el líder de Podem pide "valentía" para que el ayuntamiento de castelló lidere la recuperación

Navarro: "La coordinación del Fadrell debe mejorar en las próximas semanas para estar a la altura"

"Si somos capaces de conducir la situación, de trazar horizontes, de aprovechar la pluralidad de un gobierno de tres partidos y de hacer la mejor gestión para la ciudad, saldremos fortalecidos. Pero la situación es muy exigente y es evidente que ningún gobierno lo tiene fácil, nosotros tampoco".

12/04/2020 - 

CASTELLÓ. Desde el inicio de la crisis las administraciones públicas vienen repitiendo el mismo mensaje: el impulso de políticas sociales y fiscales es el único camino hacia la recuperación económica tras el coronavirus. Se debe hacer de manera coordinada, sin fisuras y con un efecto dominó. El Ayuntamiento de Castelló está metido de lleno en esa tarea, aunque la particular configuración de su gobierno, una coalición de izquierdas con tres partidos implicados, requiere de habilidad negociadora y mucho diálogo. Esta emergencia sanitaria vuelve a poner a prueba la fortaleza del denominado Acord de Fadrell. Así lo reconoce Fernando Navarro, portavoz de Podem-EUPV, la última formación en incorporarse al ejecutivo local. El concejal morado defiende la transición ecológica como palanca de cambio, ya que, en su opinión, la doctrina neoliberal está en repliegue. De hecho, advierte que la capital de la Plana reúne todas las condiciones para transformarse como urbe sostenible: un Plan General que recalificará un millón de metros cuadrados de suelo, una eficaz Oficina de Promoción Económica para captar fondos europeos y una estrategia de rehabilitación para rejuvenecer el parque de vivienda. Todo lo cuenta a Castellón Plaza desde su confinamiento:

-¿Cómo vive el confinamiento?
Bien, con calma, ya llevamos cuatro semanas trabajando prácticamente en exclusiva desde casa, tratando de mantener una rutina de ejercicio, cocina, videojuegos, lectura,...

-¿Considera que la sociedad estaba preparada para algo así?
Nunca una sociedad está preparada para unas circunstancias tan excepcionales como estas. Es imposible. Además, la globalización y la época contemporánea nos habían instalado en una especie de sensación de invulnerabilidad, de dominio tecnológico y de superación de los grandes males de la historia. Esta pandemia nos ha devuelto a la realidad, nos ha recordado que somos más frágiles de lo que nos pensábamos. Nos ha recordado también que, cuando vienen mal dadas, hacen falta unos poderes públicos que protejan a la ciudadanía. Cuando las cosas se ponen difíciles, la economía y el mercado no sirven, solamente las instituciones.

-¿Y Castelló como ciudad?
Tampoco. Nadie estaba preparado. Ni Wuhan, ni Italia, ni España, ni ahora Estados Unidos,… Casi todos los países hemos cometido el error de subestimar la amenaza y, hasta que no la hemos visto muy encima, no se han tomado medidas drásticas. Aun así, la ciudad creo que ha reaccionado mejor de lo que nos pensábamos. La suspensión de la Magdalena fue el comienzo y no sabíamos qué pasaría, pero la gente está respondiendo y ha entendido muy rápido la magnitud de la amenaza.   

es una oportunidad para que desde las fuerzas de izquierdas digamos: ahora tocan políticas expansivas, intervenir la economía y robustecer el estado del bienestar.

-¿Qué medidas propone Podem-EUPV para superar esta crisis en Castelló?
Desde el principio defendimos las medidas más drásticas para minimizar los riesgos. Durante las primeras semanas hubo debate en el Gobierno de España sobre si detener o no toda actividad no esencial. Aquí vivimos la polémica concreta en las azulejeras y al final creo que esto tiene que ver con una victoria ideológica de la mentalidad del pensamiento economicista. Está claro que el parón va a tener consecuencias económicas, pero es que la decisión busca algo más importante: evitar contagios y salvar vidas, y eso no se mide con el PIB.

