ALICANTE. Ya estamos en el año 2021, y las perspectivas económicas a nivel global están mejorando respecto al pasado ejercicio. La aparición de las diferentes vacunas permite vislumbrar un escenario positivo a nivel global, que en principio, solamente podría verse afectado por la efectiva distribución de las mismas. Mejor distribución y mayor recuperación económica.
En el siguiente gráfico podemos ver que el crecimiento del PIB real está, en estos momentos, en un punto de inflexión en la curva, con una clara recuperación de este indicador. A pesar de no existir inflación en estos momentos, preferimos siempre utilizar el indicador real con objeto de poder aislar el crecimiento sin la variación de precios de los productos y servicios generados. Pero sin olvidar que la inflación, aunque baje o esté en negativo, puede volver muy pronto. Por lo que habrá que tenerla en cuenta en nuestras decisiones de inversión.
Según las proyecciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para los próximos trimestres, el crecimiento del PIB real de las diferentes regiones económicas será muy fuerte.
La curva de la recuperación adoptaría una forma de 'V' muy pronunciada para volver a los niveles anteriores a la crisis. Se espera, pues, un año con un crecimiento muy alto aunque con diferencias según las distintas economías.
Las economías que se quedaron más rezagados por los efectos de la pandemia -como es el caso de España- podrían llegar hasta los dos dígitos de crecimiento real pronosticado (10,04%) para el primer trimestre de 2021; y seguiría situándose muy por encima de otras economías hasta finales de 2022, para igualarse a la media de crecimiento europea. Y sabemos que esta rápida recuperación global ha sido posible gracias a la inyección de liquidez desde los bancos centrales, tal y como ya recalcamos en el artículo anterior.
Uno de los términos que más se está utilizando últimamente en la prensa económica es la reflación. Básicamente se define como una política monetaria diseñada para estimular la demanda -permitiendo a los a los agentes económicos tener acceso a liquidez- para evitar la deflación resultado de una recesión o de un momento de incertidumbre económica como el que estamos pasando. Lo cual se consigue aumentando la masa monetaria o a través de la reducción de impuestos, para recuperar la demanda.
Los paquetes de ayuda del BCE, de la FED y otros bancos centrales a las economías han demostrado ser altamente eficaces y seguirán siendo necesarios hasta que los resultados estén consolidados. Aunque también tendrán sus consecuencias sobre los mercados de renta fija y variable, a través de la inflación. Las expectativas de inflación serían las siguientes, según la OCDE:
Después de un escenario deflacionista durante el primer trimestre del pasado año por la caída de la demanda, se espera que durante el primer trimestre de 2021 desaparezca la deflación en la Eurozona y que a finales de 2021 estemos en torno al 1%. Otras regiones económicas experimentarán ligeras alzas en un plazo más largo, con picos puntuales como el de Estados Unidos en el segundo trimestre. En general se espera que los repuntes y la inflación, en le largo plazo, sean menores en Europa en comparación con EE UU.
Se prevé un crecimiento económico muy fuerte, una inflación creciente y unos rendimientos de los bonos más altos (precios de los bonos más bajos por la compra de activos). Este contexto debería seguir apoyando la estabilidad de precios de la renta variable a lo largo del año. En cuanto a la renta fija, debemos ser muy cautelosos dada la erosión que tiene la inflación en los cupones.
La expansión prevista para la economía global está ahí y se espera un buen comportamiento por parte de la economía europea, superando a otras regiones debido a la gran ralentización de su economía durante el año 2020.
René Bauch es asesor financiero de la EAF alicantina gCapital Wealth Management, que asesora el fondo Gestión Boutique Gcapital Total Market. Puede contactar con el autor para solventar cualquier duda en bauch.rene@gcapital.es