La reportera imparte dos charlas en alicante

Maysun Abu-Khdeir: "No estoy cambiando el mundo, pero estoy sembrando semillas"

26/03/2019 - 

ALICANTE. "Cuando fotografío lo hago de forma irracional; trato de captar aquello que me llama la atención", revela Maysun Abu-Khdeir (Zaragoza, 1980), fotoperiodista y reportera de guerra, conflictos e historias de Oriente Medio. Este es el leitmotiv que sigue de manera concienzuda al realizar sus fotografías y que también se plasma en esta imagen, en la que una mujer lituana embarazada de ocho meses arregla su hiyab, con los rayos del atardecer persiguiendo el coche en el que ambas viajaban aquel día de 2006. Pero es la historia que se oculta tras la imagen la que muestra la realidad: una Gaza bombardeada y una mujer con un bebé en su interior a la que se le niega la entrada al país para reunirse con su marido.

Esta es una de las fotografías que explicó la fotoperiodista hispano-palestina en el Salón de Grados de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Alicante (UA), durante la charla Pies de Arena. Cubriendo Oriente Medio con imágenes, una de las dos conferencias que impartió el lunes 25 de marzo, organizadas por la propia Facultad y el Instituto Interuniversitario de Desarrollo Social y Paz de la UA y coordinadas por el profesor de Estudios Árabes e Islámicos, Ignacio Álvarez-Ossorio.

Durante esta actividad, la reportera realizó un viaje cronológico por su trabajo y su historia y cuenta que comenzó estudiando para dedicarse a la arqueología, carrera que complementó con estudios fotográficos. Sin embargo, asegura que fue a partir de su primer viaje a Oriente Medio cuando decidió que su futuro sería el fotoperiodismo, porque resulta "crucial para ofrecer una visión poliédrica y profunda de las historias que están pasando en el mundo". Una profesión que concuerda con su inquietud por aprender y con su deseo de "contribuir al bien común", con el objetivo de pasar por el mundo llevando a cabo iniciativas o proyectos que sirvan a la sociedad. "No estoy cambiando el mundo, pero estoy sembrando semillas”, opina.

Además de esta vocación oculta, su dimensión hispano-palestina también le ayudó a escoger la profesión que lleva ejerciendo desde hace quince años. "Tenía mi identidad a medias y empecé a fotografiar a mi entorno para entender quién era yo y qué tenía o no en común con mi vertiente palestina", manifiesta. Es por ello por lo que realizó una primera incursión a Oriente Medio, la cual comenta que supuso un shock, en el que asegura que comprendió, tras presenciar su primer bombardeo en Palestina, todo el dolor que guardaba su padre y que no quiso transmitir a ella y a su hermano.

Un viaje que también aprovechó para desarrollar el arte de la fotografía, pero entendiendo el lugar antes de informar sobre él y de capturar los momentos, porque reitera que "para poder contar una historia tienes que empezar desde el principio". Y es que, según sostiene, le costó "digerir la situación y empezar a tomar fotos" ya que al principio solamente "observaba, escuchaba, olía y probaba cosas nuevas".

Finalista en los Premios Pulitzer de fotografía y con trabajos publicados en grandes periódicos nacionales e internacionales, Abu-Khdeir profundiza con sus fotografías en las historias subterráneas que también conviven en los lugares que se encuentran en conflicto o en guerra. Considera que Gaza no se limita únicamente a "la imagen de los soldados, de los niños que tiran piedras o de los bombardeos", sino que también existe el interés por "la condición humana, la sociedad, cómo se desarrolla o no la gente en esa sociedad y por qué existe esa injusticia", explica.

Es por ello por lo que asegura que desea "mostrar el dolor y la pérdida, pero también la alegría y la esperanza" a través de imágenes que narran y evocan una historia, pero que también obligan a pensar al espectador sobre qué existe más allá de la fotografía. "No solo doy respuesta con mis imágenes, sino que también planteo preguntas", expone, "para que ellos sean parte de ese escenario". Concluye añadiendo que su fotografía es suya "hasta cierto punto, porque cuando el espectador la observa también pasa a poseerla", es decir, "se crea una conversación", puntualiza la reportera.

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