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'ABSOLUCIÓN'

Mausoleo: "Siempre nos han gustado los grupos muy emocionales, pero con una energía brutal en directo"

Hablamos con Andrés Sanabria sobre el primer LP del trío valenciano, que coeditarán el 6 de noviembre los sellos Flexidiscos y Desorden Sonoro. Esta semana se abre el pre-order de las copias en edición limitada

22/10/2020 - 

VALÈNCIA. Allá por el año 2011, cuatro chavales se subieron una noche al escenario del centro social La Residencia y nos dejaron a todos con la mandíbula colgando. Se llamaban Mexican Moustache, rondaban los 18 años y tocaban con una mala leche, una soltura técnica y un desparpajo escénico poco acorde con su edad ¿De dónde narices habían salido? La escena underground valenciana de garage-punk-hardcore es pequeña e intergeneracional. Ahí reside su principal encanto: todo el mundo se mezcla y aprende de todo el mundo, independiente de su edad. Andrés Sanabria, guitarrista de Mexican Moustache, pasó a formar parte de esa familia cuando todavía era un chico menor de edad, tímido y con pelazo a lo Omar Alfredo Rodríguez-López. Así entró en contacto con grupos más veteranos como Derrota o Desguace, que a su vez le dieron a conocer estilos musicales de las que no había oído hablar antes, como la vertiente emo del posthardcore en los años noventa. Todo ese caudal de influencias, que comparte con sus compañeros Xus Arcas (bajista) y Mikel Cabanes (batería), modeló el concepto musical de Mausoleo.

El trío valenciano acaba de abrir el pre-order de su primer LP, Absolución, que da continuación al EP Extraño, publicado en junio de 2019 en formato de casete. En esta ocasión sí se edita en vinilo, y lo hace bajo el paraguas compartido de Flexidiscos y el sello almeriense Desorden Sonoro -que por cierto acaba de fichar a otras tres bandas valencianas, Pazz SS, Semana Santa y Los Puñales de Martín-. La tirada tiene una edición limitada de 200 copias en vinilo ahumado, que solo podrá adquirirse directamente a las discográficas.

Si la carta de presentación de Mausoleo fueron cuatro canciones oscuras y explosivas -teenage angst en estado puro-, los nueve cortes que integran este nuevo LP parecen más reflexivas. “Sí, es un disco con un sonido más brillante y las canciones no son tan agónicas -corrobora Andrés, cantante y guitarrista-. Podría decirse que es más directo, aunque en realidad hay canciones como “Mausoleo” que las escribí hace mucho tiempo, cuando todavía tocaba en Acapvlco. Lo que pasa es que han adquirido otra dimensión al terminarlas y grabarlas con Xus y Mikel. Los tres nos entendemos muy bien, sobre todo después de haber ensayado y girado tanto durante el último año. De hecho, nuestra manera de componer se basa principalmente en la improvisación en el local. Incluso las letras. Muchas veces me pongo a cantar libremente, diciendo lo que se me ocurre en el momento, metiendo la voz donde puedo. Cuando llevamos ya varios ensayos y veo que hay cosas que se repiten, es cuando ordeno lo que tengo y lo escribo”. 

María Gea, bajista de La Plata y diseñadora gráfica, ha sido de nuevo la encargada de desarrollar el artwork del disco. Y también en este aspecto vemos reflejada la sutil evolución de Mausoleo hacia nuevos territorios. Si la imagen de Extraño era una grieta en blanco y negro, la de Absolución introduce la figura humana y el color. “No queríamos repetir la idea de melancolía y blanco y negro. Y también huimos como el diablo de esa etiqueta tan cerrada del post punk, que creo que se ha convertido en un estereotipo para los grupos valencianos. No queremos sonar como Joy Division; tenemos otras influencias, aunque sean menos obvias”, comenta Sanabria.

"Las letras de salsa me han influenciado mucho"

“Por ejemplo, yo, al ser latino [nació en Colombia y reside en València desde los 12 años], he crecido en una familia en la que se escuchaba salsa constantemente. Es un género que me gusta a muerte, sobre todo en la forma de describir sentimientos. Me tatuaría todas muchas letras de salsa en el cuerpo. Para mí, en ese sentido hay una conexión entre la salsa y el post punk. Como si Robert Smith y Hector Lavoe fuesen amigos (ríe). Siempre me han gustado mucho esos grupos viscerales que hablan de sus sentimientos pero sin estar tristes, sino con una energía brutal; dándolo todo en el escenario. Cuando empecé a ir a conciertos en València y veía a grupos como Derrota, me volvía loco. Me gustaban tanto, que cuando terminaban de tocar me cabreaba (ríe). Hasta que los conocí, y vi que era posible autoeditarse y montarte tus propias giras, yo pensaba que para sacar un disco tenías que ser Guns ‘n’ Roses. Tanto a Xus, como a Mikel y a mí, los grupos underground valencianos de gente más mayor nos cambiaron la manera de ver la música. Por eso quisimos hacer un homenaje a Derrota versionando “Agujero negro”. Para mí son el mejor grupo valenciano de la historia”. 

