VALÈNCIA (María Vicente y Nuria Cano
/ EFE). El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, afronta la próxima semana el 43 Congreso Confederal, del que se prevé salga reelegido, con un balance "relativamente positivo" de los últimos cinco años y una consigna clara, pisar el acelerador para recuperar salarios y derechos de los trabajadores.
En una entrevista con Efe, Álvarez (1956, Asturias) analiza un mandato marcado por los cambios políticos -tres elecciones generales, tres gobiernos diferentes- y una pandemia que ha condicionado los últimos 15 meses.
"Estamos lejos de cumplir nuestros objetivos y creo que en este periodo tenemos que poner el acelerador", subraya Álvarez, que insiste en la derogación de las reformas laborales de 2012 y 2010, la de pensiones de 2013, y todo lo que tiene que ver con los derechos de los trabajadores.
"Sería difícil que estuviera satisfecho cuando vivimos en un país donde hay colas del hambre, gente que duerme en la calle, despidos, aumentan los accidentes laborales", arranca Pepe Álvarez, que salió elegido hace cinco años por un estrecho margen de 17 votos y que en estos años ha ahondado en la transformación del sindicato, con estructuras aligeradas y la "transparencia absoluta" como gran reto.
"El balance es relativamente positivo pero muy mejorable", resume Álvarez, que sí ve "cierto reconocimiento por parte de los trabajadores de que el sindicato ha hecho un buen trabajo".
Tras haber sufrido el golpe del desprestigio por los escándalos de los ERE y la caída de afiliación en la anterior crisis, los sindicatos han recuperado aire en los últimos tiempos con el cambio de Gobierno y especialmente con el papel jugado en la pandemia y su contribución a acuerdos como los sellados para poner en marcha los ERTE.
"El sindicato ha abierto las puertas de par en par. Hoy hay transparencia absoluta (...) hemos puesto mecanismos para que la transparencia sea la norma que impida meternos en situaciones tan difíciles como las que hemos vivido".
En el caso de UGT, que llega a este Congreso con 978.622 afiliados y un cambio que ha dejado en tres las organizaciones federativas que llegan con sus procesos de renovación culminados, también ha contribuido una estrategia de comunicación más activa y cercana a los problemas de los trabajadores.
Junto con la reversión de las reformas del pasado, el sindicato también dará la batalla por la semana de 32 horas y porque los robot paguen cotizaciones sociales, dos reinvidicaciones defendidas desde hace años y las que suman los compromisos pendientes del Gobierno de PSOE y Podemos.
"No vamos a dar ningún cheque en blanco al Gobierno. Gobierne quien gobierne queremos que el sistema laboral se parezca a los del entorno, avanzando a la estabilidad, la formación profesional y subida de salarios llegando a un SMI en 2023 de 1.200 euros mensuales en catorce pagas", resume Álvarez que pone también énfasis en la seguridad laboral y en llegar a las pymes.
"Tenemos que conseguir que los trabajadores de empresas pequeñas y medianas en las que no hay presencia sindical, hayan visualizado cuál es la acción del sindicato, eso nos va a ayudar a recomponer la relación con los trabajadores más jóvenes, las mujeres", concluye.
UGT abordará en su 43 Congreso Confederal, que se celebrará del 18 al 20 de mayo en Valencia, un cambio de imagen corporativa en una cita centrada en la calidad del empleo y el medio ambiente.
Bajo el lema "REDvolución 6.0", el 43 congreso -el segundo de toda la historia del sindicato que se celebra fuera de Madrid- tiene como idea central el debate sobre "un nuevo contrato social y medioambiental".