“La persona que se suicida no quiere morir, quiere dejar de sufrir”; “El suicidio no es un problema particular, familiar, sino que es social” ; “Todas las personas podemos hacer algo por prevenirlo, si sabemos qué hay que hacer”.
Son algunas de las conclusiones de Dolors López como punto de partida para entender mejor qué significa y qué hay alrededor de un suicidio. Dolors Lopez es escritora, profesora y asesora especialista en Prevención de Suicidio y tras el fallecimiento de su hija hace una década, escribió “Te nombro”, un libro en el que se acerca a las personas que han sufrido lo mismo que ella y trata de ayudar a prevenir muertes evitables al visibilizarlas, romper mitos y tabúes y mostrarlas con otras perspectivas.
Ella imparte sesiones para tratar las emociones, apoyar y ayudar a entender el suicidio como las que ha organizado la Fundació Per Amor a l´Art con el Primer Curso de Prevención del Suicidio. Afortunadamente son más las instituciones que se ocupan y se preocupan con medios sobre cómo afrontar y enfrentarse al suicidio.
Desde hace unos años hay más preocupación y ocupación por parte de determinadas organizaciones e instituciones sobre el suicidio y los problemas mentales en general. Aún recuerdo la apuesta de la GVA en 2017 con el I Plan de Prevención del Suicidio y Manejo de la Conducta Suicida en la Comunitat Valenciana y la campaña sobre el suicidio que la Generalitat Valenciana lanzó y que supuso un antes y un después para la sanidad.
Era la primera vez, si la memoria no me falla, que se sacaba a la luz el problema de salud pública que representan los suicidios desde la institución pública de la GVA, con Carmen Montón al frente de la Conselleria de Sanidad, y puso a disposición de la sociedad herramientas y medidas preventivas dirigidas a reducir las tasas actuales. La campaña preventiva en 2018 llevaba por nombre “Rompamos el silencio. Hablemos del suicidio”.
Entonces los datos hablaban que en la Comunidad Valenciana cada día fallecía una persona por suicidio y además, cada año había 4.500 personas que intentan suicidarse. Unos datos que habría que revisarlos tras la pandemia pues todo apunta que pueden incrementado . Y es que la pandemia ha tenido y está teniendo consecuencias terribles en las personas y en su salud mental y está afectando a todas las escalas sociales desde los más jóvenes hasta lo más mayores.
Todavía no se saben datos globales pero existe una constatación del aumento de casos tras la pandemia.
En Valencia, la Policía Local ha recibido del 1 al 12 de abril un 37% más de llamadas relacionadas con intentos de suicidios que en el mismo periodo de 2019, según FPAA.
Ante esta realidad actualmente la GVA parece que sigue reforzando la línea de la salud mental con el nombramiento del catedrático de Psiquiatría de la Universidad de València, Rafael Tabarés, como comisionado para la Salud Mental de la Presidencia del Gobierno Valenciano. Y es que los problemas mentales y todas sus consecuencias , entre ellas los suicidios, han estado silenciados e incluso olvidados muchos años tanto en contextos públicos y políticos como en privados.
Los suicidios en general se silencian, de hecho cuando se produce un drama de estas características pocas veces las propias familias de la persona que se ha suicidado lo reconocen públicamente, es un drama que se tiende a ocultar bien por dolor o por “vergüenza”. Además, esta tendencia histórica de silenciar los suicidios viene incluso en los libros de estilo del periodismo cuando en la carrera universitaria nos enseñaban a ocultar el motivo real de una muerte si es un suicidio. El código deontológico del periodismo recomienda no hablar de suicidios por no generar el efecto llamada. Pero lo últimos años la tendencia es contraria a esto. La tendencia se decanta por visibilizarlos y por sacarlos a la luz. Tratarlos y trabajarlos.
La Organización Mundial de la Salud ha realizado informes que aseveran que el suicidio, con las medidas adecuadas, se puede prevenir.
La prevención del suicidio es una realidad necesaria que no debe parar. Esta sería la principal conclusión que ha extraído la especialista Dolors López tras concluir el Primer Curso de Prevención del Suicidio de la Fundació Per Amor a l’Art.
Y es que en esta entidad valenciana, se vivió el año pasado una tentativa de suicidio en uno de los colectivos a los que atiende y de ahí surgió la necesidad de ofrecer un curso de formación a sus empleados, que se amplió a vecinos del barrio de Marxalenes, Centros Educativos, Servicios Sociales y agentes Sociales representados por orientadores, tutores, docentes, Integradores sociales, educadores Sociales y Psicólogos de jóvenes en riesgo de exclusión.
Desde la Fundació Per Amor a L´Art, sensibilizada con este tipo de realidades y comprometida con ellas, apuestan por la formación e información como herramienta para combatir este problema tan real.
La semana que viene… más!