinanciación de las próximas calls de bonos existentes y la sustitución de las emisiones anteriores, más caras, impulsaron gran parte de la actividad en 2019 y lo harán de nuevo este año. La alemana Bayer AG y la francesa Orange emitieron dos de los mayores híbridos de 2019 para refinanciar emisiones anteriores amortizables en 2020. Estimamos que 15.000 millones de euros en híbridos están llegando a la fecha de su primera call en el 2020, además de los más de 15.000 millones de euros de 2021. La gran mayoría de ellos serán reemplazados por nuevos híbridos.
De nuevo, la financiación relacionada con las fusiones fue clave en 2019. Cuatro de las 10 emisiones más importantes que se lanzaron el año pasado fueron para financiar adquisiciones. Por ejemplo, el grupo británico Vodafone Group PLC emitió un híbrido de 1.780 millones de euros para financiar la adquisición de los activos de Liberty Global, lo que se sumó a una emisión anterior de 4.000 millones de euros para la misma finalidad. Merck KGaA (con calificación 'A-'/estable) ha recurrido al mercado de los híbridos este año para financiar parcialmente la adquisición de Versum, habiendo emitido 1.500 millones de euros en 2014 para financiar la adquisición de Sigma Aldrich.
Las empresas con grado de inversión, en particular las que se encuentran en la categoría límite de 'BBB', fueron los emisores más frecuentes de híbridos el año pasado, ya que los directores financieros trataron de preservar sus calificaciones de grado de inversión, mientras el menor crecimiento económico amenazaba con reducir los ingresos. Esperamos que la tendencia continúe este año.
Azza Chamment es analista de Scope