GRAND PLACE / OPINIÓN

Que baje Dios y lo vea

5/02/2020 - 

¿Qué van a hacer 20.000 soldados norteamericanos en el corazón de Europa durante toda la primavera? No, no van a recolectar tulipanes… Van a pasearse con sus tanques por carreteras, montañas y campo a través si hace falta. Dicen que vienen a “disuadir a los adversarios, desarrollar la preparación y fortalecer la alianza”. ¿Adversarios en Europa? ¿Dónde, quiénes y, sobre todo, quién decide quién es nuestro adversario? ¿Los Estados Unidos de América? Porque dicen que vienen a salvarnos… O a practicar en ello. 

El ejercicio “Defender Europe 20” se desarrolla en el marco de la OTAN y en suelo europeo. Durante tres meses, de marzo a julio, el ejército norteamericano se desplegará por el centro y norte oriental de la Unión Europea a lo largo de la frontera con Rusia. Vaya, ahí está, nuestro eterno “adversario”. Porque desde la guerra de los Balcanes, se quedaron con ganas de más, pero la Unión Europea no entró al trapo y dejó a los cascos azules tomar a iniciativa. De regalo, nos dejaron un no-país musulmán, auto-declarado independiente, en medio de Europa: Kosovo. Las banderas norteamericanas ondeaban en la plaza de la independencia aquel 16 de febrero de 2008.

El propósito es “demostrar su capacidad usando las fuerzas asignadas para ejecutar las opciones de respuesta y de disuasión flexible desplegando una fuerza de gran escala creíble en combate en Europa, capaz de responder a la agresión y disuadir a posibles adversarios”. Así se mantiene la garantía aliada del “compromiso de los Estados Unidos con la defensa colectiva”, dicen los salvadores de la Patria. 

“En el futuro, nuestros ejércitos deben estar listos para desplegarse, luchar y ganar decisivamente contra cualquier adversario cercano en un conflicto conjunto, de multi-dominio y de alta intensidad”. ¿En el futuro? Bien…, se va confirmando mi “teoría de la conspiración”. Desde la guerra de los Balcanes, Estados Unidos viene buscando una guerra en Europa, en el corazón de Europa a ser posible, y en el Mediterráneo. Y hete aquí que vienen a entrenar, dicen, como si no tuvieran suficiente territorio en Kansas o en Oklahoma. Claro que no es lo mismo…

Porque, mientras, siguen debilitando la Unión Europea con su influencia en los países del Este, la rotura el Reino Unido con el Brexit y un Mediterráneo herido de muerte en el norte tras la desestabilización económica de Portugal, Italia, España, Grecia, Chipre…, además de la desestabilización política y bélica en el norte de África. Sin olvidar las guerras eternas en Oriente Medio. ¿Las recuento? Por orden cronológico: Afganistán, Irak, Siria -Líbano con algunos conatos por medio-, el conflicto entre Israel y Palestina…  

Y, por si fuéramos pocos, ahora Turquía y Rusia se enfadan, tras un ataque de Siria que ha provocado muertos en el ejército sirio y el turco, y de rebote aumentando la tensión  entre los gobiernos de Ankara y Moscú. ¡Mira qué casualidad! Es que lo tengo que contar. Porque Turquía es miembro de la OTAN. Voy a recordar aquí el artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte, por el que se establece que “un ataque contra un Estado miembro de la OTAN es considerado un ataque contra todos los Estados miembros de la OTAN”, es decir, contra toda Europa.

Pero qué cerquita los tendremos. Porque el área de operaciones incluye los Países Bajos, Bélgica, Alemania, Polonia, Lituania, Letonia, Estonia y Georgia -que no es amiga precisamente de Rusia-. Mientras que el área “de interés” incluye las rutas aéreas y marítimas desde Estados Unidos a Europa, el mar Báltico, el mar Negro, Rusia -sin complejos-, Bielorrusia, Noruega, Suecia, Finlandia, Dinamarca, Italia, Luxemburgo, Austria, Armenia y Azerbayan. 

Parece que nos hemos librado… Pues no. Mantengo mi teoría de que habrá otro epicentro en el Mediterráneo con Libia a la cabeza, donde turcos, sirios y rusos acaban de desplegar tropas y mercenarios. Y los norteamericanos no se lo van a perder. Que baje Dios y lo vea. O Alá…

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