Tenía que pasar. Llevamos diez años siendo testigos de cómo el mundo financiero se da la vuelta a cámara lenta. Tres datos: un bono alemán nos devuelve menos dinero del que pusimos, los bancos nos cobran por dejarles nuestro dinero y llegan los primeros préstamos que nos pagan por endeudarnos. Dicho de otra forma: si queremos rentabilizar nuestro dinero, en breve tendremos que pedirlo prestado (en lugar de prestarlo). Es la manera que tienen los bancos centrales de intentar reducir la enorme deuda que se han generado con sus medidas 'no convencionales', que aún intentan estimular la economía inyectando miles de millones de euros mensualmente. Primero lo hicieron comprando deuda, ahora además cobrando a los bancos por depositar.
Y con mayor o menor reticencia, los bancos en Europa han empezado a cobrar a sus clientes por depositar, tratando de compensar el coste que tienen por depositar ellos mismos en el BCE que es del -0,50% (en Suiza del -0,75%). Así que antes o después iba a llegar a España donde acabamos de batir el récord histórico de volumen en depósitos, que representa ya un 40% del ahorro total de los españoles. Sin embargo, su rentabilidad media es del 0,04%, casi una garantía de que perderemos dinero cada año al descontar la inflación. ¿Estamos preparados para empezar a pagar por nuestra principal fuente de ahorro?
Esto seguirá siendo a cámara lenta. Primero veremos el cobro en las entidades de banca privada extranjeras después las españolas y luego la banca comercial. Primero se cobrará a importes mayores, después a importes menores y finalmente a todos. De hecho, ya se cobra por conceptos que antes no existían o resultaban un cargo mínimo, que es otra forma de cobrar menos directa. Las alternativas son claras: tome usted mayor riesgo o pague.
El objetivo de las autoridades monetarias es eliminar nuestras opciones, dejándonos abierta únicamente la puerta de la inversión para que el dinero acabe llegando a la economía. Pero esto no es una buena opción para todo el mundo: penalizar el ahorro es una medida perjudicial para muchas familias en nuestro país.
Por eso se vuelve crucial activar el ahorro, pero gestionando correctamente el riesgo. Y para ello van a tener que asesorarse bien, porque un simple fondo de tesorería (que será la alternativa más propuesta de nuestro país) no les va a servir de mucho. La mayoría cobra más en concepto de comisión de gestión de lo que retorna al inversor, es decir, que ganan más que usted con su dinero debido a la situación actual.
La reacción natural cuando el inversor medio hace sus números es pensar en el inmobiliario: enterrar el dinero a cambio de poder tocarlo, como ha visto hacer tantas veces a su alrededor y enterrando también su capacidad de gestionar el riesgo. Creemos que hay una tercera vía más inteligente, y es utilizar las capacidades que nos brindan los fondos de economía real. Con ellos podemos invertir en compañías, proyectos y activos via capital o via deuda, principalmente. Generalmente nos permiten obtener una rentabilidad que partiría en 3% (deuda en activos de primera calidad) y llegar hasta las rentabilidades de doble dígito (proyectos puntuales que captan capital muy rápidamente).
Pongamos como ejemplo un fondo de deuda senior como pueda ser uno de Oquendo. La gestora presta a compañías medianas españolas y genera para el inversor entre un 5% y un 6% anualizado. Además, lo hace complementando una financiación bancaria y con sus mismas garantías. La tasa de default desde 2007 es minúscula (0,2%), y las oportunidades abundan debido a la regulación actual, que complica a los bancos prestar en tramos largos por sí solos.
El resultado es una alternativa para nuestra cartera que aúna bajo riesgo y buena rentabilidad, que además se nos reparte anualmente. El dinero acaba en economía real, como quiere el BCE, y somos mucho mejor remunerados que comprando un bono similar en mercado financiero, que posiblemente nos costara dinero.
Como hemos comentado en muchas ocasiones, no tiene mucho sentido nadar contracorriente sin un objetivo claro. Si las autoridades monetarias nos están empujando fuera del ahorro y hacia la inversión, lo mejor es ver en ello una oportunidad. Las alternativas de inversión están ahí, y para eso estamos las oficinas de familia.
Alejandro Martínez es socio director de inversiones y cofundador de EFE & ENE Multifamily Office
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