El nuevo disco incluye otra versión, pero de los años ochenta:  “La vida me escupe”, de la banda vallesoletana de punk Qloaca Letal. “La escuché cuando tenía 15 años, y me impactó muchísimo. Esta letra se convirtió en un himno instantáneo con el que me he sentido identificado a lo largo de mi vida. Habla, o eso al menos imagino, del destino como algo impredecible. No hay nada que más odie que la idea de que existe un camino para todo; prefiero el caos y la duda, con todo lo que pueda conllevar”, explica Andrés.

“De la generación underground anterior a la nuestra también aprendimos otras cosas. Conocimos a bandas como Sunny Day Real State o At the Drive-In, que han sido fundamentales para nosotros. Yo hasta entonces pensaba que el emo era lo de los chavales con el flequillo negro en medio de la cara (ríe). La idea detrás de Mausoleo tiene mucho más que ver con tocar conciertos potentes e intensos emocionalmente como los de Fugazi, con pogo y gente volviéndose loca, que con un concierto de oscuros, con gente parada vestida de negro. Nosotros no somos tan serios”. 

Quitémosle “drama” a los conciertos con mascarilla

Hablando de pogos, ¿cómo lleva Mausoleo el parón de las giras y los conciertos con silla y mascarilla? “Evidentemente, eso nos afecta no solo como banda, sino como público que asiste a conciertos también. Pero, ya que no sabemos cuánto va a durar, intento verle el lado positivo. Aunque evidentemente me gusta más tocar delante de una masa de gente, creo que ver conciertos sentado tiene sus cosas buenas. Al no estar como pollo sin cabeza de un lado al otro, te concentras más en la música. Es una experiencia diferente, más reflexiva. Te fijas más en lo que están haciendo cada uno de los músicos. Intentamos no amargarnos demasiado con eso. A mí lo que sí que me preocupa más es ver que, a nivel político, los músicos y las salas de conciertos no importamos nada”.

El confinamiento y las restricciones a la movilidad en España echaron por tierra muchos directos que había programado para ellos Desorden Sonoro, casa que además de coeditar el LP gestiona las contrataciones para el trío valenciano. “Antonio de Desorden se lo ha currado muchísimo con nosotros. Fíjate que la primera vez que fuimos a tocar a Galicia, vino a recogernos con su furgoneta desde Almería y condujo durante toda la gira. Lo mejor de todo es que respeta nuestra decisión de no querer renunciar nunca a tocar en salas muy underground, centros sociales y okupas. Nos parece genial que nos consiga conciertos en sitios más grandes, pero no queremos ser un grupo que solo toca en festivales”. En cualquier caso, ahora no hay ni una cosa ni la otra, de modo que cada uno de los integrantes de Mausoleo está volcado en estos momentos en el proceso de composición y grabación con sus bandas paralelas: Andrés en Sistema; Xus en Brigada y Mikel en Margarita Quebrada.

Cartón y cobre metalizado: La historia detrás de la portada de María Gea

El nuevo trabajo de Mausoleo también viene acompañado de una evolución estética hacia una imagen menos siniestra y artesanal. María Gea, diseñadora del artwork de Extraño y de Absolución, nos habla de este proceso creativo. “Al escuchar las canciones del LP me di cuenta de que, aunque sigue siendo un grupo muy intenso, en general suenan más calmados y reflexivos. Así que pensé que la portada necesitaba ser más ligera, y que ya no tenía tanto sentido encerrarse en las combinaciones de blanco, negro y rojo”. “Por otra parte -continúa-, cada uno de los temas habla de un aspecto diferente de la personalidad de Andrés. En una habla de su educación católica; en otra de la ausencia de su padre; en otra de una ruptura sentimental…”. Son versiones diferentes de sí mismo. Enseguida conecté esta idea con una fotografía de Mario Giacomelli de un grupo de sacerdotes corriendo en círculo. En la foto, todos parecen la misma persona debajo de la túnica, y una persona en medio está observándolas a todas. La portada parte de un fragmento de esa fotografía, pero muy tratada y añadiéndole movimiento. La impresión es en cartón gris reciclado, con la imagen impregnada con una tinta especial en cobre metalizado. Una combinación de materiales muy cabrona” (ríe).

“Es verdad lo que dice María -reconoce Andrés-. En esencia, este disco habla de una persona (que soy yo, pero también incluye experiencias y sentimientos de Xus y Mikel) que está muy confusa, pero que no quiere regodearse en el dolor, sino que prefiere identificar todos los sentimientos, por tóxicos que sean, para evolucionar y estar mejor después”.

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