VALÈNCIA. 'Manuel Galarza, único valenciano que sigue en la cúpula de Bankia procedente de Bancaja'. Así titulaba este diario el 26 de enero del pasado año. Y precisamente este exBancaja, que ostenta el cargo de director general adjunto de Riesgos de Crédito, es el único valenciano de peso en las negociaciones que mantienen actualmente Bankia (BKIA) y CaixaBank (CABK) para dar lugar al mayor banco español y décimo europeo, según fuentes consultadas por este diario.
Nacido en 1971 en València, licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Valencia y premio extraordinario -con el programa de Alta Dirección de ESADE bajo el brazo-, Galarza y ha formado parte del equipo de docente de varios programas de alta dirección y MBAs, ESADE incluido.
Manuel Galarza inició su carrera profesional en 1994 en la división de auditoría de Arthur Andersen. En 2008 fue nombrado consejero delegado de Bancaja Inversiones, holding industrial de compañías cotizadas en cuyo accionariado estaba la extinta caja de ahorros valenciana y otros inversores institucionales. Asimismo ocupó un sillón en los consejos de cotizadas como Iberia, NH Hoteles, Deoleo, Realia y Metrovacesa.
En 2011, con la creación de Bankia, fue nombrado director de Participadas Industriales y Financieras y, en 2014, director corporativo de Riesgos Mayoristas. Entre 2015 y enero 2018 fue director Territorial de Madrid Este y, en enero 2018, fue nombrado director corporativo de Riesgo de Crédito y presidente del Comité de Riesgos de Bankia.
Mientras tanto siguen las conversaciones entre los equipos designados por ambas entidades -con Isidre Fainé, presidente de la Fundación Bancaria La Caixa sin perder detalle- para atar bien la operación. Según las mismas fuentes consultadas por Valencia Plaza, anoche seguían acercando posturas y que todo apunta a que lleguen a buen puerto en lo que resta de semana, lo que llevaría a ambos consejos a convocar a sus respectivas juntas para darse el 'sí quiero'.
Uno de los principales obstáculos a superar sigue siendo la ecuación de canje, dado que hay entendimiento desde el primer momento por la elección de los 'dos primeros' espadas de la entidad resultante: José Ignacio Goirigolzarri, presidente no ejecutivo, y Gonzalo Gortázar, consejero delegado y con plenos poderes.
Como también, tal y como era previsible dado que a fin de cuentas compra CABK, es que acabará imponiéndose la marca CaixaBank. Así lo ha hecho la entidad presidida actualmente por Jordi Gual en sus últimas adquisiciones como fueron como ocurrió al absorber Caixa Girona, Banca Cívica o Banco de Valencia.
Otro de los 'puntos calientes' de la negociación es la presencia en el consejo de administración de la nueva entidad aunque pocos son los que dudan que llevará el peso CaixaBank. Conviene recordar que el Fondo de Restructuración Bancaria Ordenada (FROB) controla un 61,8% de BKIA y la Fundación Bancaria La Caixa el 40% de CABK. De ahí que la operación de canje sea clave, mientras el FROB -o tal vez habría que decir el Estado- ya está pidiendo tener representación en el consejo como no podía ser menos, pese a que su porcentaje bajaría hasta niveles del 15%.
Por su parte, la Fundación Bancaria La Caixa, presente en el capital de CaixaBank a través de Criteria, ha puesto como 'línea roja' que la participación de CABK en la entidad resultante no se reduzca por debajo del 30%,. Y es que de lo contrario perdería ventajas fiscales y debería asumir ciertos "costes de ruptura" que harían menos ventajosa la operación.
Lo que cada vez se tiene más claro es que la sede social se quede en València, pero no así la operativa como sucede actualmente por cuanto Bankia toma sus decisiones estratégicas en Madrid y CaixaBank las suyas en Barcelona. Cuanto menos la 'city' acogerá las juntas de accionistas y la presentación de los resultados.
Para este miércoles no se espera el anuncio de la celebración de los consejos, que deberán informar al mercado nada más tomar la decisión por el pertinente hecho relevante a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y convocar así a sus respectivas juntas en un mero trámite al estar negociando directamente los accionistas de control.