El día después de la crisis sanitaria, que aún está lejos, es evidente que la recuperación económica nos debe ocupar a todos. Y no tanto para que el PIB vuelva a crecer rápido de la caída del 10% que nos augura el FMI, que también, sino para evitar que de esta salgamos con una ciudad más desigual y más desgarrada entre quienes salgan más o menos airosos y quienes se puedan ver más golpeados por el paro y por la incertidumbre. En esa reactivación del día después nosotros estamos incidiendo en el papel que puede jugar la transición ecológica. El martes de la semana pasada el Gobierno envió a Bruselas el Plan Nacional del Clima y la Energía que contempla un impacto para el país de 22.000 millones de euros en 10 años, el 1,8% del PIB; el jueves, la presidenta de la Comisión Europea Ursula Von der Leyen insistía en el papel del European Green Deal para reactivar la economía dentro del Plan Marshall que se está armando. En Castelló tenemos las condiciones para aprovechar al máximo esa transición como palanca por varios motivos: porque tenemos una Oficina de Promoción Económica que es la envidia de muchas ciudades a la hora de captar fondos, tenemos en trámite un Plan General que va a desclasificar 1 millón de metros cuadrados de suelo urbanizable, que es una burrada, y que va a dibujar una ciudad compacta rodeada de infraestructura verde. Tenemos una oportunidad de reconducir el modelo económico de la ciudad hacia lo ecológico, lo verde y lo moderno. La rehabilitación de nuestro parque de vivienda envejecido, generar un ecosistema económico más favorable para la agricultura, revalorizar nuestro patrimonio natural y darle una dimensión turística,...

-¿Cree que la administración local debe ser el motor de la recuperación económica?
Todas las administraciones. El otro día decía Iglesias que en esta crisis muchos economistas hablan de Piketty y nadie habla de Hayek. La doctrina neoliberal está en repliegue. Ahora ya prácticamente nadie se atreve a defender el estado mínimo, la mano invisible y la ley del mercado. Eso es una oportunidad para que desde las fuerzas de izquierdas digamos en todas partes: ahora tocan políticas expansivas, intervenir la economía y robustecer el estado del bienestar con una política fiscal más redistributiva. Y desde el Ayuntamiento también se puede hacer, con dificultades porque aún tenemos un marco legal que nos resta mucha soberanía, pero debemos trabajar también en un Plan de Choque Social que empuje esa recuperación económica desde el principio de la redistribución.

-Hasta ahora se han venido anunciando acciones desde el Ayuntamiento, ¿todas están consensuadas entre los tres partidos del Fadrell?
Todos nos hemos tenido que adaptar a la nueva coyuntura. Estamos todos en casa, no nos cruzamos en el Ayuntamiento y eso dificulta la coordinación. La política ha sido agilizar trámites, decisiones y delegar competencias. Eso ha provocado que algunas decisiones no hayan tenido el debate previo que hubiese sido deseable. No sé si se podría haber hecho mejor. Creo que todos los gobiernos nos estamos adaptando a la nueva realidad, pero que desde las competencias de Servicios Sociales, de Seguridad, de Servicios Públicos, etcétera se ha mantenido el orden en la ciudad y se ha estado a la altura.

esta legislatura empezó con ciertas diferencias en el gobierno y, cuando estábamos reconstruyendo puentes de confianza, nos ha saltado esta crisis y su gestión nos ha roto todos los calendarios.

-¿Piensa usted que el equipo de gobierno está actuando como un bloque ante la crisis?
Hasta ahora creo que todos estamos de sacar adelante el día a día con mucho esfuerzo. Es conocido que esta legislatura empezó con ciertas diferencias en el gobierno y, cuando estábamos reconstruyendo puentes de confianza, nos ha saltado esta crisis sanitaria y su gestión nos ha roto todos los calendarios. Es evidente que esta gestión va a poner a prueba la solidez del Acord del Fadrell.

