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sanitat desoye sus demandas

Los cines, seis meses a la cola de la desescalada

14/05/2021 - 

VALÈNCIA. Se ve y se nota en la calle. Las restricciones severas han dado paso a otro escenario. Gente relajada tomando una cerveza o un café. Gente buscando dónde comer o cenar. Gente comprando comida para varias personas en sus casas. Hasta, por qué no, personas consumiendo en bufetes. En todos los lugares donde era habitual comer y beber se han ido levantando las medidas cautelares. En todos menos en uno: los cines. La semana pasada se cumplieron seis meses desde que la Conselleria decretara unas medidas especialmente duras con la cultura cuando la incidencia acumulada superaba los 250 casos por 100.000 habitantes y preocupaba su evolución sin freno. Era el principio de las grandes olas del periodo navideño y se empezaba a hablar de cepas.

En ese momento la reducción del aforo al 50% supuso un problema grave que se unía a otros factores: el toque de queda y la falta de títulos potentes por parte de las distribuidoras en la cartelera. Se desató la tormenta perfecta que duró varios meses y que acabó, en enero, con el cierre de facto de la práctica totalidad de las salas en enero. “Entre restricciones y falta de películas alguien tendría que diseñar un plan de supervivencia ya que esto se alarga y cuando crucemos el río en la otra orilla las ciudades se habrán quedado sin cines”, decía Antonio Such, presidente de AVECINE entonces.

Pues bien, seis meses después, los cines no pueden decir que estén en una mejor situación y la única buena noticia que han recibido las últimas semanas es el retraso del toque de queda que les ayuda a recuperar un pase perdido. Para el sector, que ha sufrido muy duramente la pérdida de público en 2020 (un 72% menos de ingresos), es crucial el ambigú porque, si antes de la pandemia suponía un 30% de su taquilla, ahora es el agravio comparativo frente al quedarse en casa y las plataformas. De hecho, cuando en las mesas sectorial de la desescalada se planteo el aumento del aforo al 75%, las salas resolvieron que preferían poder vender a menos gente que no vender y poder ofertar más butacas. ¿Por qué? Porque las sesiones habitualmente no se acercan al 75%, y menos sin la posibilidad de comprar aperitivos y bebidas.

Por ello, los cines han ido insistiendo desde una de las primeras prórrogas la derogación o desescalada de esta medida, algo que Sanitat ha negado sistemáticamente hasta -al menos- el día de hoy. El asunto llegó a estar judicializado, aunque el TSJCV resolvió que la Generalitat no obró mal, argumentando que la Comunitat se encontraba en ese momento en un momento complicado de la pandemia, y que el agravio comparativo con la hostelería no era tal puesto que los bares y restaurantes cerraban a las 18 y los cines no. Ahora todo ha cambiado, excepto las mismas restricciones.

Desde los cines siempre han insistido que, en su momento, entendieron la medida y la aplicaron sin cuestionar nada porque la situación lo requería, “conforme va pasando el tiempo y somos los únicos que seguimos igual, deja de tener sentido”, entendiendo que “no se pueden aplicar las mismas medidas con menos de una décima parte de contagios que en otros momentos”.

A partir del aval de la Justicia, la Conselleria de Sanitat ha ido negando sistemáticamente levantar las restricciones. Y los cines, han empezado una campaña contra ello: desde AVECINE lanzaron un comunicado hace dos semanas, los Cines Lys y MN4 hicieron lo propio la semana pasada, y el gerente de este último, Antonio Martí, hace unos días, preguntándose si “se ha cometido un error u omisión al continuar prohibiendo el consumo de alimentos y bebidas en el interior de las salas de exhibición cinematográfica”. De paso, plantea el hecho que “según se desprende de la resolución (…), en los eventos que supongan concentración de personas y esten sentados en butacas sí se permite el consumo de agua, pero en los cines no. ¿Cuál es el motivo técnico sanitario para ello?”.

Estas restricciones totales que se alargan en el tiempo van quedando, conforme pasan las semanas, como el anacronismo de otro momento de la pandemia. Sin embargo, según fuentes consultadas, Sanitat no tiene un plan, a corto plazo, para levantarse. En su opinión “se ha permitido a cada negocio desarrollar su principal objetivo: los bares pueden servir bebidas, y los cines pueden proyectar películas”; y entienden que se trata de una cuestión de “prudencia”, por lo que “cuando la situación lo permita” se seguirán “levantando algunas medidas”. Desoyen así las peticiones del sector, que recuerda en un listado las razones técnicas por las que entienden que una sala es un lugar seguro (desde que la gente no habla ni está enfrentada hasta el sistema de ventilación).

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