aL OTRO LADO DE LA COLINA / OPINIÓN

Quid pro quo Coronavirus

El virus de Wuhan influye en todos los ámbitos de la vida en la Seguridad y en la lucha antiterrorista.

18/04/2020 - 

La alocución latina de nuestro título, es según el diccionario jurídico de la RAE, “cosa recibida como compensación por la cesión de otra”, y también es usada, como a quien beneficia tal o cual acción o circunstancia. En este artículo, al igual que en una investigación criminalística, lo aplicaremos a algunos de lo beneficiados por la pandemia.

Para empezar vamos a enumerar tres sectores que, o se han podido beneficiar, o por lo menos pueden seguir funcionando que para los tiempos que corren es todo un éxito, y sin ánimo de exhaustivo, pues quizás no todas las empresas de esos sectores lo han conseguido y sólo son algunas las que lo hacen. Porque ya saben que lo que para unos es una crisis, para otros es una oportunidad.

En primer lugar, el alimentario, por razones obvias, cuando hay una profunda crisis se vuelve a lo esencial, y que más básico y fundamental que los alimentos, y además en estos momentos de “hibernación” de la economía (menudo constructo se han sacado de la chistera) las cadenas de distribución alimentaria son los únicos negocios que funcionan bien, o por lo menos se les permite seguir abiertos.

En segundo lugar el sector tecnológico, también es lógico como consecuencia del confinamiento y distanciamiento social exigido, pues desde el comercio electrónico, los big data, los proveedores de internet y sus plataformas, sistemas de comunicación virtuales y digitales, inteligencia artificial, entre otros, se están utilizando de forma ad nauseam; y que, por cierto, nos acerca más de forma inevitable a la cuarta revolución industrial o revolución 4.0, de la que ya les he hablado, y que parece según algunos cálculos, podría jubilar a más de 10.000.000 de puestos de trabajo humanos a medio/largo plazo.

Por último el sector de aprovisionamientos sanitarios, desde las farmacéuticas, hasta los fabricantes de equipamientos, respiradores, y como no los famosos EPIs, sobre todo de origen chino, sin querer entrar en teorías conspiranoicas, que para eso ya tenemos a nuestro animador mediático global, mister Donald Trump, aunque también el hiperactivo presidente Emmanuel Macron ha sembrado la duda sobre la China comunista de Xi Jinping al afirmar que “claramente pasaron cosas que desconocemos”.

Pero no sólo en las actividades lícitas hay posibles beneficiarios de la Pandemia, sino también en las ilícitas, pues cuando les hablo a mis alumnos de Criminología de la UCV de la amenaza de la proliferación de dispositivos Nucleares, Bacteriológicos y Químicos, siempre les he comentado que la más peligrosa, por su difícil control tras su dispersión y por el modo cómo repercutiría en nuestra forma de vida, eran las armas Biológicas. Respecto a lo complicado del control tras su diseminación, no hace falta que les explique mucho, pues lo ocurrido con el virus de Wuan, independientemente de su origen natural o de laboratorio, lo hace evidente.

En cuanto a la amenaza a nuestra forma de vida, les citaba a mis alumnos, que en este mundo globalizado, ya saben ese cuya economia se basa en una producción a escala global, con eficientes cadenas logísticas en un mundo interconectado que permite una constante movilidad aérea para alimentar un gran sector turístico, que visita macro urbes donde residimos, el fin o frenazo a esa conectividad, movilidad, viajes o masificación urbanita, provocado por una arma bacteriológica, pondría a nuestro sistema económico contra las cuerdas, por lo que algún grupo terrorista contrario a la globalización occidentalizadora, que viva en desiertos, y con una forma de vida agropecuaria cuasi medieval, podría estar tentado en usarla.

Y llegados a este extremo ya se pueden imaginar que, aunque no sean el origen de la pandemia, que grupos terroristas se podrían beneficiar (esa era mi tesis), pues exacto, los Yihadistas, principalmente los terroristas islámicos africanos (Africa es el continente con población más joven). Y fíjense las circunstancias les van ayudar, pues el presidente del Chad Idriss Deby acaba de anunciar la retirada de las tropas de su pais en la lucha regional contra el Yihadismo, para luchar sólo en su país, ¿otro ejemplo de re-nacionalización y fin de la cooperación globalizadora?, a la que hay que añadir la retirada de parte de los contingentes europeos en el Sahel, dan como resultado la intensificación de ataques Yihadistas en la triple frontera (Burkina Faso, Niger y Mali), y en el entorno de lago Chad (en este caso por parte de Boko Haram), por lo que nuestra frontera adelantada vuelve otra vez a tambalearse, parece que nuestros “gastos superfluos” son más necesarios que nunca por allí. Y fíjense si los Yihadistas están viendo posibilidades de disfrutar con victorias y de tener los botines correspondientes, que entre ellos se están peleando, en concreto entre las filiales de Al Qaeda (AQIM-JNIM-GCIM) y Daesh (EIGS-ISAW)

Y si no tuviéramos bastante con todo ello, ahora además en nuestra frontera cercana, al otro lado del Mediterráneo, la inclusión del factor turco en la ecuación Libia, se va notando cada vez más, si en los últimos días se ha observado una gran participación de drones de origen “Otomano” en ese Teatro de Operaciones, las ultimas noticias (ojalá fueran feaks) son que mercenarios, de aquellos que llevó Turquía a Trípoli originarios de Siria, han liberado a prisioneros del Estado Islámico de cárceles  libias, por lo que no es nada, nada bueno; y ya saben la máxima “si vis pacem para bellum” hay que prepararse para toda contingencia, ya sea el enemigo un virus, o un terrorista Islámico, porque sino pasa lo que pasa.

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