CASTELLÓN (EP). Las mejillas, pabellones auriculares, labios, manos y pies son las zonas más sensibles a los efectos del frío, debido a que tienen una menor proporción de glándulas sebáceas y con una circulación terminal, informa la dermatóloga del Hospital La Milagrosa de Madrid, Cristina Núñez.
Las bajas temperaturas del invierno hacen que la piel pueda verse más perjudicada y esté más sensibilizada. Para lograr mantener una piel sana la experta ofrece consejos como hidratar la piel a diario con cremas que contengan una mayor cantidad de lípidos. A nivel corporal aplicarla siempre después del baño y con la dermis todavía algo húmeda para así favorecer su absorción. Si después se utiliza un albornoz de algodón ajustado la absorción de la crema será mucho más eficaz.
En la cara es importante, además de la hidratación, aplicar a diario una protección solar con un factor de protección solar alto (del 30 en adelante). "En invierno también se sufre el efecto de la radiación ultravioleta", advierte la especialista, "máxime en zonas de nieve donde, por efecto del reflejo solar, es todavía más intenso el daño".
Olvidar este aspecto puede ocasionar un importante eritema solar después de una jornada de esquí en un día soleado. Para evitar estos daños se debe aplicar el protector solar en cara y labios cada dos o tres horas para que su protección sea más eficaz.
"Otra zona que requiere un especial cuidado son las manos", alerta la doctora. Aplicar crema hidratante varias veces al día y poner guantes "es esencial para evitar grietas dolorosas y los temidos sabañones o perniosis provocados por la vasoconstricción de los capilares que induce el frío", explica.
Según Núñez, los labios es una de las zonas más tempranas en sufrir los efectos del frío debido al escaso grosor de la semimucosa labial, que la hace especialmente vulnerable a la deshidratación, con la consiguiente aparición de la descamación y grietas.
Por este motivo "es importante aplicar emolientes, tipo vaselina, con frecuencia varias veces al día o bien cremas hidratantes labiales y si llevan protector solar mejor", insiste la dermatóloga.
La especialista recomienda evitar humedecerse los labios con frecuencia, un reflejo frecuente e inconsciente que tienen muchas personas cuando presentan sequedad de labios. La saliva tiene escaso poder hidratante y a la larga empeora la situación de deshidratación del labio.
Con respecto a la higiene es importante el uso de limpiadores suaves y neutros con un mayor contenido en lípidos para así favorecer la hidratación y evitar agredir nuestra piel. A su vez, se deben evitar los cambios bruscos de temperatura, sobre todo en pacientes con una piel sensible o intolerante, advierte.
Por último, se ha de prestar atención a la calefacción, con la que el nivel de humedad de los hogares tiende a bajar. Para combatir esta situación se pueden utilizar humidificadores en las habitaciones.