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análisis

Perspectivas financieras de cara al tercer trimestre del presente ejercicio

El economista considera la mayor preocupación que la recuperación económica sea en forma de W, lo que implicaría que el virus reaparecerá más adelante

16/07/2020 - 

MADRID. Después de que la covid-19 provocara fuertes salidas en los mercados a principios de año, los activos de riesgo se han recuperado con fuerza en el segundo trimestre. El levantamiento de las medidas de confinamiento, combinado con un considerable apoyo político en todo el mundo, ha dado lugar a un fuerte repunte de la renta variable global. En particular, los mercados bursátiles europeos han registrado fuertes rentabilidades impulsadas por la contundente respuesta política de las autoridades europeas.

A pesar de las renovadas tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, la renta variable de los mercados emergentes fue una de las que mejores resultados obtuvo gracias a un dólar estadounidense más débil y a la recuperación de los precios de las materias primas. Después de sufrir el peor trimestre de la historia, el fuerte aumento del precio del petróleo, debido a un mayor optimismo en la economía mundial, ha hecho que tenga el mejor trimestre de su historia. En este contexto, los bonos se mezclaron con el crédito y los bonos soberanos de los mercados emergentes registrando rentabilidades positivas, mientras que los retornos de los bonos soberanos daban bandazos.

Hemos rebajado aún más nuestra previsión de crecimiento para 2020, debido a la debilidad observada durante el primer trimestre. Con los cierres extendidos hasta abril y mayo, esperamos que la actividad se haya visto aún más afectada en el segundo trimestre. Al entrar en el tercer trimestre, debería haber un repunte en la actividad con la relajación de las restricciones, aunque en menor medida de lo que habíamos previsto anteriormente. En términos de la probabilidad de riesgos, vemos la recuperación de la forma W como la mayor preocupación. Esto implicaría que el virus reaparece más adelante, lo que llevaría a una segunda oleada de bloqueos y una caída doble de la actividad global.

Desde la perspectiva de la asignación de activos, seguimos prefiriendo el crédito, dadas las importantes provisiones de liquidez de la Reserva Federal (Fed). La intervención política también ha amortiguado los riesgos de cola del Covid-19, lo que nos ha llevado a neutralizar nuestra infraponderación en renta variable. Además, hemos añadido una exposición cíclica a través del mercado europeo y de las small caps estadounidenses. Sin embargo, seguimos teniendo un sesgo hacia la renta variable de calidad, ya que no esperamos un rápido retorno a la normalidad económica.

Mientras tanto, los bonos soberanos siguen ofreciendo poco valor en relación con la renta variable. También creemos que su capacidad para proporcionar una cobertura en la cartera se está deteriorando. No obstante, el nivel sin precedentes de las políticas monetarias acomodaticias por parte de los bancos centrales significa que estamos neutrales en cuanto a la duración. En cambio, seguimos manteniendo oro para equilibrar el riesgo cíclico en la cartera.

Keith Wade es economista jefe de Schroders

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