VALÈNCIA. OHL cerró el pasado 2 de octubre en los 1,036 euros y desde entonces no ha logrado sacudirse de encima la etiqueta de 'penny stock', es decir, cotizar por debajo de la cota del euro. Al día siguiente sufrió un durísimo castigo del 12,2% después de conocerse que el grupo constructor había perdido el recurso presentado ante tribunales de Reino Unido contra los 1.134 millones que Qatar le reclama por la resolución del contrato de construcción de un hospital del país en 2014.
Sin embargo, las idas y venidas por encima de dicha barrera son una constante en los últimos meses, tal y como se aprecia en el gráfico, por parte de la cotizada presidida por Juan Villar-Mir de Fuentes. Ayer OHL cerró subiendo un 1,63% hasta los 0,95 euros, lo que equivale a una revalorización anual de casi un 46% y a una capitalización bursátil de algo más de 272 millones de euros. Todo ello pese a que sus dos bajistas con nombre y apellidos, Melqart Asset Management y Voleon Capital Management han elevado estos días sus posiciones cortas hasta el 1,26% y 1,02% respectivamente.
Pero tres cuartos de hora después del cierre de la jornada de ayer, el grupo fundado por la familia Villar-Mir informó al mercado -a través del pertinente hecho relevante en la web de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV)- el 'tijeretazo' que le ha metido Fitch a su rating, que ya de por sí lo tenía catalogado como 'bono basura'. Nada más y nada menos que tres escalones menos de la nota que tenía asignada desde 2016 y que ahora queda en 'CCC+', es decir, un escalón por encima de países como Gambia, Líbano, República del Congo y Zambia.
La constructora participada por el grupo Villar-Mir mostró su disconformidad ante la revisión de Fitch y ha manifestado públicamente su desacuerdo sobre la misma "por el momento temporal en el que se produce". El hecho relevante remitido al organismo supervisor recoge que "la compañía se encuentra en la senda de la recuperación y no se han dado motivos, en el presente ejercicio, que justifiquen la decisión ahora adoptada por Fitch".
La constructora argumenta que este año "registra una progresiva recuperación de los márgenes del negocio de construcción, genera beneficio bruto de explotación (Ebitda) positivo en todas sus líneas de negocio y una progresiva reducción de consumo de caja". En fuentes de la compañía que preside Juan Villar-Mir de Fuentes apuntan a que la propia Fitch reconoce la mejora que viene mostrando la empresa en su informe, en el que achacan su decisión a las "debilidades" mostradas por la empresa en los últimos años que se tratan de superar, como son el reconocimiento y saneamiento de los proyectos internacionales fallidos, los denominados 'legacy'.
En su informe, Fitch achaca su rebaja al "débil perfil financiero" de OHL, "mayor del esperado por el continuo consumo de caja de los 'legacy'". No obstante, la firma indica que el hecho de que otorgue a su nota una perspectiva estable y descarte así nuevos movimientos refleja "la gradual mejora en el beneficio operativo de la empresa gracias a las medidas de control de sus riesgos implementadas". Así, Fitch espera que disminuya el consumo de caja y aumente el margen de Ebitda en el "medio plazo", en la medida en que el grupo vaya digiriendo los 'legacy'.
OHL anunció a comienzos de año que prevé cerrar 2019 con un Ebitda de más de 45 millones de euros, el primero anual positivo en cuatro años. La constructora ya saldó con Ebitda positivo el último trimestre de 2018 y los dos primeros de 2019. La compañía contempla el ejercicio como un "año de transición" hacia la consecución, a partir de 2020, de ganancias con las que superar los 'números rojos' de los tres últimos años, fruto del referido proceso de saneamiento que aborda desde 2013.