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EL TINTERO / OPINIÓN

Plácido Domingo en un vendaval de agosto

En agosto siempre se ha dicho que los medios deben buscar las noticias donde y como pueden. La falta de actividad política y de otros sectores, deja vacías las páginas de los diarios que suelen protagonizar los terribles incendios, los accidentes de tráfico y algunas curiosidades sobre el verano

21/08/2019 - 

VALÈNCIA. La época de vacaciones suele caracterizarse porque quienes disfrutan de las mismas dejan de seguir las noticias, aunque con las redes sociales y los teléfonos móviles casi parece una misión imposible. Uno se entera de todo, aunque no quiera. Pese a ello, creo que es muy recomendable darnos una tregua y aprovechar para ver la vida desde otra perspectiva, no marcada por los boletines horarios de la radio, las noticias del mediodía o los titulares del diario. Entre esa zozobra en la que intentamos navegar en los días de mayor tranquilidad, siempre hay noticias que cobran mayor relevancia. 

Sin duda, las noticias más trágicas suelen ocupar los titulares más destacados y a su vez las conversaciones informales, desde el brutal incendio que arrasa nuestras maravillosas Islas Canarias al encallamiento de un buque en el Puerto de Dénia o los accidentes de tráfico en una época donde los desplazamientos por carretera son intensos. Pero también hay un espacio excesivamente destacado para las noticias que podríamos catalogar de morbosas, como la casi anónima (salvo una) acusación al gran tenor español Plácido Domingo. Mientras escribo estas líneas se levanta un temporal típico de esta época en el Mediterráneo que parece querer despedir el verano.

Plácido Domingo es uno de los hombres más ilustres que ha dado nuestra patria, junto a muchos otros, pero este es uno de nuestros contemporáneos de los que más orgulloso podemos sentirnos, especialmente los valencianos por el gran trabajo que ha realizado y realiza en nuestro Palau de Les Arts a través del ‘Centro de Perfeccionamiento Plácido Domingo’.

A sus 78 años y cinco décadas de carrera a sus espaldas, Plácido Domingo es ampliamente reconocido como uno de los mejores tenores de la historia, admirado en todo el mundo. Sinceramente me siento incapaz de loar la figura de nuestro tenor mejor que lo han hecho otros tantos con mayor conocimiento, capacidad de análisis y acierto. Por ello, al margen de algunos artículos brillantes que he podido leer estos días sobre la figura del que muchos consideran además de un gran artista un auténtico mecenas y filántropo, siempre en búsqueda de fomentar nuevas voces en el mundo de la ópera y la zarzuela, dejaré aquí el enlace a un brillante artículo entrevista que se publicó en la revista Plaza de agosto de 2016, hace justo tres años, con la firma de mi querido y admirado Carlos Aimeur bajo el título Maestro Plácido.

Las acusaciones sobre su comportamiento con algunas mujeres hace décadas, parecen bastante infundadas y livianas, algunas grotescas por su procedencia. En cualquier caso, la cuestión de fondo es cómo los medios y sobre todo las redes pueden ser un lugar de linchamiento, pasajero gracias a Dios, pero cruel de personalidades que al margen de que hayan podido cometer errores como cualquiera de nosotros, son referentes absolutos en sus profesiones y, además, como en el caso de Domingo, llevan décadas trabajando por la cultura, la música, la ópera, la zarzuela y el talento de los jóvenes que quieren dedicarse a ese oficio. 

Nos ha tocado vivir tiempos extraños y además de sobrellevarlos hay que hacer frente a la dictadura de los –ismos dentro del gran rodillo de lo políticamente correcto, cada vez más voces sensatas se rebelan ante tanto ataque y tanta acusación cargadas de hipocresía y puritanismo. Teatros como el Real de Madrid o la Scala de Milán han confirmado la presencia de Plácido, demostrando que el sentido común y la presunción de inocencia aún tienen hueco en esta sociedad. Larga vida a nuestro gran tenor. 

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