VALÈNCIA. La Conselleria de Justicia y Administración Pública sufrirá este viernes una nueva baja. El último pleno del Consell antes de las vacaciones de verano aprobará el cese de la directora general de Modernización y Relaciones con la Administración de Justicia, Bárbara López. Una salida que se produce a petición propia, ya que López ha presentado su renuncia por motivos de salud, según confirman fuentes oficiales del la propia Conselleria.
Esta marcha se suma también a la de Alberto Muiños, quien hasta la semana pasada fue jefe de Gabinete de la consellera de Justicia, Gabriela Bravo, y abandonó su puesto para incorporarse al equipo de asesores del nuevo presidente de la República Dominicana, Luis Abinader. Ya en el pasado, Muiños había emprendido alguna colaboración con la candidatura que ha encabezado el líder del Partido Revolucionario Moderno en los comicios celebrados a principios de julio. Unas elecciones que Abinader ganó con autoridad a Gonzalo Castillo, del Partido de la Liberación Dominicana, formación que llevaba en el poder 16 años consecutivos.
Junto a López, también se hará efectiva otra salida en la Conselleria de Justicia, pero en este caso no se corresponde a ningún alto cargo. La subdirectora general de recursos materiales, Aurora Majuelos, también dejará de prestar sus servicios en este departamento del Consell para poner rumbo a la Diputación de Valencia.
En junio, López y Majuelos se encontraban de baja laboral. Unas salidas temporales que se produjeron en una semana especialmente tensa a raíz del desliz que protagonizó la Conselleria de Justicia al copiar y pegar el documento de desescalada de Justicia en la Comunidad de Madrid. Una circunstancia que despertó las críticas de todos los sindicatos en bloque: ante el cambio a la fase 2 en los juzgados de la Comunitat Valenciana, la conselleria elaboró varios borradores con pautas a cumplir por los funcionarios de justicia. Sin embargo, tras varios diseños, la víspera del cambio a la fase 2 se tomó la determinación de copiar el plan de desescalada que iba a seguirse en la administración de justicia madrileña.
Las organizaciones sindicales no sólo se quejaron entonces de la "improvisación de la Conselleria", que no sustituyó en el documento una mención a la Comunidad de Madrid por la valenciana. También protestaron por el hecho de que los funcionarios se enteraran de cuál iba a ser su jornada laboral al día siguiente pasadas las 21:00 horas. Una situación que generó cierta tirantez laboral en el departamento.
Ahora bien, parece ser que la salida de López este viernes a petición propia no será el único cambios que realice el Gobierno valenciano. En los grupos del Botànic II esperan que se produzcan más movimientos especialmente en el tercer escalón de otras consellerias. Es decir, sobre otras direcciones generales. Como ya viene siendo tradición en estas fechas, vuelve a sobrevolar la idea de que habrá remodelación de la estructura del Ejecutivo valenciano.
Cambios que distintas fuentes del Gobierno ven ya inaplazable por distintos motivos: equipos que no han terminado de encajar tras el primer año del Botànic II, ya fuera por mestizaje propio o ajeno; la "necesidad" de adaptar el diseño a un nuevo escenario post-pandemia; o cubrir de una vez los puestos que Presidencia de la Generalitat mantiene vacantes después de un año de gestión. Una serie de movimientos a partir de los cuales, además, poder validar los famosos reglamentos orgánicos de las consellerias que todavía siguen pendientes de aprobar, salvo en el caso de Vivienda e Innovación.