-En el pasado hubo fisuras en el Fadrell, ¿cómo están ustedes en este momento? ¿Cree que la situación actual fortalecerá el pacto?
Esa discrepancia se recondujo y ahora estamos en otra fase. Esta crisis sanitaria pone a prueba todos los gobiernos, no solamente el de Castelló. Si somos capaces de conducir la situación, de trazar horizontes, de aprovechar la pluralidad de un gobierno de tres partidos y de hacer la mejor gestión para la ciudad, saldremos fortalecidos. Pero la situación es muy exigente y es evidente que ningún gobierno lo tiene fácil, nosotros tampoco.

-¿Podem-EUPV se planteará su papel dentro del tripartito cuando pase esta emergencia sanitaria?
El espacio de Unidas Podemos teníamos la convicción hace unos meses de que nos tocaba gobernar en todas las administraciones, demostrar que además del ímpetu e ideas muy chulas éramos capaces de movernos dentro de una administración. Nadie contaba con este giro de la situación del país y creo que todo el runrún de Madrid alrededor de unos nuevos Pactos de la Moncloa, de un gobierno de concentración nacional,… nos sitúa ante un escenario complejo. Pero creo que nuestro papel es bastante claro en todos los niveles: mantenernos en todos los gobiernos y estirar para que la gestión de esta crisis sea lo más valiente y lo más redistributiva posible. Todo el mundo está hablando de que el día después de la Covid-19 exigirá un enorme esfuerzo, pero ese esfuerzo también será desigual, a cada cual según sus posibilidades. Si logramos que sea así, tendrá sentido nuestra presencia en los gobiernos.

-A raíz del desacord se reforzó el rol de la comisión de seguimiento del Fadrell. En una crisis de esta magnitud, ¿no debería cobrar protagonismo?
Ahora mismo todavía estamos todos aún surfeando la ola. Es evidente que estamos desbordados por la situación, pero también es evidente que la coordinación interna del Acord de Fadrell debe mejorar en las próximas semanas para estar a la altura del momento. La política económica, la política fiscal, la política social del día después nos va a exigir de mucho trabajo, de muchas ideas, de mucha valentía, etcétera. Y solo tendremos las mejores políticas si aprovechamos bien la pluralidad de ser tres partidos.

-¿Por qué parece que tecnológicamente el Ayuntamiento está por detrás de otras instituciones para celebrar plenos telemáticos?
No está por detrás. Nosotros el día después de declarar el estado de alarma mandamos a teletrabajar a 1.000 funcionarios cuando aún prácticamente ninguna administración lo había hecho, porque entendíamos que era lo mejor para velar por la seguridad de todos. Y eso ha exigido de un esfuerzo de los servicios municipales de modernización enorme, pero cuatro semanas después nos hemos adaptado. Es verdad que aún no hemos celebrado plenos, pero también nos ha cogido la semana de fiestas por medio y nos ha costado adaptar el calendario, pero el Ayuntamiento ha hecho un esfuerzo grande para hacer una digitalización exprés que nos será útil para el futuro.

-¿Qué balance hace de su gestión como último partido en incorporarse al gobierno local?
Bueno. No notable ni sobresaliente, pero tampoco suspenso. No sabíamos muy bien dónde íbamos y, además, entrábamos en dos áreas complejas. Las políticas de vivienda tienen enormes dificultades legislativas y de mercado para desarrollarse y, además, afectan a la puerta de entrada al estado del bienestar, lo estamos viendo en esta crisis. La casa es el muro de certidumbre ante todo. Y que las administraciones no tengan capacidad de garantizar casa a todo el mundo es muy frustrante, y más para una persona como María Jesús Garrido [concejala de Vivienda], que viene del activismo y con una voluntad arrolladora.  Y desarrollar políticas de transición ecológica también es difícil: la tradicional concejalía de medioambiente era una maría en casi todos los ayuntamientos. Como hablábamos antes, las políticas de transición y de lucha contra el cambio climático son hoy prácticamente más necesarias que ninguna otra y tienen mucho potencial económico, pero para llevarlas a cabo se exigen cambios en las prioridades y en la estructura de la administración que cuestan de llevar a cabo. Un funcionario del Ayuntamiento me dice mucho una frase que creo que tiene mucha razón: "Tienes que conseguir que esto sea cosa de todo el gobierno, no solo una cosa del chaval de Podemos". Y en ello estamos, pero cuesta.

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