AL OTRO LADO DE LA COLINA / OPINIÓN

Por no cumplir con la Ley

Las sociedades nos hemos dado leyes para poder convivir juntos, cuando alguien atenta contra ellas, atenta contra la convivencia de todos

19/10/2019 - 

Cuentan que el almirante Nelson antes de la decisiva batalla de Trafalgar dijo su famosa frase, recogida en el acervo mundial como, la Patria (Inglaterra) espera que cada uno cumpla con su deber, transmitiendo la idea de que la única forma para que este mundo funcione ya sea hace 200 años o en los próximos 500, es si todos cumplimos con nuestras obligaciones con la colectividad, es decir con la ley.

Y que ocurre cuando no se cumple con ese deber, pues que antes que después deviene el caos, fíjense lo ocurrido en México, donde un sociedad contaminada por la corrupción del narcotráfico es secuestrada, en concreto en la capital del Estado de Sinaloa, Culiacán, donde tras ser detenido el hijo del conocido narcotraficante el Chapo Guzmán, se desató el infierno de la narco-violencia, hasta tal extremo, que además de producirse el caos en su penal del que se han escapado decenas de presos, las autoridades tuvieron que soltar a Ovidio Guzmán para evitar males mayores, que en el futuro no es que serán mayores sino peores, porque el contemporizar con los violentos y practicar el entreguismo, nunca ha sido la solución de los problemas, como la justicia que nunca es la solución simplemente la consecuencia que hay que acatar.

Además la corrupción es un cáncer en la sociedad que crece sin parar, y amenaza con destruirla, ya que sustituye la legitimidad del pacto social base de nuestras sociedades democráticas y sometidas al derecho, por otras legitimidades. Como por ejemplo el amiguismo y las relaciones familiares muy frecuente en nuestro Mediterráneo y mundo latino, o la legitimidad del sectarismo que antepone el servicio a un partido o a una ideología, al servicio a la colectividad, o la legitimidad de los votos como ocurrió con los nazis por encima de los derechos humanos y el respeto a las minorías, por lo que la fortaleza del Estado se resquebraja y se deteriora la cohesión nacional.

Y esto también está ocurriendo en nuestra frontera adelantada que es el Sahel. En esta región el ejercicio de las competencias por parte del Estado es muy débil, por diferentes cuestiones; por una parte la poca presencia del mismo y de sus instituciones , hace que otras estructuras y otros vínculos más presentes como son los culturales, idiomáticos, incluso religiosos, aparezcan como legitimarios de otros poderes más territoriales que por supuesto actúan como elementos centrifugadores para la nación, y siempre generadores de violencia, ya sea más o menos visible, desde la limpieza étnica-lingüística hasta la limitación de la libertad para viajar por el territorio, incluyendo los ataques contra las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, por parte de esas fuerzas totalitarias que en estos países, llevan el apellido de Yihadistas, al igual que en otras épocas o lugares tienen otros nombres que todos ustedes conocen.

Lo malo, al igual que ocurrirá con Sinaloa en México, es que cuando se quiera llevar el orden a todos esos territorios donde el Estado por impotencia o dejación no ha estado presente, será a costa de sufrimiento inevitablemente, pues todo lo conseguido con violencia ilegítima, ya sea contra las personas o las leyes, realizada por los totalitarios durante tanto tiempo, requerirá el uso de la legítima coerción de los poderes públicos para restablecer el Estado de Derecho, de no hacerlo pronto, todo ira a peor.  Fíjense que hace escasas dos semanas nuestro vecino argelino, descubrió un depósito clandestino de armas en su frontera con Mali-Niger donde ademas de diferentes municiones de artillería, encontraron un misil portátil tierra-aire 9K32Strela-2/SA-7 Grail, con una enorme capacidad para producir y difundir el terror. En un entorno en que desde el mar Rojo hasta la costa Atlántica se prodigan los combates y atentados, no sólo en los países ya citados sino también en Burkina Faso, Nigeria,  República Centroafricana, etc., donde poderes tribales-localistas intentan imponer su sinrazón a la mayoría silenciosa de esos países, haciendo del victimismo una de sus principales armas, y siempre pretendiendo internacionalizar el conflicto. 

Ya saben lo que escribió hace décadas Friedrich Engels "Desde fines de la Edad Media, la historia trabaja en el sentido de constituir en Europa grandes Estados nacionales", y a mi me parece que esos chiquilicuatres totalitarios con sus falsas ensoñaciones, no tienen ni la categoría ni la altura de miras necesaria para doblegar a la historia ni a la gente de paz, y sólo tienen capacidad, tristemente, para hacer sufrir a sus conciudadanos; esperemos que cada uno cumpla con su deber.

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